La guerra cibernética de EE.UU.: ¿Un paso atrás en su estrategia ofensiva?

El Pentágono detiene operaciones cibernéticas ofensivas contra Rusia mientras crecen las amenazas globales

En un movimiento que ha generado sorpresa e inquietud entre los expertos en seguridad nacional y ciberseguridad, el Secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, ha detenido las operaciones cibernéticas ofensivas de U.S. Cyber Command contra Rusia. La decisión ha suscitado numerosos cuestionamientos, especialmente en un contexto en el que las amenazas digitales provenientes de potencias como Rusia y China continúan en aumento.

¿Qué implica la decisión del Pentágono?

Según fuentes anónimas dentro del gobierno, la decisión de Hegseth no afecta las operaciones cibernéticas llevadas a cabo por otras agencias como la CIA o la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA). Sin embargo, sigue una tendencia dentro del gobierno de Donald Trump de reducir algunas iniciativas clave en la lucha contra amenazas digitales y extranjeras.

La medida se da en un momento en que múltiples expertos en seguridad han instado a una mayor inversión en defensa y ofensiva cibernética, particularmente debido a los intentos conocidos de Rusia y China por interferir en la economía y los procesos democráticos de EE.UU.

El impacto de una estrategia menos agresiva

Reducir la ofensiva cibernética plantea varios dilemas estratégicos para EE.UU. Uno de los mayores riesgos es el debilitamiento de la capacidad de disuasión. En palabras de Snehal Antani, CEO de la empresa de ciberseguridad Horizon3.ai:

“Estamos entrando en una era de guerra económica cibernética a nivel de los estados-nación (...) La ofensiva es significativamente más fuerte que la defensa, y la brecha se seguirá ampliando.”

El ciberespionaje es una herramienta clave en el arsenal de potencias como China y Rusia, permitiéndoles robar secretos comerciales, interrumpir la infraestructura crítica y manipular información a través de campañas de desinformación. En un entorno donde la inteligencia artificial permite la automatización de infecciones y ataques cibernéticos a escalas nunca vistas, disminuir las operaciones ofensivas podría hacer que EE.UU. quede rezagado en esta nueva forma de conflicto.

El papel de la inteligencia artificial en la ciberseguridad

Uno de los factores clave que ha hecho que la guerra cibernética evolucione es el creciente uso de la inteligencia artificial (IA). Las herramientas basadas en IA permiten:

  • Automatización de ataques en redes.
  • Identificación de vulnerabilidades en infraestructuras críticas.
  • Desinformación y manipulación digital a gran escala.
  • Hackeo en tiempo real de sistemas gubernamentales y empresariales.

Es por ello que reducir las operaciones ofensivas sin una estrategia clara de sustitución podría poner a EE.UU. en una posición de desventaja considerable.

Las reacciones dentro de la comunidad de seguridad

La pausa en las operaciones cibernéticas ha generado críticas de figuras claves en el ámbito de la seguridad y el Congreso. Tanto legisladores republicanos como analistas han expresado sus preocupaciones sobre la necesidad de mantener una postura ofensiva fuerte en el ciberespacio.

Por otro lado, el director de la CIA, John Ratcliffe, había manifestado durante su audiencia de confirmación ante el Senado:

“Quiero que tengamos todas las herramientas necesarias para ir a la ofensiva contra nuestros adversarios en la comunidad cibernética.”

Con esta pausa, surge la pregunta de si realmente se están reforzando las capacidades estadounidenses o si se está permitiendo a sus adversarios ganar terreno estratégico.

¿Un intento de negociación con Rusia?

Algunas fuentes han sugerido que la pausa en las operaciones ofensivas podría estar relacionada con estrategias diplomáticas. La administración Trump ha buscado negociar con Rusia para alcanzar un acuerdo de paz en Ucrania, conflicto que lleva más de tres años desde la invasión rusa.

El presidente Zelenskyy recientemente indicó que la paz aún parecía distante, lo que generó una respuesta airada de Trump. Si bien no se ha confirmado que la decisión de Hegseth esté ligada a este contexto diplomático, no se descarta que sea una estrategia para evitar tensiones adicionales con Moscú.

Un futuro incierto para la estrategia cibernética de EE.UU.

Lo que resulta claro en este debate es que la guerra cibernética es hoy tan relevante como los conflictos bélicos tradicionales. A diferencia de una guerra convencional, los ataques digitales pueden ejecutarse con costos significativamente menores, de manera encubierta y con un riesgo reducido de escalada o represalias inmediatas.

Sin una estrategia clara que reemplace estas operaciones ofensivas ahora pausadas, EE.UU. podría estar dejando un espacio vacío que sus adversarios no dudan en aprovechar.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press