Serbia en pie: El movimiento estudiantil que desafía la corrupción

Estudiantes lideran un histórico bloqueo de puentes en Novi Sad tras la tragedia que expuso los problemas de corrupción en Serbia.

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El despertar de una protesta estudiantil

Serbia está siendo testigo de un movimiento social sin precedentes liderado por estudiantes universitarios. En el epicentro de estas movilizaciones se encuentra Novi Sad, donde los estudiantes han bloqueado el puente "Most Slobode" como un gesto simbólico y una potente declaración contra la corrupción gubernamental que, según ellos, fue la raíz de la tragedia en la estación central de trenes el pasado 1 de noviembre.

El desencadenante de este movimiento fue el desplome de un toldo de concreto en dicha estación, causando la muerte de 15 personas, incluidas dos niñas. La tragedia, que muchos atribuyen al resultado de prácticas corruptas durante la obra de renovación, ha desatado una ola de indignación nacional. Los estudiantes no solo piden justicia para las víctimas, sino también una reforma profunda que garantice el cumplimiento de las normativas de seguridad y la transparencia en los procesos de infraestructura.

Una protesta que toma fuerza

Desde la capital Belgrado hasta Novi Sad, los estudiantes han recorrido a pie largas distancias para mostrar la fuerza de su movimiento. Al llegar a Novi Sad, bloquearon los tres puentes principales de la ciudad, transformándolos en líneas de defensa simbólicas contra la corrupción.

Durante las noches de protesta, los manifestantes han mostrado una organización ejemplar. Mientras unos jugaban al baloncesto o al ajedrez, otros limpiaban el área y recogían basura antes de que nuevas olas de manifestantes llegaran. La comunidad local ha mostrado su respaldo entregando alimentos calientes, té y café a los estudiantes para resistir las gélidas temperaturas.

Exigencias claras, presión constante

Lucija Maslakovic, una de las líderes del movimiento, explicó que no cesarán hasta que sus demandas sean cumplidas. Exigen una investigación completa sobre la tragedia, la publicación de todos los documentos relacionados con la renovación de la estación y castigos ejemplares para los responsables.

Además, los estudiantes han conseguido un impacto significativo. Las protestas forzaron la renuncia del primer ministro Milos Vucevic, conocido aliado del presidente Aleksandar Vucic, lo que supone un duro golpe al partido progresista serbio que domina los medios de comunicación nacionales y las instituciones estatales.

La reacción del gobierno

El gobierno, dirigido por Vucic, ha tratado de minimizar la magnitud de las protestas. Medios progubernamentales han calificado las manifestaciones como un "fracaso" y han informado erróneamente sobre bajas cifras de participación. Sin embargo, la cobertura en vivo por la cadena estatal RTS del bloqueo masivo de Novi Sad marcó un punto de inflexión, revelando la magnitud del movimiento e impulsando una reacción airada del partido oficialista, que denunció la cobertura como "escandalosa" por ser supuestamente parcial.

El simbolismo tras las protestas

Más allá de sus demandas inmediatas, el movimiento estudiantil refleja un descontento creciente en una Serbia donde las instituciones públicas son vistas como herramientas del poder en vez de guardianas del interés ciudadano. "Apoyo completamente a estos jóvenes. No solo son organizados, son empáticos e increíblemente maduros", comentó la profesora universitaria Jelena Djordjevic, residente de Novi Sad.

El hecho de que este movimiento haya unido a agricultores, académicos y familias refleja un sentimiento colectivo de que el país necesita un cambio radical en su sistema. Muchos insinúan que los contratos con empresas chinas para proyectos de infraestructura han venido acompañados de negligencia y corrupción.

Protestas que trascienden

El movimiento, inicialmente limitado a la tragedia del puente, ha evolucionado para abarcar temas más amplios: justicia, acceso a la verdad, transparencia gubernamental y la necesidad de reforzar el Estado de Derecho. Los manifestantes incluso organizaron un minuto de silencio a las 11:52 de la noche del sábado, marcando con solemnidad el número exacto de víctimas del colapso.

Con cada día que pasa, estas manifestaciones parecen consolidarse como una llamada de atención no solo para el gobierno de Vucic, sino también para una ciudadanía que hasta ahora había mostrado apatía frente a los problemas sistémicos de su país.

El futuro del movimiento

El movimiento estudiantil en Serbia representa algo más que un acto de resistencia. Se ha convertido en la chispa que ha encendido una lucha a largo plazo por un país más justo y transparente. Aunque Vucic y su gobierno intentan desacreditar las protestas, la magnitud y la organización de los estudiantes han dejado claro que su llamado por justicia no será fácilmente silenciado.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press