Más allá del estilo: La moda como resistencia y afirmación cultural en los hombres negros

Desde los trajes de sastre hasta las zapatillas urbanas, la ropa ha sido un lenguaje poderoso para los hombres afrodescendientes a lo largo de la historia, un símbolo de lucha, orgullo e identidad frente a los estigmas raciales.

Vestirse para sobrevivir: moda como estrategia de movilidad social

En el sur de Chicago, crecer siendo hombre y negro significaba entender que lo que llevabas puesto era más que estética. El Rev. Dr. Howard-John Wesley lo supo desde pequeño. Su padre, un migrante desde Louisiana después de la Segunda Guerra Mundial buscando mejores oportunidades, era meticuloso con su apariencia: camisa, corbata y traje, con la esperanza de poder navegar en espacios donde, históricamente, los afroamericanos no eran bienvenidos.

"Vestirse bien no era una cuestión de vanidad, sino de seguridad y aceptación", afirma Wesley. Pero también era un campo minado: una gorra de béisbol mal colocada podía convertirte en objetivo de detención o violencia por parte de las autoridades. El atuendo, en vez de proteger, podía convertirse en prueba de culpabilidad.

La ropa habla: moda y construcción de identidad negra

Jonathan Square, profesor de la Parsons School of Design, lo resume así: "Siempre es un diálogo entre lo que puedes ponerte y lo que no puedes quitarte: tu identidad negra". Esta frase cobra sentido en el actual contexto del Met Gala 2025, donde la exposición "Superfine: Tailoring Black Style" en el Museo Metropolitano de Nueva York celebra la sofisticación, la resistencia y el legado de los hombres negros a través de su vestimenta.

La muestra está inspirada en el libro de 2009 "Slaves to Fashion: Black Dandyism and the Styling of Black Diasporic Identity" de la profesora Monica L. Miller. Hace énfasis en cómo los hombres negros han usado el vestir como una forma de expresión, clase, desafío o pertenencia. En palabras de la analista de moda Kimberly Jenkins: "La ropa importa porque les ofrece autoexpresión, movilidad social y agencia frente a siglos de opresión sistémica".

Del zoot suit al streetwear: evolución de un lenguaje

El recorrido histórico de esta expresión comienza con el zoot suit de los años 20 en Harlem: pantalones anchos, chaquetas largas y hombros con hombreras, símbolo de rebeldía y de una estética que desafiaba las normas blancas. Más tarde, en las décadas de 1980 y 1990, llegaron los jeans caídos, las camisetas oversize, las chaquetas con logos y el auge del hip-hop como expresión cultural y visual.

El hoodie, los sneakers y el estilo callejero configuraron una forma de vestir que trascendió lo urbano para colonizar pasarelas de alta costura. Sin embargo, el cuerpo que los usa sigue siendo clave. Jenkins advierte: "No es la prenda, sino quién la lleva puesta, lo que determina si será aplaudida o criminalizada".

Los peligros de vestir siendo negro

La moda ha sido utilizada como arma de discriminación y exclusión. El caso paradigmático es el de Trayvon Martin, un joven afroamericano asesinado en 2012 en Florida. Su crimen: usar un hoodie que lo hizo "sospechoso" a los ojos del vigilante vecinal George Zimmerman. La prenda más popular del armario urbano se convirtió en símbolo de amenazas estereotipadas.

El Rev. Wesley llevó un hoodie a su iglesia en protesta y solidaridad tras la muerte de Martin, y reflexionó públicamente sobre el temor constante que siente por sus propios hijos ante cómo podrían ser percibidos simplemente por su forma de vestir. "Tal vez soy demasiado estricto al no permitirles usar jeans caídos, pero no puedo arriesgarme a que los etiqueten innecesariamente", confiesa.

El traje como armadura

Históricamente, muchos hombres negros han creído que un traje puede funcionar como una armadura. Figuras como W.E.B. Du Bois, el influyente activista de derechos civiles, cuidaban meticulosamente su aspecto como símbolo de respeto por sí mismos y una declaración visual de igualdad social. Incluso artistas y deportistas han usado la vestimenta formal como estrategia mediática. A$AP Rocky, por ejemplo, asistió a su juicio de 2024 por cargos de posesión de armas (del cual fue absuelto) vestido con Yves Saint Laurent, convirtiendo el tribunal en pasarela y narrativa de justicia y estilo.

Ir contra la marea: moda como disidencia

Sin embargo, otros han apostado por la ruptura. Los Panteras Negras, con sus boinas negras y chaquetas de cuero, desafiaban no sólo al sistema político, sino incluso a las normas sartoriales blancas. El uso de dashikis, prendas coloridas y originarias de África, fue otra forma de desconectarse del canon occidental y vincularse con la diáspora panafricana.

Lo que para unos es integración y respeto, para otros es reafirmación y desobediencia. Ambas posturas coinciden en lo mismo: vestirse es político. Y en el caso negro, doblemente.

La institucionalización del prejuicio a través del vestir

La NBA, por ejemplo, introdujo un código de vestimenta en 2005 que obligaba a los jugadores a llevar traje en las líneas laterales, una política que muchos vieron como intento de blanquear la cultura hip-hop dominante entre sus jugadores afroamericanos, como Allen Iverson. "La ropa urbana se volvió motivo de vergüenza institucional porque no era el tipo de imagen que querían proyectar públicamente", comenta Jenkins.

Más reciente fue el caso del joven afroamericano que en 2013 fue detenido en una tienda de lujo de Nueva York tras comprar un cinturón costoso. ¿Su crimen? Estaba vestido como un "sospechoso" para los sistemas sesgados de vigilancia comercial. No había hecho nada ilegal, pero su apariencia estaba fuera del 'lugar esperado'.

Moda, negocio y apropiación

Paradójicamente, mientras que el estilo urbano negro era criminalizado, en paralelo se comercializaba globalmente sumando millones de dólares. Marcas como Nike, Adidas, Supreme o incluso Louis Vuitton han lucrado con estéticas surgidas en comunidades que históricamente fueron marginadas. Pero este éxito comercial no necesariamente ha dado un lugar justo a quienes lo crearon.

Lo que antes se asociaba con la cultura callejera negra ahora es parte de nuestro día a día. Pero, nuevamente, quién lo porta marca la diferencia”, afirma la diseñadora Elka Stevens, de la Universidad Howard.

Met Gala 2025: ¿momento de reconocimiento o de espectáculo?

El Met Gala de este año se ha convertido en un espacio para hablar de estas dinámicas. Con artistas como Pharrell Williams, Lewis Hamilton, Colman Domingo y A$AP Rocky como anfitriones, la moda negra masculina finalmente recibe un lugar central en uno de los eventos más influyentes del mundo fashionista. Pero la pregunta persiste: ¿es este reconocimiento auténtico o simplemente tendencia?

La exposición "Superfine: Tailoring Black Style" busca rescatar la diversidad, sofisticación y carga histórica que hay detrás de cada prenda negra, desde la sastrería tradicional hasta la reinvención del hoodie. Jenkins lo resume: “La indumentaria es poder. Poder para gritar, para protegerse, para pertenecer. Para vivir y resistir”.

Vestirse no es un acto neutro, especialmente para los hombres negros. Cada elección de indumentaria puede ser interpretada como una amenaza o como aspiración. Frente a esa mirada social constante, ellos han hecho de su cuerpo una pasarela de resistencia, memoria y orgullo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press