El oro verde de Guatemala: la apuesta por el aguacate en medio de aranceles, esperanza rural y retos ambientales

Con grandes ambiciones de conquistar el mercado estadounidense, Guatemala enfrenta desafíos logísticos, tarifarios y ambientales en su camino para convertirse en un competidor serio frente al gigante mexicano del aguacate.

Guatemala quiere ser protagonista en el mercado del aguacate

De pie ante una planta empacadora reluciente con su propio helipuerto y rodeado de fértiles campos verdes, el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, no dudó en declarar el inicio de una nueva etapa en el desarrollo agrícola del país: la exportación de aguacates hacia Estados Unidos.

Aunque el primer envío aún no se ha concretado, los productores guatemaltecos ven una oportunidad estratégica en este mercado multimillonario. Con México —que exporta 1.4 millones de toneladas de aguacate al año a EE.UU.— dominando el escenario, Guatemala planea dar pasos firmes, aunque pequeños al inicio, para tomar una porción de ese pastel.

Un cultivo en crecimiento acelerado

Actualmente, Guatemala tiene 7,000 hectáreas plantadas con aguacates. Pero Francis Bruderer, presidente de la Asociación Guatemalteca de Productores de Aguacate, señala que en una década esa superficie podría multiplicarse más de cuatro veces, alcanzando las 30,000 hectáreas.

“Cada año se están plantando más árboles”, afirma Bruderer, agregando que el aguacate ya es el tercer cultivo más plantado del país, detrás solamente del hule y la palma africana.

La nueva planta empacadora ubicada en Barberena, al sur de la capital, fue construida por la empresa Mission Produce de California, uno de los principales distribuidores de aguacate en el mundo. Su presidente para Sudamérica, Juan Rodolfo Wiesner, dijo que Guatemala representa una promesa emergente para la industria global del aguacate.

Proyecciones ambiciosas, obstáculos complejos

En noviembre, el Departamento de Agricultura de EE.UU. aprobó la importación de aguacates guatemaltecos y el Ministerio de Agricultura estimó que el país podría exportar 1,700 toneladas al inicio, con una meta de 15,000 toneladas para 2030.

Pero a pesar de estas proyecciones, seis meses después ni una sola fruta ha cruzado la frontera. Persisten varios factores que han retrasado esta transición del entusiasmo a la acción:

  • Aranceles del 10% anunciados por el expresidente Donald Trump, que también afectan a Guatemala.
  • Falta de aprobación final de protocolos fitosanitarios por parte de EE.UU.
  • Temores del sector privado ante escenarios comerciales indefinidos y volátiles.

El economista Ricardo Barrientos advierte que “hay cautela y miedo entre los actores económicos”, ya que la falta de claridad sobre los términos de exportación podría poner en riesgo inversiones y cosechas enteras.

Ventajas estratégicas: cercanía geográfica y clima

A pesar de estos desafíos, Guatemala posee ventajas frente a sus competidores. Su proximidad con EE.UU. ofrece menores costos de transporte, y su experiencia exportadora a Europa le ha otorgado capacidad operativa sólida.

Además, los problemas persistentes en México —como amenazas a inspectores estadounidenses en Michoacán y la influencia del crimen organizado en los cultivos— han generado incertidumbre que podría jugar a favor de Guatemala.

En 2022, EE.UU suspendió temporalmente las importaciones de aguacate mexicano tras amenazas a sus inspectores, poniendo en evidencia la vulnerabilidad del sistema actual. Eso mismo llevó a que el gobierno estadounidense cediera las inspecciones al estado mexicano en 2023.

El ‘síndrome del oro verde’: crimen y deforestación

Sin embargo, el crecimiento súbito del aguacate —conocido como el ‘oro verde’— también trae consigo riesgos. En México, el auge del aguacate ha sido acompañado por:

  • Extorsión de grupos criminales hacia productores y empacadores.
  • Desplazamientos agrícolas que afectan la biodiversidad.
  • Conflictos por el uso de agua entre comunidades.

Ante este panorama, Guatemala debe evitar repetir errores. El Ministerio de Agricultura asegura que las grandes compañías están implementando riego por goteo para maximizar el uso eficiente del agua. Sin embargo, actualmente no existen regulaciones específicas sobre el uso de agua para estos cultivos.

“La producción y exportación del aguacate deben incorporar buenas prácticas agrícolas que también velen por el medio ambiente”, afirma el Ministerio como respuesta inicial a la presión medioambiental.

Una apuesta por el desarrollo rural sostenible

Según datos del gobierno guatemalteco, la industria del aguacate ya emplea a más de 6,000 personas a lo largo de la cadena de suministro. En regiones agrícolas tradicionalmente empobrecidas, este fruto representa algo más que una mera cosecha: es una herramienta de transformación social.

“Es una oportunidad concreta, significa desarrollo rural y crecimiento económico sostenible”, dijo el presidente Arévalo durante la inauguración de la planta de Mission Produce.

Los empleos generados van más allá del campo: transporte, empaquetado, exportación e inspección también forman parte de este ecosistema dinámico.

Además, el número creciente de mujeres trabajadoras dentro de estas plantaciones señala una mayor equidad económica en áreas donde históricamente el empleo agrícola ha sido dominado por hombres.

¿Cómo competir con México?

México ha sido y sigue siendo el rey del aguacate, con estados como Michoacán y Jalisco liderando producción y exportación. Su volumen anual de exportación supera el 80% del mercado estadounidense.

Pero las crisis de seguridad, las interrupciones recientes y los impactos ambientales negativos están haciendo que el Departamento de Agricultura de EE.UU. considere diversificar sus proveedores.

Estados como Perú y República Dominicana ya han iniciado rutas de exportación. Guatemala, por su parte, buscará entrar este mismo 2025 si logra sortear el tema de aranceles y completar las inspecciones requeridas.

¿Qué dicen los consumidores en EE.UU.?

Los estadounidenses han aumentado su consumo de aguacate un 333% en las últimas dos décadas, según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos. De consumir 1.5 libras por persona en 2001, pasaron a más de 7 libras per cápita en 2023.

Este aumento se ha impulsado también por el auge de dietas saludables y la popularidad de comidas como el guacamole o las tostadas con aguacate, populares entre los millennials y Gen Z.

Una encuesta de Avocados From Mexico reveló que el 56% de los consumidores estaría dispuesto a pagar más por aguacates cultivados de manera sostenible. Esto representa una ventaja emocional y ética para Guatemala, que puede presentarse como un nuevo actor transparente y responsable.

Conclusión: ¿Puede Guatemala convertirse en un jugador líder?

El potencial está claro: tierra fértil, mano de obra disponible, cercanía logística y voluntad política. Pero todavía hay mucho por resolver.

Guatemala está en una encrucijada. Si logra superar las barreras sanitarias, tarifarias y medioambientales, podría convertirse no solo en un proveedor alternativo, sino en un símbolo de cómo el agro puede ser motor de desarrollo y herramienta contra la pobreza.

Mientras tanto, los árboles siguen creciendo, las plantas empacadoras se preparan, y decenas de miles de manos esperan que el “oro verde” sea también una promesa de futuro.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press