¿Demasiado poder en pocos bolsillos? La MLB y el eterno debate del tope salarial
Mientras los Dodgers y Phillies gastan sin freno, surge la pregunta: ¿es sostenible un deporte sin límites financieros?
Por décadas, el béisbol ha sido un campo de batalla financiero donde los equipos más ricos no solo luchan por trofeos, sino por el poder de moldear el propio deporte a su antojo. En esta nueva temporada 2025, esa lucha parece intensificarse aún más.
Los Dodgers y su maquinaria millonaria
La temporada 2025 de las Grandes Ligas ha iniciado con un claro recordatorio de quién manda cuando se trata de gastar dinero. Los Los Angeles Dodgers, actuales campeones de la Serie Mundial, han fortalecido su plantilla con una avalancha de contrataciones estrellas y una administración financiera que bordea los vacíos legales del sistema. Su nómina de $319.5 millones los sitúa apenas por debajo de los New York Mets, pero más impresionante aún es la manera en que han manejado los pagos diferidos para reducir el impacto en el "valor presente" de sus contratos millonarios.
Shohei Ohtani, cuyos ingresos reales alcanzan los $70 millones anuales, aparece oficialmente como el decimoctavo jugador mejor pagado debido a estos pagos diferidos hasta 2035. Junto a él, figuras como Mookie Betts, Freddie Freeman y Blake Snell también reciben parte de sus contratos diferidos, una estrategia que permite al equipo fichar talento sin sobrepasar totalmente los límites del "luxury tax".
Un panorama desigual y pocas sorpresas
Mientras tanto, los equipos de menor presupuesto enfrentan una realidad muy diferente. Como mencionó recientemente el comisionado Rob Manfred, los fanáticos expresan cada vez con más intensidad su preocupación por la desigualdad competitiva. “Necesitamos prestar atención y evaluar si hay algo que se pueda hacer para garantizar un juego competitivo y saludable”, afirmó durante la pretemporada.
En efecto, el impuesto al lujo que pagan los equipos más gastadores está lejos de equilibrar la balanza. En 2024, los Dodgers desembolsaron $103 millones en impuestos tras acumular una nómina de $353 millones para conquistar la Serie Mundial. ¿Les importó ese "castigo fiscal"? A juzgar por la continuidad de su inversión, es claro que no.
Bryce Harper y la mentalidad del "gastar para ganar"
En Philadelphia, Bryce Harper, jugador emblemático de los Phillies, no solo no critica este modelo, sino que lo defiende con pasión. “Solo los perdedores se quejan de lo que están haciendo”, expresó sin rodeos antes de un esperado duelo ante los Dodgers. “Están en el epicentro del mundo en cuanto a deportes, comida y cultura. Van a continuar atrayendo talento, porque eso es lo que hacen los Dodgers”.
Harper, que firmó en 2019 un contrato récord de $330 millones por 13 años, es una de las caras más visibles de esta nueva era de mega contratos. En 2025, los Phillies cuentan con una nómina de $283.3 millones, ubicándose como el tercer equipo que más gasta. Su compañero Zack Wheeler recibe $42 millones y es el segundo jugador mejor pagado de la liga, solo detrás de Juan Soto de los Mets, que ostenta un asombroso salario de $61.9 millones.
El caso de Reynaldo López y oportunidades frustradas
En contraste con estos protagonistas de titulares y contratos cuantiosos, se encuentran historias menos glamorosas como la de Reynaldo López, lanzador de los Atlanta Braves, quien ha sido una pieza importante en equipos anteriores. López tuvo un sólido 2024 con récord de 8-5 y una ERA de 1.99, consolidándose como titular en una rotación competitiva. Sin embargo, ahora enfrenta una cirugía artroscópica en el hombro derecho, lo que lo deja fuera por al menos dos meses.
Los Braves, que comenzaron el año con un decepcionante récord de 0-7 —su peor inicio desde 2016—, necesitarán soluciones urgentes para evitar que la temporada les sea cuesta arriba. Incluso han recurrido a Bryce Elder de Triple-A para sustituir a López, en una movida que expone tanto la profundidad de plantilla como la fragilidad física del juego actual.
Fenway: nostalgia, poder y oportunidades
Por su parte, los Boston Red Sox han arrancado su temporada en Fenway Park con notables actuaciones. En su regreso a la ciudad, Rafael Devers recuperó su forma tras un inicio de temporada para el olvido, llegando a base cuatro veces y colaborando en la victoria 13-9 sobre los St. Louis Cardinals. Boston conmemoró su 125º juego inaugural en casa con una ceremonia en honor al mítico equipo campeón del ’75 y un tributo especial a Luis Tiant.
El partido tuvo todos los ingredientes de un clásico del Este: una ofensiva encendida, discusiones por interferencia en el jardín derecho, seis errores sumando ambos equipos y una actuación salvadora de Aroldis Chapman que aseguró la victoria.
¿Hacia dónde va el juego?
Con tantos millones circulando, la pregunta clave es si este modelo, basado en gastar sin límite, puede ser sostenible y justo para todas las franquicias. En ligas como la NFL y la NBA, los límites salariales garantizan un acceso equitativo al talento y ciclos de competitividad equitativos. En MLB, la dinámica actual hace que equipos como los Oakland Athletics o los Pittsburgh Pirates sean casi incapaces de aspirar al título sin una reconstrucción de años y una camada milagrosa de prospectos.
Sin embargo, para muchos fanáticos, como expresa Harper, este libre mercado es parte integral de lo que hace fascinante al béisbol. Poder ver a las estrellas más brillantes reunidas en equipos icónicos, en ciudades vibrantes, es un espectáculo difícil de igualar, incluso a costa del equilibrio.
Estadísticas que reflejan la era dorada del gasto
- El salario promedio en MLB rebasó por primera vez los $5 millones en 2025.
- Los Dodgers aumentaron su nómina en $69 millones en comparación con 2024.
- Juan Soto, masivamente pagado por los Mets, impone récord con $61.9 millones.
- La nómina combinada de los tres equipos más ricos —Mets, Dodgers y Phillies— supera ya los $925 millones.
¿Será necesaria una intervención estructural o este es simplemente el precio del espectáculo? Como en todo buen partido de béisbol, el marcador final aún está por definirse.