Alemania en la encrucijada de la seguridad europea: ¿el renacer de un gigante militar?

En el 70° aniversario de su ingreso a la OTAN, Alemania promete liderar la defensa de Europa en tiempos de incertidumbre global

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Un aniversario cargado de significado

El 28 de abril de 2025, Alemania celebró su 70° aniversario como miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), en un ambiente de tensión e introspección en Bruselas. El presidente Frank-Walter Steinmeier reafirmó el compromiso germano de fortalecer su papel en la defensa continental, un giro significativo considerando que durante décadas Alemania adoptó una postura de reticencia militar tras los horrores de la Segunda Guerra Mundial.

"Hoy, con la guerra de (Vladimir) Putin contra Ucrania en plena vorágine y Estados Unidos ejerciendo una intensa presión sobre sus aliados europeos, Alemania ocupa una posición crucial", afirmó Steinmeier junto al secretario general de la OTAN, Mark Rutte.

Estados Unidos cambia su enfoque estratégico

La celebración se dio poco después de que el secretario de Defensa de EE. UU., Pete Hegseth, alzara alarmas entre los miembros de la OTAN al declarar que por "realidades estratégicas claras" Estados Unidos dejaría de centrarse primordialmente en la seguridad de Europa para enfocarse en su frontera sur y la rivalidad con China.

Este cambio recuerda al eslogan "America First" promovido anteriormente por el expresidente Donald Trump, bajo cuya nueva administración se reitera la voluntad de reducir la presencia militar en Europa. Aunque aún no se han anunciado planes oficiales de retirada, el simple planteamiento ya genera inquietud entre los aliados europeos.

Alemania responde: el rearme como nuevo paradigma

A modo de respuesta, Alemania ha renovado su compromiso no solo de alcanzar el objetivo de inversión del 2% de su Producto Interno Bruto (PIB) en defensa —una vieja exigencia de la OTAN— sino que incluso podría superar esa cifra para llegar al 3% en la próxima cumbre de líderes en junio en Países Bajos.

Steinmeier proclamó: "Haremos de Alemania, tanto su ejército como su infraestructura, la columna vertebral de la defensa convencional en Europa".

Este ambicioso propósito marca un renovado espíritu militarista que no se había visto desde la Guerra Fría. Tras décadas bajo las restricciones y tabúes del pasado, el país ha activado un fondo especial de 100.000 millones de euros destinado a modernizar su Bundeswehr, el ejército federal alemán, ampliamente criticado por su obsolescencia en los últimos años.

Un poco de historia: de la posguerra al liderazgo continental

Para entender la magnitud del cambio, hace falta retroceder a 1955, cuando la República Federal de Alemania (RFA) fue admitida como el 15° miembro de la OTAN, en un contexto de temor ante las tropas soviéticas desplegadas al este del Telón de Acero.

El ingreso germano a la alianza fue considerado uno de los movimientos estratégicos más audaces de la posguerra. En ese entonces, todavía estaba fresca la memoria de la Segunda Guerra Mundial, y muchos aliados veían con desconfianza el rearme alemán, aunque finalmente reconocieron la necesidad de integrar a Alemania Occidental en un bloque de defensa común frente a la amenaza soviética.

Hoy, setenta años después, las palabras de Steinmeier reclaman una nueva "sabiduría estratégica" para enfrentar amenazas que, aunque distintas en su naturaleza, son igual de peligrosas: la agresión militar rusa, las campañas de desinformación, el debilitamiento interno de las democracias y una arquitectura internacional tambaleante.

Putin y la sombra de Moscú sobre Europa

La guerra en Ucrania, iniciada en 2022, ha despertado viejos fantasmas y recordado a Europa que la paz que dio por sentada durante décadas puede ser efímera.

El objetivo de la OTAN desde su fundación en 1949 fue precisamente actuar como un dique frente a las aspiraciones expansionistas de Moscú. Primero con la Unión Soviética, ahora con la Rusia de Vladimir Putin, esa amenaza sigue vigente. Como recalcó Steinmeier, no solo está en juego la integridad territorial, sino valores fundamentales como la democracia y el Estado de derecho:

"Todos sabemos que estos valores han sido atacados no solo desde fuera, sino también desde dentro", advirtió.

La incógnita de Ucrania y la ampliación de la OTAN

Otro asunto que sobrevuela las reuniones aliadas es el futuro de Ucrania. Mientras el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, clama por garantías de seguridad concretas, Hegseth apagó cualquier esperanza al señalar que Ucrania "no recuperará todo su territorio" y que tampoco será admitida en la OTAN en el futuro cercano.

Históricamente, los principios de la OTAN han establecido que las decisiones sobre nuevos miembros recaen exclusivamente en la organización y los candidatos, sin injerencia de terceros. Sin embargo, en el contexto actual, la membresía ucraniana parece ser objeto de negociación entre Washington, Moscú y Kiev, relegando quizás los ideales de autonomía y autodeterminación.

Alemania frente a nuevos desafíos: ¿un liderazgo confiable?

El liderazgo que Alemania aspira a ejercer, sin embargo, no está exento de desafíos y escepticismos. Algunos apuntan a cuestiones internas como los debates sobre deuda pública, el envejecimiento de la población y los movimientos políticos extremos que podrían debilitar la cohesión nacional y hacer tambalear sus compromisos internacionales.

La transición de Alemania de "poder civil" a "pilar militar" de Europa está todavía en pleno proceso, y mientras avanza en este camino, deberá convencer a sus aliados —y a sí misma— de que puede cargar con la responsabilidad histórica que se está autoasignando.

¿El regreso de una Alemania más militarizada?

La pregunta implícita en los discursos y decisiones recientes es si Europa —y el mundo— está preparado para un escenario donde Alemania, tradicionalmente un actor diplomático y moderador, asuma una postura militarista proactiva.

La historia pesa. El recuerdo de los conflictos mundiales suscitados en el pasado origina precauciones comprensibles. Aun así, la realidad geopolítica contemporánea parece empujar a Berlín hacia un rol de liderazgo ineludible.

Una frase dicha hace más de un siglo por Otto von Bismarck, el "Canciller de Hierro", resuena en este contexto: "La única política sabia es la de actuar a pasos lentos pero seguros".

Quizás esa deba ser la máxima que guíe a Alemania en su renovado protagonismo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press