La controversia sobre la regulación de pequeñas empresas en EE.UU.: ¿Un alivio o una amenaza?

El Departamento del Tesoro de EE.UU. deja de hacer cumplir la norma de transparencia corporativa impuesta durante la administración Biden, generando reacciones encontradas.

El fin de la regulación sobre la transparencia corporativa

En un giro inesperado, el Departamento del Tesoro de EE.UU. anunció que no aplicará sanciones a las empresas que no cumplan con la norma de transparencia corporativa impuesta durante la administración Biden. Esta acción ha generado un intenso debate sobre los impactos de la regulación en las pequeñas empresas y la lucha contra el lavado de dinero.

¿Cuál era el objetivo de la norma?

En septiembre de 2022, el gobierno de Biden promulgó una norma bajo la Corporate Transparency Act, con la intención de combatir el uso de empresas fantasma para el lavado de dinero. Esta norma requería que las empresas con menos de 20 empleados registraran a sus propietarios en una base de datos dirigida por el Departamento del Tesoro.

Se estimaba que al menos 32 millones de pequeñas empresas en EE.UU. deberían proporcionar esta información. Janet Yellen, exsecretaria del Tesoro, defendió la medida asegurando que el costo de cumplimiento sería mínimo (alrededor de 85 dólares por empresa) y que ayudaría a rastrear operaciones ilícitas.

El rechazo de los pequeños negocios

Desde su implementación, la norma fue ampliamente criticada por grupos empresariales que la consideraban una carga regulatoria innecesaria. Organizaciones como la National Small Business Association argumentaron que esta base de datos representaba una amenaza a la privacidad y duplicaba regulaciones ya existentes.

Además, en 2022, la norma enfrentó desafíos legales cuando un grupo de pequeñas empresas demandó al gobierno para evitar su aplicación. La principal preocupación era que exigía demasiada información personal sin una clara garantía de seguridad.

Celebraciones y críticas ante el cambio

La decisión del Departamento del Tesoro de no hacer cumplir la norma fue rápidamente elogiada por el expresidente Donald Trump, quien en su red Truth Social calificó la regulación como “un desastre absoluto para las pequeñas empresas”.

El actual secretario del Tesoro, Scott Bessent, también respaldó la decisión:

“Esta es una victoria para el sentido común. Las pequeñas empresas son la columna vertebral de la economía estadounidense y deben estar protegidas de regulaciones burocráticas innecesarias”.

Sin embargo, no todos comparten este punto de vista. Expertos en finanzas y grupos que luchan contra el crimen económico advierten que este retroceso podría facilitar la proliferación de empresas fantasma usadas para el lavado de dinero y otras actividades ilícitas.

El problema de las empresas fantasma

A lo largo de los años, EE.UU. ha sido señalado como un paraíso para la creación de empresas fantasma. Un informe de 2020 del Organized Crime and Corruption Reporting Project señaló que estas entidades se usan para evasión fiscal, financiamiento del terrorismo y fraude.

Por ejemplo, el famoso caso de los Panama Papers evidenció cómo muchas estructuras corporativas en EE.UU. fueron explotadas para ocultar grandes sumas de dinero ilegal.

¿Qué sigue para las pequeñas empresas?

A pesar de que la norma de transparencia sigue vigente en papel, ahora las pequeñas empresas no enfrentan sanciones si deciden no inscribirse. Esto alivia la carga administrativa, pero también genera incertidumbre sobre futuras regulaciones.

El debate continúa, y queda por ver si, en un posible futuro gobierno, esta normativa será restaurada o si se implementarán nuevos controles financieros contra el crimen económico.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press