El caos del deporte universitario estadounidense: dinero, poder y una batalla legal multimillonaria

Entre demandas, cambios normativos y presiones políticas, el futuro del deporte universitario en EE.UU. pende de un hilo. ¿Quién gana y quién pierde en la guerra por el NIL?

El modelo tradicional del deporte universitario en Estados Unidos está en crisis. Lo que alguna vez fue una estructura rígida en la que los atletas eran estudiantes antes que deportistas profesionales, hoy es un torbellino legal, económico y político donde el dinero, la equidad y el poder colisionan sin tregua.

El acuerdo histórico del NIL y su impacto

El acuerdo tentativo por 2.800 millones de dólares que busca compensar a atletas universitarios por años de prohibiciones sobre ingresos derivados de su nombre, imagen e imagen comercial (NIL, por sus siglas en inglés) tiene implicaciones que van mucho más allá que cifras.

Estamos hablando de un giro radical en el paradigma del deporte universitario, el cual durante décadas se sostuvo en la idea de que los atletas no debían recibir compensaciones económicas directas, para preservar la "pureza" educativa del deporte.

Hoy, sin embargo, esa idea ha quedado desfasada, superada por la realidad de contratos millonarios, programas televisivos, y coaches que —como Nick Saban— ganaban más de $11 millones anualmente.

¿Qué incluye el acuerdo?

La propuesta contempla:

  • Back pay por un total de $2.800 millones a jugadores que no pudieron cobrar por NIL en el pasado.
  • Una estructura que permitiría a las universidades pagar hasta $20.5 millones por año a los atletas para NIL.
  • La eliminación de los límites de becas, sustituidos por límites de roster (plantillas), lo que ha generado gran polémica.

¿Por qué los límites de roster son el principal obstáculo?

El concepto puede parecer técnico, pero sus consecuencias son muy concretas para miles de estudiantes atletas. El reemplazo de límites de becas por límites de roster quiere decir que, aunque teóricamente podría haber más dinero disponible para los atletas, miles podrían quedar fuera de sus equipos.

La jueza federal Claudia Wilken, quien ha liderado varias decisiones históricas sobre el deporte universitario, ya expresó su preocupación. La idea de que la NCAA pueda redefinir plantillas y dejar fuera a atletas genera objeciones por derechos adquiridos. “Este problema lo han creado ustedes mismos”, apuntó Wilken en referencia a la NCAA.

La respuesta de la NCAA

La NCAA respondió inicialmente que no cambiaría nada, argumentando que deshacer los movimientos ya iniciados generaría “más caos”. Sin embargo, la presión tanto de los abogados como de los atletas obligó a nuevos diálogos, en los cuales se trabaja en implementar soluciones para cada atleta afectado. Según el abogado Steve Berman, se está buscando reubicar a todos los atletas que perdieron su lugar en un equipo.

¿Una intervención presidencial? El rol de Nick Saban y Donald Trump

Un capítulo llamativo de esta saga lo protagoniza el icónico ex entrenador de Alabama, Nick Saban, quien ha expresado públicamente su preocupación por la “anarquía” que causan estos pagos NIL. Reportes recientes afirman que Saban está aconsejando directamente a Donald Trump, quien contempla una orden ejecutiva para limitar estos ingresos...

Esto ha provocado fuertes reacciones. Steven Berman, abogado principal en el caso, criticó duramente la postura de Saban: “Este es un entrenador que nunca hizo nada para cambiar el sistema mientras ganaba millones. ¿Y ahora quiere definir cómo deben ganar los estudiantes atletas?”

Berman asegura que una posible orden ejecutiva sería cuestionada judicialmente, como ha ocurrido con muchas otras decisiones de Trump.

Cifras que reflejan el nuevo panorama del deporte universitario

  • La NCAA y sus programas generan en conjunto más de $18 mil millones anuales.
  • Según Opendorse, los atletas universitarios ganaron en conjunto más de $900 millones en acuerdos NIL durante 2023.
  • Más de 70 atletas interpusieron objeciones al acuerdo por la pérdida de sus posiciones en equipos.

Los ganadores y los perdedores

Como siempre en estos grandes procesos de cambio, hay quienes salen ganando y quienes están sintiéndose desplazados:

  • Ganadores: Los atletas actuales y futuros que podrán recibir compensación y tener acuerdos NIL sin restricciones tontas.
  • Perdedores: Aquellos que quedaron fuera del sistema por decisiones arbitrarias en medio del caos transicional, ex entrenadores con poder como Saban que ven cómo su influencia se diluye, y partes conservadoras que apostaban por mantener el viejo orden.

¿Qué sigue?

Para el miércoles se espera que los abogados presenten el documento final que resuelva las inquietudes de la jueza Wilken. De ser aprobado, este acuerdo no solo redefinirá las finanzas del deporte universitario, sino que sentará precedente legal para la equidad en otros mercados relacionados con servicios no remunerados tradicionalmente.

Pero esta es solo una batalla en una guerra más grande: la pugna por quién controla el futuro del deporte universitario. Las preguntas abundan:

  • ¿Debe el gobierno federal regular el pago a atletas universitarios?
  • ¿Es sostenible este nuevo modelo sin convertirse en puro “pago por jugar”?
  • ¿Hasta dónde la comercialización destruirá la esencia educativa del deporte?

Lo único claro es que el statu quo universitario quedó atrás. El nuevo juego apenas comienza y, como diría cualquier comentarista deportivo, todo puede pasar en el último cuarto.

Fuente recomendada para más información sobre deporte universitario: AP News - College Sports

Este artículo fue redactado con información de Associated Press