La inflación en Europa cae al 2.4%: ¿Un respiro para la economía?
El Banco Central Europeo considera reducir las tasas de interés para estimular el crecimiento en medio de incertidumbre política y económica.
La inflación sigue su descenso
La inflación en la eurozona bajó al 2.4% en febrero, una ligera disminución respecto al 2.5% registrado en enero. Estos datos, divulgados por Eurostat, la agencia estadística de la Unión Europea, refuerzan la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) baje las tasas de interés para impulsar la economía, que sigue mostrando señales de estancamiento.
Factores que contribuyen a la caída
Entre las razones detrás del menor índice de inflación, destaca la moderación en los precios de la energía. Además, Francia, una de las principales economías del bloque, reportó una inflación de apenas 0.9%, una cifra notablemente baja comparada con otros Estados miembros.
Perspectivas del BCE y posibles recortes de tasas
El BCE ha venido batallando contra la inflación desde su pico del 10.6% en octubre de 2022. Su objetivo es situarla en un 2%, lo cual se encuentra ahora más cerca de ser alcanzado. Un recorte en la tasa de interés podría facilitar el acceso al crédito, beneficiando a empresas y consumidores.
Los analistas esperan que el organismo dirigido por Christine Lagarde reduzca su tasa de referencia en un cuarto de punto porcentual hasta situarla en 2.5% en la próxima reunión. Sin embargo, la gran incógnita es cuántos recortes adicionales podrían implementarse en los próximos meses.
El impacto en la economía real
Aunque la inflación retrocede, el crecimiento sigue siendo un desafío. La eurozona experimentó un estancamiento en el último trimestre de 2024, reflejando la cautela de los consumidores que aún resienten el impacto del periodo inflacionario anterior. A esto se suma la incertidumbre política en países clave como Francia y Alemania.
Francia enfrenta una situación complicada debido a la falta de mayoría parlamentaria que impide tomar medidas claras para reducir su elevado déficit presupuestario. Alemania, por su parte, atraviesa una transición gubernamental tras las elecciones nacionales del pasado 23 de febrero, lo que genera incertidumbre en los mercados.
¿Cuán lejos puede llegar el BCE?
Aunque algunos sectores esperan una política monetaria más agresiva, otros advierten sobre riesgos inflacionarios residuales. Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, ha señalado que los cambios estructurales recientes podrían limitar el margen de acción del banco central.
“La era en la que los riesgos inflacionarios tendían a la baja parece haber terminado”, afirmó Schnabel en un reciente discurso. Esto implica que el BCE actuará con cautela para evitar un repunte inflacionario en el futuro.
Servicios y presión inflacionaria
Otro factor a tomar en cuenta es el sector servicios, donde los costos siguen elevados. En febrero, la inflación en este rubro se situó en 3.7%, lo que sugiere que no todo el enfriamiento de precios ha sido uniforme. La fortaleza del sector servicios podría hacer que el BCE adopte un enfoque más conservador respecto a futuras reducciones de tasas.
El efecto de las tensiones comerciales
Las empresas europeas también deben lidiar con la incertidumbre en el comercio global, en particular debido a las posibles tarifas arancelarias que podría imponer Estados Unidos bajo el mandato de Donald Trump. Esto ha generado preocupación entre exportadores europeos, que temen una reducción de la demanda externa.
¿Qué sigue para la economía europea?
El panorama económico de Europa es mixto: la inflación parece estar bajo control, pero el crecimiento sigue tambaleante. Con la decisión del BCE de bajar las tasas prácticamente asegurada, la cuestión crucial es cuánto más podrán reducirse y cómo responderá la economía.
En los próximos meses, será clave observar el desempeño de la actividad económica y la evolución de los precios en sectores clave. Por ahora, la moderación en la inflación brinda un respiro, pero los desafíos estructurales aún persisten.