Visa y los Agentes de IA: El Futuro del Comercio Personalizado ya Está Aquí
La revolución del shopping automatizado ha comenzado, y Visa quiere liderarla junto a OpenAI, Microsoft y otras potencias tecnológicas
¿Robots que compran por ti? No es ciencia ficción: Visa lo está haciendo realidad
Imagina que necesitas los víveres de la semana, comprar un pasaje de avión o reemplazar tu suéter favorito. No tienes tiempo, no quieres comparar precios y, para ser franco, todo ese proceso te aburre. La solución viene en forma de agentes de inteligencia artificial (IA) conectados a tu tarjeta Visa, que hacen esas gestiones por ti.
Esto no es un prototipo más de Silicon Valley. Visa anunció una alianza estratégica con varias de las empresas líderes en IA —entre ellas, OpenAI, Microsoft, Anthropic, Perplexity y Mistral (Francia)— para integrar sus chatbots y sistemas de IA con la red de pagos de Visa. Además, compañías como Samsung, IBM y Stripe también están colaborando en este esfuerzo histórico.
Del chatbot al asistente que compra por ti
La nueva generación de estas IA no quiere solo responder preguntas o resumir correos. Su enfoque está en ser “agentes”, es decir, asistentes autónomos capaces de completar tareas concretas y ejecutar decisiones dentro de parámetros definidos por el usuario. Esto se denomina IA agéntica.
Jack Forestell, director de producto y estrategia de Visa, lo expresó claramente: “Es un cambio transformacional, del mismo orden de magnitud que el surgimiento del comercio electrónico”. La idea es que al otorgar acceso seguro a los sistemas de pago, estos agentes puedan comprar por nosotros en plataformas digitales, desde el supermercado hasta las aerolíneas.
Una industria lista para despegar
Visa ha invertido más de seis meses en probar esta integración con desarrolladores de IA, superando barreras técnicas clave para que esta experiencia sea viable para el consumidor promedio.
¿Por qué ahora? Porque el auge de la inteligencia artificial generativa ha transformado la manera en que interactuamos con el software. El año pasado, más de 13 millones de usuarios empezaron a usar IA generativa con fines diversos (según Statista), y el sector comercial quiere aprovechar esa ola.
¿Cómo funciona un agente de compras?
Supón que usas un chatbot de Perplexity o ChatGPT para buscar el mejor portátil por menos de $800. El agente, con acceso a tus historiales de compra en Visa (si lo autorizas), podría identificar que sueles comprar productos de tecnología de Apple o Lenovo. Entonces te sugiere modelos relacionados, compara precios en tiempo real, y si lo autorizas, realiza la compra directamente por ti, dentro del presupuesto y condiciones que configuraste previamente.
La clave: pagos automatizados, pero seguros
Uno de los obstáculos más grandes que enfrentaban los agentes de IA era la etapa de pago. Muchos chatbots llegaban hasta la recomendación, pero al momento de comprar decían: “Ahora te toca a ti”. Visa quiere cambiar eso al ser la pasarela de pagos modulares que permite procesar operaciones hechas por IA.
Forestell lo enfatizó: “Los problemas de pagos no pueden ser resueltos solo por las plataformas de IA. Por eso trabajamos juntos”.
Además, estos agentes podrán tener limitaciones de gasto. Por ejemplo, puedes decirle a tu IA: “Compra leche, pan y frutas cada martes, pero no gastes más de $50”, o “búscame el mejor vuelo a Nueva York por menos de $400 y cómpralo sólo si es directo”.
Una IA que sabe lo que te gusta
Dmitry Shevelenko, director de negocios de Perplexity, lo explicó con claridad: “Cuando generamos una recomendación —como preguntarte sobre los mejores portátiles— podríamos saber qué otras transacciones hiciste y cuáles son tus hábitos de compra”. Así, los agentes aprenden tus preferencias reales, no solo lo que escribes en una búsqueda.
¿Y los riesgos?
- Privacidad: Para que los agentes funcionen bien, deben tener acceso a tus datos históricos de compra. Esto implica un nuevo nivel de consentimiento informado, y los consumidores necesitarán garantías sobre cómo, cuándo y hasta qué punto sus datos serán utilizados.
- Deudas: Con los balances de tarjetas de crédito en EE.UU. superando los $1.21 billones a fines del 2023, hay preocupaciones legítimas sobre si los agentes podrían exagerar su autonomía y llevar a un mayor endeudamiento. Visa insiste en que la decisión final sigue siendo humana y que los límites de gasto configuran una barrera ética importante.
- Autonomía vs. control: ¿Qué pasa si un agente reserva un hotel no reembolsable que no te gustaba? En estos casos, Visa afirma que mantendrá políticas de protección y mecanismos de disputa tal como ocurre actualmente con los pagos tradicionales.
Del ‘window shopping’ al agente invisible
No todo está diseñado para ser automatizado. Forestell destaca que las compras de lujo como moda, relojes y autos aún tienen un componente social, lúdico o estético. En estos casos, la IA podría estar como “asistente invisible”, haciendo recomendaciones y comparando precios, pero sin ejecutar la compra directamente.
¿Y qué hay del futuro?
Visa afirma que esta tecnología podría estar disponible al público de forma más extendida a partir de 2025, aunque los programas piloto ya están en marcha. Será un sistema que combine personalización, rapidez y seguridad. Al conectarse con plataformas líderes en IA, Visa trata de garantizar que su red siga siendo vital en los hábitos comerciales digitales del futuro… y que no dependa únicamente de las grandes tecnológicas como Amazon y Google.
En palabras de Forestell: “Con el consentimiento del usuario, la IA podrá replicar sus decisiones de compra, no solo recomendar productos. Y cuando eso ocurra, el comercio digital entrará en una nueva era”.
¿Al servicio del usuario… o de las plataformas?
A medida que estas capacidades crecen, surgirán nuevas preguntas éticas. ¿A quién sirve realmente un agente de IA? ¿A ti, que le diste instrucciones? ¿O a las marcas que están dispuestas a pagar más por aparecer primeras en una recomendación automatizada?
El desarrollo tecnológico avanza más rápido que la legislación, lo que exige una regulación proactiva. Mientras tanto, el consumidor deberá mantenerse informado y crítico ante tanta comodidad automatizada.
Lo que está claro es que los agentes de IA, como nueva frontera tecnológica, ya no son un experimento de laboratorio: están tocando nuestra puerta… o más bien, nuestra tarjeta Visa.