‘Rust’ y el peso de una tragedia: un western imposible de separar de su historia real

Más allá del tiroteo que marcó su producción, ‘Rust’ emerge como una película que evoca emociones complejas, honra a Halyna Hutchins y nos confronta con la fragilidad del cine

Por más que uno lo intente mirar con otros ojos, ‘Rust’ nunca podrá escapar del halo de tragedia que la envuelve. El regreso de Alec Baldwin al buen cine del oeste se ha convertido en un caso sin precedentes: una obra que, más allá de su valor cinematográfico, está marcada por la muerte, el duelo, y una pregunta persistente: ¿qué hacemos con el arte cuando este surge del dolor?

Un disparo, una vida y un proceso traumático

For Halyna”, se puede leer al cierre del filme. Ese breve tributo encapsula lo inabarcable: el impactante deceso de la directora de fotografía Halyna Hutchins, víctima de un disparo accidental durante un ensayo en el set el 21 de octubre de 2021, cuando Alec Baldwin manipulaba lo que se asumía era un arma de utilería sin munición real.

No era una escena, no eran efectos especiales. Era la vida desgarrándose fuera del guion. El director Joel Souza también resultó herido. El tiro, inexplicablemente real, marcó una ruptura en Hollywood, encendiendo el debate sobre seguridad en los sets, el uso de armas reales y la responsabilidad de los productores.

Tras una serie de investigaciones y un proceso legal extenso, Baldwin fue acusado de homicidio involuntario, aunque eventualmente los cargos fueron desestimados. Hannah Gutierrez-Reed, responsable del manejo del armamento, fue condenada a 18 meses de prisión. Pese a ello, y con Souza retornando al proyecto, ‘Rust’ fue terminada, en parte por deseo de la familia Hutchins, que quiso ver completada la obra de Halyna.

¿Qué es ‘Rust’? Una construcción entre sombras

La película, en papel, podría parecer un western más. Pero su trasfondo la convierte en un testimonio fílmico de resiliencia ante la adversidad. La trama se sitúa en el Wyoming de 1880 y sigue a Lucas Hollister, un joven que accidentalmente mata a un ranchero y se enfrenta a la pena de muerte. Su abuelo desaparecido, el legendario forajido Harlan Rust —interpretado por Alec Baldwin— reaparece para salvarlo, desencadenando una persecución hacia la frontera mexicana.

Es un relato clásico de redención, familia y justicia... pero empañado por los eventos que lo rodean. Hay una contradicción inherente al ver la violencia y los tiroteos del western, sabiendo que, fuera de cámara, una bala real cambió todo.

Cinematografía: belleza en medio de la pérdida

Si algo destaca por encima del resto en ‘Rust’, es su exquisita fotografía. Gran parte de la labor fue realizada por Hutchins antes del trágico incidente, y continuada por Bianca Cline con el afán de preservar su legado.

“¿Qué podemos hacer para mejorar esto?”, fue una frase que Hutchins solía repetir. Su visión estética sigue viva en cada plano que captura la vastedad del desierto, la melancolía del atardecer o la crudeza de la vida fronteriza.

La crítica especializada, consciente del contexto, ha hecho énfasis en la sensibilidad visual como punto fuerte. El sitio Rotten Tomatoes aún no publica un consenso final, pero las primeras reacciones apuntan a una evaluación mixta, donde el lado técnico es elogiado mientras que el guion y el ritmo dramático reciben críticas más tibias.

Las actuaciones: luces y sombras

Patrick Scott McDermott, en su debut como Lucas Hollister, brilla con una actuación contenida y expresiva, articulando bien la carga emocional de su personaje.

En contraste, Baldwin ofrece un papel sombrío, correcto pero distante, probablemente afectado por el peso personal. Su interpretación como Rust carece de la chispa de antaño, y aunque mantiene una presencia sólida, se sienten las fisuras emocionales detrás del personaje.

Frances Fisher encarna a la hermana del personaje de Baldwin con fuerza, mientras que Josh Hopkins y Travis Fimmel completan el elenco con actuaciones decentes pero sin particular brillo.

Un filme que no se puede distinguir del luto

Es casi imposible abstraerse del contexto. El morbo de ver una película donde ocurrió una tragedia real será, para muchos, el principal motivador para asistir al cine o reproducirla en casa. Y aunque eso pueda parecer injusto, esa curiosidad también puede generar un nuevo diálogo: ¿cuál es la función del cine cuando nace del dolor?

El propio director, Joel Souza, afirmó durante su estreno en el Festival de Cine de Gdynia (Polonia): “La familia de Halyna quería que su trabajo fuera visto. Eso fue lo que me impulsó a continuar”.

El material promocional aclara también que los productores originales no recibirán ingresos, y que las ganancias irán a Matthew Hutchins y su hijo Andros, parte del acuerdo realizado tras la tragedia.

Un mapa visual profundamente simbólico

Muchos momentos de ‘Rust’ se sienten cargados de referencias no intencionadas. Abundan los disparos, como es común en el género, pero el conocimiento de lo ocurrido fuera de escena convierte cada secuencia armada en una experiencia tensa, casi dolorosa de ver.

El simbolismo es inevitable: un niño acusado premeditadamente por un acto involuntario, salvado por un forajido que arrastra su propia carga de culpa. El paralelismo con la realidad y con quienes participaron en la producción es tan evidente como inquietante.

¿Puede el arte sanar heridas?

La pregunta que flota en cada escena es si ‘Rust’ puede ser más que su tragedia. Al igual que otras obras marcadas por eventos trascendentales (como ‘The Crow’, con la muerte de Brandon Lee), la línea entre creación y catarsis se vuelve borrosa.

Para algunos, verla será rendir homenaje a Hutchins. Para otros, será un recordatorio de las fallas estructurales de Hollywood, de la necesidad de protocolos más seguros, y de cómo una industria puede seguir trabajando a pesar de la muerte.

“Rust no es simplemente cine: es un testimonio incómodo sobre responsabilidad, pérdida y memoria”.

En definitiva, este western no será recordado por sus méritos narrativos ni actorales. Será recordado por su historia detrás de cámara, por la bala que nunca debió haber estado allí, y por una pregunta que se hace cada vez más fuerte: ¿cuánto vale una vida en el set?

‘Rust’, distribuida por Falling Forward Films, tiene una duración de 139 minutos y no posee clasificación oficial por la MPA. Su recepción crítica ha sido desigual, pero su mayor éxito podría ser abrir debates necesarios y mantener viva la memoria de una mujer cuyo trabajo enmarcaba una pasión que la llevó, trágicamente, al último plano de su vida.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press