Huelga en Pratt & Whitney: ¿El renacer del poder sindical en la industria aeroespacial?
Más de 3,000 trabajadores abandonan sus puestos por salarios justos y beneficios dignos, mientras la histórica compañía enfrenta tensiones laborales no vistas desde 2001
East Hartford, Connecticut — El rugido de los motores a reacción se opacó esta semana por una causa diferente: el clamor de la dignidad laboral. Más de 3,000 miembros del sindicato International Association of Machinists and Aerospace Workers (IAM) se declararon en huelga contra el gigante aeroespacial Pratt & Whitney, una subsidiaria de la colosal RTX Corp, anteriormente conocida como Raytheon Technologies.
¿Por qué una huelga ahora?
La huelga comenzó en la madrugada del lunes tras la expiración del contrato colectivo sin llegar a un acuerdo. El 77% de los aproximadamente 2,100 miembros votantes dieron luz verde al paro, marcando la primera huelga en la empresa desde el año 2001.
“Pratt and Whitney es un gigante del sector militar y comercial gracias a nuestros miembros. Esta oferta no satisface nuestras preocupaciones”, declaró David Sullivan, vicepresidente del territorio este del sindicato.
Lo que dice la empresa
RTX Corp aseguró que su oferta incluye aumentos salariales escalonados (4% inmediato, 3.5% en 2026 y 3% en 2027), un bono de ratificación de $5,000 y mejoras en las pensiones y el plan 401(k).
“Nuestra fuerza laboral está entre las mejores pagadas en la región y en la industria. Hemos ofrecido más días libres, flexibilidad y mejores ahorros para el retiro”, respondió la compañía, que agregó que de momento no planea reanudar negociaciones y que tiene planes de contingencia para mantener operaciones.
El contexto histórico: ¿por qué importa tanto esta huelga?
Pratt & Whitney no es cualquier empresa. Desde su fundación en 1925, ha sido un pilar del desarrollo aeroespacial de los Estados Unidos. Sus motores impulsan desde jets comerciales como los Airbus con motores GTF hasta aviones de combate como los F-35 Lightning II.
La última gran huelga en la empresa ocurrió hace 23 años, en 2001, en un contexto muy distinto: poco antes del 11 de septiembre y la consolidación del complejo militar-industrial posguerra fría.
El regreso de huelgas de esta magnitud en 2024 es señal de algo más grande: un resurgimiento del sindicalismo en la industria tecnológica y manufacturera.
Un cambio de marea en el sindicalismo estadounidense
El caso de Pratt & Whitney no es único. Más de 50,000 trabajadores del condado de Los Ángeles se movilizaron recientemente por aumentos salariales. Submarinistas de Connecticut también amenazan con huelgas. Incluso se han aprobado leyes en algunos estados para permitir beneficios por desempleo a trabajadores en huelga.
Según un estudio del Economic Policy Institute, el apoyo a los sindicatos en Estados Unidos alcanzó 71% en 2023, el nivel más alto desde 1965. Hoy en día, tras décadas de debilitamiento sindical, hay una creciente conciencia en sectores estratégicos de la economía.
Lo que está en juego
- Salarios competitivos: El aumento propuesto por la empresa es calificado por muchos trabajadores como insuficiente frente a la inflación acumulada.
- Futuro de la jubilación: La sostenibilidad de los planes de pensiones es un punto clave, especialmente para un sector que exige alta especialización y trabajo físico riguroso.
- Seguridad laboral: Los empleados temen que decisiones corporativas futuras prioricen la automatización o la subcontratación en detrimento del empleo local.
Impacto económico y operacional
Pratt & Whitney está directamente involucrada en la producción de motores clave para proyectos como:
- F-35 de Lockheed Martin: un caza multifunción utilizado por Estados Unidos y varios aliados de la OTAN.
- Jets comerciales Airbus como el A320neo: que utilizan los motores GTF, conocidos por su eficiencia en consumo de combustible.
Una paralización prolongada tendría efectos en cadenas de suministro globales, especialmente en el sector defensa.
«La industria no puede permitirse otro cuello de botella logístico en tiempos de pospandemia y tensiones geopolíticas», declaró David Berteau, presidente del Professional Services Council, en un panel sobre defensa industrial.
¿Qué dicen los expertos?
David Michaels, ex director de OSHA, explicó en una entrevista para NPR que “el renacimiento sindical es una respuesta directa a años de estancamiento salarial y degradación en las condiciones laborales en sectores intensivos”.
Mientras tanto, Jane McAlevey, reconocida organizadora sindical y autora, dijo: “Lo más importante es aumentar el poder de negociación de la clase trabajadora. Esta huelga muestra que eso está pasando.”
¿Qué puede pasar ahora?
Hay varios escenarios posibles:
- Negociación renovada: Si la huelga genera suficiente presión pública o afecta notablemente las operaciones, podría haber una nueva ronda de diálogo.
- Intervención estatal: Dado el papel de Pratt & Whitney en contratos federales, el gobierno podría mediar.
- Prolongación del conflicto: La empresa podría mantener operaciones mínimas con planes de contingencia, lo que tensaría aún más el ambiente.
Independientemente del desenlace inmediato, esta huelga ya es histórica. En una industria vista tradicionalmente como dominada por ejecutivos, militares y tecnócratas, el poder de los obreros vuelve a tomar fuerza.
Reflejo del momento político
El conflicto laboral también se da en un entorno político tenso en Estados Unidos. Grupos progresistas están ganando terreno en su impulso por políticas laborales más justas, mientras que hay resistencia de sectores conservadores que ven los sindicatos como una amenaza al orden empresarial. Incluso en estados tan estratégicos como Georgia, legisladores empujan medidas para ampliar derechos laborales, incluidos beneficios para huelguistas.
Todo indica que, en los próximos años, empresas como Pratt & Whitney deberán combinar su excelencia técnica con una nueva política laboral. El futuro de la industria no solo estará en los hangares, sino también en las asambleas sindicales.
Porque sin los obreros, nada vuela.