¿Qué significa la salida de Estados Unidos de la OMS para la salud global?
Explorando las implicaciones de una decisión histórica y cómo afecta los esfuerzos de salud mundial.
Una crisis sin precedentes en la Organización Mundial de la Salud
La decisión de Estados Unidos de retirarse de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha generado un terremoto político y sanitario global. Con una contribución de casi 988 millones de dólares en el bienio 2024-2025, equivalente al 14% del presupuesto total de la OMS, Estados Unidos ha sido su mayor donante. La pregunta clave ahora es: ¿cómo afrontará la OMS la pérdida de este financiamiento crucial?
El impacto financiero y operativo
Un documento interno obtenido por diversas fuentes detalla que el programa de emergencias sanitarias de la OMS depende en gran medida de los fondos estadounidenses. Estas operaciones, que incluyen respuestas críticas en regiones como Ucrania, Sudán y el Medio Oriente, podrían sufrir recortes significativos. Además, el trabajo en la erradicación de la poliomielitis y el VIH también están en riesgo, con cientos de millones de dólares potencialmente perdidos.
- El 80% de las funciones de preparación en la oficina de Europa de la OMS dependen del financiamiento estadounidense.
- El 95% de los esfuerzos contra la tuberculosis en Europa son respaldados por estos fondos.
- Más del 60% de las iniciativas contra la tuberculosis en África y el Pacífico occidental también están en peligro.
Esto no solo impacta a la OMS como institución, sino a millones de personas que dependen de sus programas en todo el mundo.
Respuesta internacional: ¿un llamado a la acción?
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha instado a los países miembros a presionar a Washington para que reconsidere su decisión. "Traer de regreso a Estados Unidos será muy importante", afirmó durante una reunión a puerta cerrada con diplomáticos internacionales. Sin embargo, varios países, incluidos Alemania y Francia, han cuestionado cómo la OMS planea ajustarse a esta nueva realidad.
Un asesor alemán, Bjorn Kummel, calificó esta crisis como "la más extensa que la OMS ha enfrentado en décadas". También planteó una pregunta crítica: "¿Qué funciones concretas de la OMS colapsarán si los fondos estadounidenses dejan de existir?"
Estados Unidos: pérdidas internas y externas
Los expertos coinciden en que la salida de Estados Unidos podría tener graves repercusiones incluso dentro del país. Matthew Kavanagh, director del Centro de Política y Salud Global de la Universidad de Georgetown, expresó que menos del 1% del presupuesto de salud de EE. UU. se dedica a la OMS, pero la nación recibe a cambio beneficios significativos.
Entre estos beneficios, destacan:
- Acceso a inteligencia sobre epidemias globales.
- Muestras de virus para el desarrollo de vacunas.
- Colaboración en investigaciones críticas sobre enfermedades emergentes.
Kavanagh destacó que "la OMS está increíblemente subfinanciada", describiendo las contribuciones de los países ricos como "una miseria" en comparación con las necesidades globales.
¿Una oportunidad para la reestructuración?
A pesar de las dificultades, algunos ven esta crisis como una oportunidad para reimaginar la salud global. La salida de EE. UU. podría impulsar a otros donantes a llenar el vacío financiero y a la OMS a diversificar su base de financiamiento.
El jefe de emergencias de la OMS, Dr. Michael Ryan, comentó que, aunque la pérdida de Estados Unidos es "terrible", los países miembros tienen "tremenda capacidad para llenar esos vacíos". Sin embargo, los plazos ajustados y la magnitud del desafío generan incertidumbre.
Un rompecabezas político y sanitario
La retirada también refleja tensiones políticas y diplomáticas más amplias. El presidente Donald Trump justificó su decisión argumentando que la OMS manejó mal la pandemia de COVID-19 y no adoptó las reformas necesarias. Sin embargo, Tedros refutó estas afirmaciones, destacando que la OMS alertó al mundo sobre el coronavirus en enero de 2020 y que ha implementado múltiples reformas desde entonces.
Más allá de las palabras, las acciones futuras de Estados Unidos podrían determinar cómo se estructuran las alianzas de salud global en las próximas décadas.
El futuro incierto de la salud global
Con la OMS intentando operar "prácticamente de cheque en cheque", como expresó su director financiero George Kyriacou, el 2026 se perfila como un año crítico. ¿Se lograrán llenar los vacíos financieros? ¿Cómo afectará esto a las respuestas actuales contra brotes como el Ébola en Uganda o el virus de Marburgo en Tanzania?
La necesidad de colaboración global nunca ha sido tan evidente. En palabras de Michael Ryan, "Estados Unidos está dejando una comunidad de naciones". Si bien la OMS tiene planes para sobrevivir esta tormenta, el costo de esta fragmentación aún está por determinarse.