Devin Bush: la caída de una estrella de la NFL entre acusaciones de violencia doméstica

El linebacker de los Cleveland Browns enfrenta cargos por agresión simple y acoso: un nuevo episodio que reabre el debate sobre la conducta de los atletas profesionales fuera del campo

La detención que sacude a la NFL

El pasado fin de semana, el apoyador de los Cleveland Browns, Devin Bush Jr., fue arrestado y acusado formalmente de acoso y agresión simple en Sewickley, una localidad suburbana de Pittsburgh. Según el informe emitido por la policía del distrito de Bell Acres, el incidente involucró a su pareja sentimental, quien lo acusó de haberla perseguido por toda la casa, inmovilizado contra una mesa de masajes y destruido su teléfono celular para impedir que llamara por ayuda.

El caso ha generado conmoción no sólo por la gravedad de las acusaciones, sino también por tratarse de un jugador conocido en la liga y con pasado en dos equipos prominentes: los Pittsburgh Steelers y los Seattle Seahawks. Bush fue seleccionado en la primera ronda del Draft de la NFL en 2019 como la décima selección global, y tras firmar con los Browns en 2023, parecía encaminado a redimirse como uno de los linebackers más talentosos de su generación.

Los hechos según la investigación policial

La víctima, identificada como su pareja, relató a los oficiales que la discusión comenzó en la mañana del domingo por un tema aparentemente trivial: el desorden en la cocina y un amigo de Bush. Sin embargo, la discusión escaló rápidamente y, al sentirse insegura, la mujer comenzó a grabar con su celular. Fue entonces cuando, según las declaraciones, Bush la correteó, la sujetó con fuerza usando su cuerpo y le arrebató el dispositivo para posteriormente romperlo. También intentó tomar su iPad.

Ella y su hija lograron huir a casa de un vecino, lo cual dio lugar a la llamada al 911. El oficial que redactó el informe señaló que había lesiones visibles en la muñeca y pie derecho de la víctima, consistentes con el forcejeo descrito por ella.

Interrogado por las autoridades, Bush admitió destruir el celular, pero negó haber usado violencia física. Sin embargo, el informe policial reveló contradicciones en su versión y recalcó que la evidencia visual respaldaba las declaraciones de la víctima.

El historial de violencia doméstica en la NFL

El caso de Devin Bush no es aislado. A lo largo de las últimas dos décadas, la NFL ha estado marcada por múltiples incidentes de violencia doméstica, agresiones sexuales y otras conductas delictivas involucrando a sus jugadores. Quizás el caso más escandaloso fue el de Ray Rice en 2014, quien agredió brutalmente a su esposa en un ascensor de un casino en Atlantic City. El video de seguridad, publicado por TMZ, generó tal indignación que la liga debió revisar sus políticas internas de conducta personal.

Estudios comunitarios revelan que los índices de arrestos entre los jugadores de la NFL por violencia doméstica son elevados. El National Coalition Against Domestic Violence (NCADV) ha solicitado en múltiples ocasiones la implementación de protocolos más estrictos y estandarizados para lidiar con estas situaciones.

“La tolerancia cero sólo existe si se aplica con coherencia. No basta con suspender jugadores por un par de juegos; hay que reeducar, intervenir y prevenir”, sostuvo en un comunicado de 2023 Karen Lodges, directora del programa de intervención de hombres agresores del condado de Harris.

¿Hay una cultura de impunidad dentro del deporte?

Uno de los grandes debates actuales es si la NFL y sus equipos protegen más la imagen corporativa que a las posibles víctimas. En muchos casos, los jugadores involucrados continúan participando en los entrenamientos mientras se investiga o son simplemente suspendidos por un par de partidos, sin mayores consecuencias deportivas o salariales.

En el caso de Bush, los Cleveland Browns han declarado escuetamente que están "al tanto del incidente y recabando más información", sin sanción inmediata ni suspensión parcial. Esto ha provocado fuertes críticas de aficionados y especialistas.

“El mensaje que se envía es terrible: jugar bien es más valioso que comportarse como un ser humano respetuoso”, argumentó Stephen Holder, periodista deportivo del Indianapolis Star. “Hasta que la liga no imponga consecuencias reales e inmediatas, las víctimas seguirán en desventaja.”

¿Qué puede esperar Devin Bush?

Con una audiencia preliminar programada para el 20 de mayo, el panorama legal de Bush aún no está completamente definido. Sin embargo, de ser hallado culpable, enfrentaría una multa económica, libertad condicional y posible pena de cárcel al tratarse de un acto de violencia doméstica agravado por haber intentado impedir que su pareja pidiera ayuda.

Legalmente, el cargo de agresión simple en Pensilvania se define como causar o intentar causar daño físico de manera voluntaria, y es considerado un delito menor de segundo grado. Además, la destrucción de propiedad ajena (el celular de la víctima) podría acarrear otros cargos complementarios.

Se sabe que Drew Rosenhaus, agente de Bush, aún no ha emitido declaraciones formales ni ha designado un abogado defensor en los expedientes judiciales revisados hasta la fecha.

La doble vida del ídolo deportivo

Este caso vuelve a encender la preocupación sobre la vida privada de los deportistas de élite y la forma en la que la fama puede generar entornos donde el abuso de poder y la violencia doméstica se ven ocultos o relativizados. A pesar de campañas como "No More" patrocinada por la liga, los efectos prácticos sobre la cultura interna de vestuario parecen escasos.

“Estos hombres no sólo son físicamente formados para el combate deportivo, sino que son rodeados por una cultura que valida su poder y presencia dominante,” explicaba en 2021 el sociólogo deportivo Jeffrey Benedict. “En muchos casos, trasladan esa dinámica a lo privado, con consecuencias devastadoras.”

¿Qué debería hacer la NFL?

La NFL ha implementado un código de conducta personal desde 2007, revisado en 2014 tras el caso Rice, y aunque incluye sanciones que pueden ir hasta la suspensión indefinida, en la práctica, su cumplimiento ha sido errático.

Activistas y especialistas en violencia de género han propuesto que la NFL adopte medidas como:

  • Suspensiones inmediatas en cuanto se formalicen cargos policiales.
  • Evaluaciones psicológicas obligatorias.
  • Programas de rehabilitación gubernamentales o comunitarios para cada jugador implicado.
  • Comités independientes externos a la liga para evaluar caso por caso.

“Ya no se trata de proteger la marca NFL, sino de entender que estos casos pueden costar vidas,” afirmó Angela Preston, defensora de víctimas de abuso y ex colaboradora del Women’s Sports Foundation.

Una historia que apenas comienza

Mientras Devin Bush enfrenta la justicia, la NFL y los Cleveland Browns tendrán que responder no sólo con comunicados institucionales, sino con decisiones contundentes que reafirmen un compromiso real con el bienestar de las víctimas. El caso también obliga a los aficionados a mirar más allá de las estadísticas dentro del campo y cuestionar a qué tipo de líderes deportivos se está validando con contratos millonarios.

No se trata sólo de castigar. Se trata de transformar una cultura que ha fallado, durante décadas, en proteger a sus víctimas frente a figuras masculinas que parecían intocables.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press