Trump, tarifas y polarización: ¿una estrategia económica o un juego político?

Entre campos de golf, redes sociales y aranceles globales, el expresidente Donald Trump sacude al mundo con su versión del juego económico

Una nueva tormenta económica se alza desde Mar-a-Lago

Donald Trump ha vuelto a colocar al mundo en vilo. Desde su enclave de lujo en Mar-a-Lago, Florida, el expresidente estadounidense ha desatado un nuevo ciclo de tensión económica al anunciar aranceles contundentes sobre las importaciones extranjeras. Esta medida, que ha causado caos en los mercados y provocado preocupación en aliados internacionales, es señalada por muchos como un movimiento populista con consecuencias profundas.

En un momento donde la inflación y la recesión siguen siendo amenazas latentes en la economía global, Trump parece dispuesto a jugar una carta arriesgada, mientras anima a sus seguidores desde redes sociales a “hacerse ricos” en medio del caos. ¿Estamos ante un plan económico con visión a largo plazo, o simplemente ante una maniobra política impulsada por el ego y el oportunismo?

Un viernes dorado: golf, redes y provocación política

El viernes por la mañana, Trump amaneció en Mar-a-Lago, su club privado en Palm Beach, y no tardó en vestirse con su clásico polo blanco y gorra roja de campaña para dirigirse a su campo de golf cercano. Mientras tanto, en su red social Truth Social publicaba en mayúsculas: “ESTE ES UN GRAN MOMENTO PARA HACERSE RICO”.

Lejos de evitar la controversia por el impacto de sus políticas comerciales, Trump decidió alimentar la conversación. El expresidente redobló su discurso sobre los beneficios de su estrategia arancelaria, afirmando que se trata de una medida “dolorosa pero necesaria” para forzar la relocalización de industrias en suelo estadounidense.

Las consecuencias inmediatas, sin embargo, son difíciles de ignorar: caída de la bolsa, analistas advirtiendo sobre la posibilidad de una recesión y el aumento proyectado de precios para las familias estadounidenses.

“HANG TOUGH”: economía a golpe de redes sociales

Trump ha encontrado en la viralidad un arma poderosa para sostener su narrativa. En TikTok circulan videos que tildan su estrategia de “juego secreto” para derribar el mercado a propósito, y así presionar a la Reserva Federal para recortar las tasas de interés.

¡REDUCE LAS TASAS, JEROME, Y DEJA DE JUGAR A LA POLÍTICA!”, escribió Trump, refiriéndose al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. A ojos del expresidente, este sería el “momento perfecto” para aliviar los tipos de interés.

La estrategia, según sus seguidores, es simple: crear una crisis artificial que fuerce al organismo monetario a actuar, liberando dinero barato y estimulando una recuperación en la que los aliados (y tal vez él mismo) puedan sacar provecho.

Vietnam, China y el tablero global

Trump no se ha limitado a provocar a nivel interno. Su anuncio ha agitado las aguas diplomáticas. Según el exmandatario, conversó con To Lam, presidente de Vietnam, quien estaría dispuesto a eliminar aranceles sobre bienes estadounidenses si logran alcanzar un acuerdo comercial.

Mientras tanto, China respondió con su propia batería de tarifas sobre productos estadounidenses, lo que generó inmediatamente una respuesta rabiosa de Trump: “¡CHINA JUGÓ MAL, ENTRARON EN PÁNICO – LO ÚNICO QUE NO PUEDEN PERMITIRSE!”.

Estamos ante el renacimiento de una guerra comercial que ya se vivió entre 2018 y 2020, cuando el mismo Trump impuso aranceles que impactaron fuertemente en sectores como el agrícola, automotriz y tecnológico.

Entre cifras y realidades: ¿realmente funciona?

Trump se aferró a un informe optimista del empleo en EE.UU., señalando un aumento de 228,000 nuevos puestos en marzo, por encima de las expectativas. A pesar de que los datos preceden al anuncio de las tarifas, Trump los utiliza como argumento de que “su estrategia funciona”.

NO PODEMOS PERDER”, gritó en su cuenta de Truth Social. Pero ¿qué dicen realmente los datos y los expertos?

  • Un estudio de la Universidad de Columbia encontró que la guerra comercial entre EE.UU. y China entre 2018 y 2019 le costó a los consumidores estadounidenses $1,400 dólares al año promedio.
  • La American Action Forum estimó que los aranceles impuestos por Trump durante su presidencia aumentaron el costo para las empresas estadounidenses en más de $80 mil millones.
  • El Fondo Monetario Internacional advirtió que una intensificación de las guerras comerciales podría reducir el crecimiento mundial en hasta un 0.5%.

¿Política electoral disfrazada de estrategia económica?

Más allá del impacto económico, muchos analistas consideran estos movimientos como parte de una estrategia electoral orientada a mantener viva la base trumpista. Las tarifas, el lenguaje combativo contra China y organismos como la Reserva Federal, y el estilo confrontacional no son nuevos. Funcionaron en 2016 y en parte en 2020.

Lo novedoso es que Trump mantiene esta narrativa desde una posición de no-poder formal, pero con un enorme control de los medios sociales entre sus bases. Esta situación lo convierte en un personaje fuera de serie en la política moderna.

Como reflexionó el politólogo Thomas Friedman en The New York Times: “Trump no hace política económica, hace performance ideológica con consecuencias reales en los mercados”.

Una economía que deja atrás al ciudadano común

Mientras Trump disfruta de torneos de golf financiados por capital saudí y cenas a la luz de las velas con sus benefactores políticos, millones de estadounidenses enfrentan la posibilidad de una disminución en sus ahorros para el retiro, aumentos en productos de consumo y una feroz incertidumbre económica.

Las tarifas propuestas podrían costar hasta $2,000 dólares anuales por hogar, según el Instituto de Política Económica, un golpe nada menor para familias con ingresos medios.

Sin embargo, para Trump, la narrativa parece clara: el dolor del presente será la gloria del futuro, y si algunos pueden enriquecerse en el camino, mejor. Su retórica apuesta a un resurgir del “America First”, aun cuando el precio lo paguen aquellos a quienes asegura proteger: los trabajadores estadounidenses.

¿Un déjà vu político-económico?

En 1930, la Ley Smoot-Hawley implementó aranceles elevados en EE.UU. con la intención de proteger la economía post-crisis de 1929. El resultado fue una escalada de represalias comerciales globales que muchos historiadores señalan como un agravante de la Gran Depresión.

¿Estamos asistiendo a un capítulo similar bajo un nuevo protagonista? ¿O Trump maneja una estrategia calculada en un mundo dominado por algoritmos, TikToks y política teatral?

Todo parece indicar que esta batalla se librará tanto en los mercados como en las pantallas. Y aunque el expresidente ya no esté en la Casa Blanca, sigue jugando con piezas que afectan al mundo entero.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press