Reino Unido frente a la encrucijada de los derechos trans: ¿retroceso histórico o defensa de la ley?
La sentencia del Tribunal Supremo que define legalmente a una mujer como 'nacida biológicamente mujer' desata protestas masivas y profundo temor entre la comunidad trans en el Reino Unido
El centro de Londres hervía de voces y pancartas el pasado sábado cuando miles de activistas por los derechos trans salieron a las calles tras una polémica decisión del Tribunal Supremo británico: la definición legal de 'mujer' queda ahora limitada exclusivamente a aquellas personas nacidas biológicamente femeninas. Aunque la corte enfatizó que las personas trans siguen protegidas contra la discriminación, la implicación real de esta sentencia ha desatado una tormenta social, legal y política.
¿Qué dictaminó exactamente el Tribunal Supremo?
El fallo, emitido el 17 de abril de 2025, refuerza que el término 'mujer' en el marco de leyes de paridad y antidiscriminación debe corresponder exclusivamente a individuos de sexo biológico femenino.
El caso surgió tras una ley escocesa de 2018 que exigía al menos un 50% de mujeres en los consejos de administración de organismos públicos en Escocia. La disputa legal giró en torno a si las mujeres trans con certificados de reconocimiento de género podían ser contabilizadas en esa cuota. El tribunal resolvió unánimemente que no. Según el dictamen, interpretar el 'sexo' basándose en la identidad de género comprometería la coherencia de otras disposiciones legales, en particular la Ley de Igualdad de 2010.
Reacción del gobierno británico y su impacto inmediato
El fallo fue aplaudido por sectores conservadores del gobierno. La secretaria de Estado para la Mujer e Igualdad calificó la sentencia como "una victoria para la claridad legal y los derechos de las mujeres biológicas".
Sin embargo, la presidenta de la Comisión para la Igualdad y los Derechos Humanos (EHRC), Baroness Kishwer Falkner, advirtió que la sentencia podría llevar a la exclusión sistemática de mujeres trans de espacios como baños femeninos, salas hospitalarias, equipos deportivos y otros servicios segregados por sexo.
¿Cuántas personas trans hay en el Reino Unido?
Según el último censo publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas, alrededor de 116.000 personas en Inglaterra, Escocia y Gales se identifican como transgénero; una cifra pequeña en el contexto de los 66 millones de habitantes del Reino Unido.
Sin embargo, el impacto va más allá de la estadística. Solamente 8,500 personas han obtenido certificados de reconocimiento de género, necesarios para que una persona trans sea legalmente reconocida según su identidad de género. Esto destaca la rigidez y el lento proceso legal al que se enfrentan.
"Es un momento aterrador en el que te arrebatan derechos que ya dabas por ganados", dijo Sophie Gibbs, una mujer trans de 19 años presente en la marcha del sábado en Parliament Square.
El poder de la protesta: Parliament Square como símbolo
Parliament Square se transformó en una marea de banderas trans y colores del arcoíris. Carteles con mensajes como “Liberación Trans Ya” o “No somos una amenaza, queremos dignidad” se dejaron ver entre las lágrimas, cánticos y discursos improvisados. La manifestación fue convocada como una “demostración de emergencia” por múltiples colectivos trans, sindicatos y organizaciones comunitarias.
Zuleha Oshodi, una activista de 29 años, comparó el fallo con abrir la caja de Pandora: “Si normalizamos esta limitación legal, estamos legitimando una cascada futura de restricciones aún más dañinas”.
Una tendencia global preocupante
El fallo británico no es un fenómeno aislado. En los últimos años, gobiernos de diversas latitudes han impulsado restricciones similares. En EE. UU., varios estados han aprobado leyes que limitan el acceso de personas trans a baños públicos, y en países como Hungría o Rusia, políticas anti-LGBTQ+ se entrelazan con discursos nacionalistas.
¿Estamos frente a una ola global de retrocesos en los derechos LGBTQ+? Para algunos expertos, sí. “Las identidades trans han pasado a ser un nuevo campo de batalla política,” indica el sociólogo británico Ken Plummer, profesor emérito en la Universidad de Essex. “Son utilizadas por ciertos sectores como símbolo de una supuesta 'decadencia cultural'. Nada más lejos de la realidad.”
La brecha política entre Escocia e Inglaterra
Escocia, donde empezó esta batalla legal, se ha mostrado más favorable hacia los derechos de las personas trans de manera histórica. La ley de paridad aprobada por el Parlamento escocés en 2018 reconocía explícitamente a las mujeres trans con certificados de género como parte de su objetivo de equidad.
Sin embargo, con esta sentencia, queda anulada la posibilidad de contar con mujeres trans para esas cuotas. John Swinney, primer ministro escocés, expresó públicamente su “profunda comprensión del dolor y angustia” que causa esta sentencia en la comunidad trans, aunque admitió que deberá respetarse.
Implicaciones prácticas: ¿Qué cambiará ahora?
El dictamen tiene consecuencias inmediatas si se aplica ampliamente:
- Toilets: podría respaldar legalmente la exclusión de mujeres trans en baños femeninos en edificios públicos u hospitales.
- Deportes: reforzará las políticas de exclusión en competiciones femeninas que exijan sexo biológico.
- Trabajo y servicios públicos: abre la puerta a que proveedores de servicios justifiquen la negación de acceso a mujeres trans a recursos exclusivos para mujeres.
Pese a que la Ley de Igualdad sigue ofreciendo protección frente a la discriminación, el fallo fortalece argumentos para separar las categorías legales de 'sexo' e 'identidad de género', debilitando la consideración de esta última en escenarios formales.
Voces desde la comunidad: testimonios entre el miedo y la resistencia
Para muchas personas trans, esta sentencia representa un paso atrás en una lucha de décadas. "Me siento invisible, invalidada por un sistema que dice saber quién soy mejor que yo misma", comentó Helena Morris, una terapeuta trans de 34 años.
Otros, como Alex Turner, escritor no binario, ven en las protestas una oportunidad para re-politizar el movimiento: “Hemos asumido que los derechos iban siempre hacia adelante. Esta crisis nos obliga a organizarnos y construir poder comunitario nuevamente”.
¿Un nuevo frente para los Derechos Humanos en Europa?
El caso británico podría llegar al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), donde Reino Unido aún está sujeto a su jurisprudencia por ser miembro del Consejo de Europa. Organizaciones como Stonewall y Liberty ya han indicado que explorarían esta vía, alegando que la sentencia vulnera el derecho a la vida privada, la identidad de género y la no discriminación —todos garantizados por el Convenio Europeo de Derechos Humanos.
Human Rights Watch, por su parte, ha clasificado el fallo como “un desafío preocupante al progreso lento pero consistente en la inclusión trans en Europa Occidental.”
Lo que está en juego: más que una palabra
La batalla en Reino Unido sobre la definición legal de 'mujer' no es simplemente semántica. Define a quién se le permite existir legal y socialmente en ciertos espacios, a quién se le escucha, se le otorga protección o se le expulsa.
En un contexto donde el lenguaje legal moldea la realidad vivida, el dictamen del Tribunal Supremo será recordado como un punto de inflexión. Como indica el historiador y activista trans británico Christine Burns: “La igualdad legal lleva generaciones en construirse, pero se puede desmontar en un solo plumazo. Hoy más que nunca, la comunidad trans necesita solidaridad, visibilidad y acción.”