Referendo laboral en Colombia: ¿avance histórico o trampa populista?
El gobierno de Gustavo Petro impulsa una reforma laboral mediante consulta popular. ¿Es la vía adecuada para transformar el país o un riesgo económico con motivaciones políticas?
Una consulta que marcará el rumbo laboral de Colombia
El gobierno colombiano ha hecho público el contenido de una próxima consulta popular sobre la reforma laboral, una ambiciosa iniciativa que busca transformar el panorama laboral del país. Propuesta como referendo, el objetivo es que los ciudadanos decidan de forma directa si apoyan o no una serie de reformas que afectarían a millones de trabajadores y empresas.
El Ministerio del Interior presentó 12 preguntas que se someterán a votación, las cuales incluyen desde mejoras en beneficios laborales como bonificaciones por trabajo dominical hasta la obligación para plataformas digitales de asegurar a sus trabajadores freelance. La iniciativa surge tras varios intentos fallidos del presidente Gustavo Petro por aprobar su agenda laboral y de salud en el Senado, constituyendo un giro inédito hacia la democracia directa.
¿Qué busca realmente la reforma?
El diseño de la reforma incluye medidas que, a primera vista, parecen ampliamente beneficiosas para los trabajadores:
- Exigir a plataformas como Rappi que otorguen seguro médico a trabajadores independientes.
- Aumentar el pago por trabajo en domingos al doble del salario diario.
- Redefinir el horario laboral diurno de 6 a.m. a 6 p.m., reconociendo como trabajo nocturno —y con su respectiva bonificación— toda labor más allá de ese horario.
- Un fondo especial de pensiones para trabajadores rurales.
- Incluir a personas con discapacidad en por lo menos el 2% de la nómina de las empresas (2 por cada 100 empleados).
Este tipo de propuestas tienen como objetivo situar al trabajador como foco de la política pública, pero las voces críticas no han tardado en señalar los serios retos que esta reforma conlleva.
La crítica empresarial: ¿un obstáculo o una advertencia?
Varios gremios empresariales han manifestado su rotunda oposición al referendo. Jaime Alberto Cabal, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), fue tajante:
“Las reformas del gobierno no reconocen la realidad de 16 millones de colombianos que trabajan informalmente o están desempleados”, señaló en un video publicado en su cuenta de X.
Desde los gremios se argumenta que, lejos de promover el empleo formal, muchas de las medidas incrementarían los costos laborales. En consecuencia, se teme un auge de la contratación informal y el pago bajo cuerda, afectando particularmente a las pequeñas y medianas empresas.
Una estrategia política de alto riesgo
En palabras del propio presidente Petro: “Es tiempo de que el pueblo decida”. Con su popularidad debilitada por los choques con el Legislativo, el mandatario ha decidido empujar sus reformas por fuera del Congreso y convocar a la ciudadanía. Incluso ha anunciado una marcha hacia el Congreso para el 1 de mayo, Día del Trabajador.
El referendo también puede leerse como una estrategia política para movilizar a su base electoral de cara a las elecciones presidenciales de 2026. Según el politólogo Yan Basset, de la Universidad del Rosario:
“Es un cálculo político que puede brindarle réditos, pero también grandes riesgos si la consulta falla, lo que erosionaría su narrativa de ser la voz del pueblo.”
Un referendo inédito: ¿puede realmente prosperar?
Ningún gobierno anterior en Colombia ha impulsado una reforma laboral a través de una consulta popular. De acuerdo a la legislación, al menos un tercio de los votantes habilitados (aproximadamente 13 millones de personas) debe participar para que el resultado sea vinculante.
Petro ganó las elecciones presidenciales de 2022 con unos 11 millones de votos, lo que significa que necesitaría una movilización similar —o incluso mayor— para que la consulta sea válida. Y eso en un contexto de creciente abstencionismo electoral en Colombia, donde en algunas elecciones la participación ha rondado el 55%.
Consultas laborales y precedentes históricos
Colombia no es el único país en considerar reformas laborales mediante referendos. En 2021, Suiza celebró un referendo sobre la limitación del trabajo dominical, que fue rechazado por el 60%. En Italia, varios intentos por flexibilizar las relaciones contractuales a través de consultas populares fracasaron por falta de participación.
En América Latina, sin embargo, el caso de Colombia representa algo radicalmente nuevo. Mientras otros países han optado por reformas legislativas (como Chile y Uruguay), el uso del referendo como arma política y movilizadora podría tener implicaciones duraderas para la gobernabilidad democrática.
Ventajas de la propuesta según el oficialismo
Desde el gobierno se ha insistido en que la reforma es necesaria para corregir décadas de precarización laboral. Datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) muestran que Colombia tiene más de 16 millones de trabajadores informales, una cifra que representa el casi 60% de la fuerza laboral.
Además, el oficialismo sostiene que:
- La legislación actual favorece la tercerización abusiva y la inestabilidad contractual.
- El trabajo informal priva a millones de personas del acceso al sistema de salud y de pensiones.
- La reforma recupera la dignidad del trabajo rural, históricamente ignorado por los sistemas de protección social.
Los desafíos del sector tecnológico y las plataformas digitales
Una de las preguntas más polémicas es la que obliga a plataformas como Uber, Rappi e iFood a asumir responsabilidades sociales sobre sus empleados no contratados formalmente. Estas plataformas han sostenido que no son empleadores, sino intermediarios tecnológicos.
Sin embargo, en otras partes del mundo el paradigma comienza a cambiar. En España, la llamada “Ley Rider” ya obliga a que los repartidores de plataformas digitales tengan contrato. En 2020, la Comisión Europea impulsó una directiva para garantizar derechos mínimos a los trabajadores de economía gig.
En ese contexto, Colombia no estaría sola si decide cambiar la manera en que regula estas actividades.
La pulseada social por la dignidad laboral
El rumbo que tome esta consulta podría cambiar profundamente el tejido laboral del país. Para muchos trabajadores, especialmente del campo, mujeres y jóvenes, las propuestas representan derechos largamente esperados. Para otros, como empresarios y tecnócratas, podrían significar un golpe a la estabilidad macroeconómica y a la competitividad.
Lo cierto es que la reforma laboral por la vía del referendo no solo es un evento inédito, sino también un punto de inflexión para la democracia participativa en América Latina.
Si tendrá éxito, dependerá no solo del contenido de las preguntas, sino de la capacidad de movilización ciudadana y del nivel de participación. En tiempos de desafección política, el riesgo de una consulta con baja convocatoria es real.
Lo que está en juego no es solo el futuro laboral del país, sino la legitimidad del gobierno y su proyecto político.