El drama en el Olympique de Marsella: ¿Puede Roberto De Zerbi resistir la tormenta?
Una mirada al estilo, los conflictos internos y las especulaciones sobre el futuro del técnico italiano en medio del caos que envuelve al gigante francés
Por años, el Olympique de Marsella ha sido una olla de presión en el fútbol francés. Sus pasiones intensas, su historia gloriosa y una afición ferozmente exigente lo convierten en uno de los clubes más emblemáticos —y más inestables— de la Ligue 1. Hoy, vuelve al centro de atención gracias a una tormenta interna que tiene como protagonista al técnico italiano Roberto De Zerbi.
¿Qué está pasando en el Velódrome? ¿Está Marsella repitiendo viejos patrones de autodestrucción? Analizamos las claves que rodean al entrenador, sus métodos y el incierto horizonte del club.
El estilo De Zerbi: fútbol de autor
Desde su llegada a Marsella, De Zerbi ha impuesto su sello: un fútbol propositivo, dinámico y ofensivo. El técnico, admirado por su trabajo anterior en Sassuolo y Brighton, ha implantado un estilo que prioriza la posesión con sentido, la presión organizada y las rotaciones de balón desde abajo.
Bajo su mando, Marsella ha tenido partidos deslumbrantes. El equipo ocupa actualmente la tercera posición en la Ligue 1, en zona de clasificación directa a la Champions League, algo impensado al inicio de temporada. Sin embargo, la realidad reciente opaca esos números: cuatro derrotas en los últimos cinco partidos han encendido las alarmas en la ciudad portuaria.
Una rebelión en el vestuario
Los problemas no giran solo en torno a los resultados. Según L'Équipe, varios jugadores estarían cuestionando abiertamente los métodos autoritarios del técnico, describiendo un ambiente "asfixiante". El punto de quiebre habría ocurrido tras la derrota contra el Stade de Reims, cuando De Zerbi habría abandonado una sesión de entrenamiento en evidente enfado, dejando a su cuerpo técnico a cargo.
Ante la posible rebelión, el director deportivo del club habría tenido que intervenir para relajar tensiones. Algunos jugadores se sintieron humillados y el ambiente sigue tenso. Para De Zerbi, sin embargo, esto es parte del trabajo.
“Sé cuándo es momento de abrazar a mis jugadores y cuándo debo ser más duro. No quiero aprobación total, pero todo debe hacerse al 100%”, dijo en conferencia de prensa.
Las palabras reflejan su estilo `managérial`, influenciado por figuras como Marcelo Bielsa y Pep Guardiola, con quien ha intercambiado elogios. Para De Zerbi, el fútbol debe jugarse con pasión, inteligencia y lealtad táctica. Pero, ¿está esta generación lista para ese nivel de intensidad emocional?
El fantasma de la inestabilidad marsellesa
Roberto De Zerbi es solo el último en una larga lista de entrenadores en Marsella. De hecho, el club ha tenido 30 cambios de entrenador desde el año 2000, el promedio más alto de cualquier equipo de la primera división francesa durante ese periodo.
Desde que Frank McCourt adquirió el club en 2016, se han vivido episodios de caos institucional, protestas de los ultras, agresiones en entrenamientos y cambios permanentes en la dirección deportiva. Aunque la Champions League de 1993 sigue siendo un orgullo inmenso —es el único equipo francés en ganarla—, títulos domésticos han escaseado. El club no gana la Ligue 1 desde el 2010 y ni siquiera se clasificó a competiciones europeas tras finalizar octavo la temporada pasada.
Esta tendencia a devorar entrenadores ha hecho de Marsella un lugar tóxico para algunos, pero también una oportunidad para otros de mostrarse a nivel elite.
¿Italia llama? El interés del AC Milan
Mientras estallan los rumores en Francia, la prensa italiana observa con atención. La Gazzetta dello Sport afirma que De Zerbi es el candidato favorito para ocupar el banquillo del AC Milan de cara a la próxima temporada, por delante de nombres como Massimiliano Allegri y Antonio Conte.
De Zerbi, sin embargo, ha sido categórico:
“No estoy coqueteando con ningún equipo. Mi intención es quedarme muchos años aquí”, aseguró.
Pero también lanzó una advertencia sutil: “para casarse se necesitan dos”. Esta frase deja la puerta entreabierta. Si el club no muestra respaldo, o si el vestuario colapsa, podría ser cuestión de tiempo para que el técnico cambie de aires. Su pasado como jugador de Milan lo vincula emocionalmente con el club lombardo. En un año en donde se espera reestructuración en San Siro, su perfil genera consenso entre los aficionados y directivos.
El papel del aficionado marsellés
Una variable con peso específico en Marsella: la hinchada. Los ultras del Vélodrome no son observadores pasivos, sino actores activos en la vida del club. En más de una ocasión han tensado relaciones con técnicos y directivos, incluso llegando a irrumpir instalaciones del club cuando los resultados no fueron positivos.
Esta pasión desenfrenada es una de las razones por las que Marsella es tan especial, pero también tan difícil de gestionar. De Zerbi, un técnico temperamentales, podría sentirse atraído por esa energía. El problema surge cuando resultados y discurso no van de la mano.
¿Qué necesita Marsella para recuperar estabilidad?
La respuesta rápida sería: unidad institucional, gestión psicológica y resultados constantes. Pero el Olympique de Marsella no es un club para soluciones simples. Requiere visión a largo plazo, especialmente si quieren competir con el poderío dominante del PSG y el crecimiento consolidado de otros clubes como Mónaco o Lille.
Con el respaldo total de la directiva, De Zerbi podría ser el técnico adecuado para crear identidad táctica sostenida. Su trabajo en Sassuolo —y su breve pero impactante paso por Brighton— demuestra que puede construir proyectos sólidos. Pero también necesita una plantilla comprometida con la visión. Sin esa sinergia, incluso el mejor de los entrenadores encuentra muros insalvables.
El calendario no espera
El próximo gran reto de Marsella será contra el Toulouse, en una liga francesa que exprime cada error a medida que se acerca el final de temporada. Cualquier traspié puede poner en peligro la clasificación a Champions, clave para mantener a talentos y atraer refuerzos.
Todo esto ocurre mientras el club sigue siendo foco de rumores, tensiones internas y especulaciones. Para Roberto De Zerbi, cada partido en la recta final podría ser una final invisible.
El distanciamiento con parte del vestuario, las dudas sobre su futuro, y la fragilidad institucional típica de Marsella, podrían desembocar en una ruptura anunciada o, quién sabe, en una renovación de identidad como pocas veces se ha visto.
Por ahora, el balón sigue rodando. Y con él, el destino de un gigante dormido.