Israel, Gaza y la Historia que No Deja de Repetirse

Análisis del conflicto histórico y presente que sacude una vez más a Medio Oriente, con la nueva decisión del gobierno israelí de ocupar Gaza y sus implicancias para la región

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Una repetición que inquieta: Gaza bajo control israelí

La historia de Gaza es una de ocupación, resistencia, retirada y ahora, quizás, de una nueva ocupación. Recientemente, el gabinete de Israel ha aprobado un plan para ocupar nuevamente la Franja de Gaza por un período no especificado. Aunque los detalles son escasos, los temores y las implicancias de esta decisión resuenan con fuerza en una región ya sumida en la violencia y la desconfianza.

Este movimiento ha generado una reacción inmediata: alarma internacional, preocupación por el futuro del pueblo palestino y preguntas fundamentales sobre el derecho internacional, soberanía, derechos humanos, e incluso sobre el papel que sigue jugando Occidente en este conflicto aparentemente interminable.

Gaza: el triángulo de dolor, política y resistencia

Gaza, una estrecha franja de apenas 365 km² en la costa oriental del mar Mediterráneo, alberga a más de 2,3 millones de palestinos. Es una de las zonas más densamente pobladas del planeta. Y, desde 1967, ha sido escenario de ocupaciones, alianzas quebradas, guerras y bloqueos devastadores.

  • En 1967, durante la Guerra de los Seis Días, Israel tomó el control de Gaza –previamente bajo soberanía egipcia– junto con Cisjordania y Jerusalén Oriental.
  • En 2005, Israel se retiró unilateralmente de la Franja, desmantelando sus asentamientos y retirando sus tropas.
  • Desde 2007, tras un conflicto interno con Fatah, Hamas controla firmemente Gaza, situación que ha derivado en múltiples confrontaciones armadas con Israel.

¿Un retorno a las colonias? El riesgo de la reocupación

El regreso de Israel a Gaza podría significar, según diversos expertos, no solo el reingreso militar, sino el restablecimiento de asentamientos israelíes dentro de la franja. Esta posibilidad ha sido reforzada por el auge del movimiento ultranacionalista israelí, particularmente dentro del gobierno de coalición liderado por Benjamin Netanyahu. Según declaraciones de funcionarios, esta maniobra busca presionar a Hamas a fin de lograr concesiones en las negociaciones por un alto al fuego.

Sin embargo, esta política podría tener efectos devastadores. ¿Es viable una gobernanza estable con una población civil que lleva décadas resistiendo lo que considera un régimen ocupante? ¿Dónde quedan las esperanzas de una solución de dos estados, apoyada por gran parte de la comunidad internacional?

Refugiados, desplazamientos y una crisis humanitaria sin precedentes

La nueva ofensiva israelí, posterior al cese de fuego con Hamas en marzo de 2024, ha desplazado al 90% de la población gazatí, según la ONU. Más de 52.000 palestinos han muerto, la mayoría mujeres y niños, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza, que no distingue entre civiles y combatientes.

La suspensión total de ayuda humanitaria, especialmente de agua, combustible y alimentos, ha provocado una crisis alimentaria y sanitaria de proporciones inmanejables. Naciones Unidas alerta que Gaza enfrenta la peor catástrofe humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial.

La imagen de pan horneado a fuego abierto entre ruinas se ha vuelto representativa de la resistencia desesperada de los habitantes de Gaza.

Ocupación como estrategia política: ¿incendiando la paz regional?

La ocupación de Gaza no solo afecta a los palestinos, sino que también golpea duramente los cimientos de la política internacional y el equilibrio regional. Egipto, que comparte frontera con Gaza y fue el último en ceder el control de esta tierra en 1967, ha recibido presiones para aceptar refugiados, una demanda que el presidente Abdel Fattah el-Sisi ha rechazado, citando los riesgos para su propia seguridad y estabilidad política.

La ocupación también pone en entredicho los tratados de paz existentes como los Acuerdos de Camp David entre Israel y Egipto firmados hace más de 40 años, que han contribuido a mantener una relativa estabilidad regional.

El juego de Trump: impulso o intervención

La administración de Donald Trump sigue siendo una influencia clave en la política israelí. Tras el traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén y el respaldo a las anexiones israelíes en Cisjordania, ahora entra en escena una posible participación en los planes de reocupación de Gaza. Algunos analistas afirman que la estrategia forma parte de una visión mayor para rediseñar el mapa político de Medio Oriente, desplazando a los palestinos hacia otros países y disminuyendo su presión territorial sobre Israel.

“Una paz duradera abrirá la puerta a mayores inversiones estadounidenses y occidentales, que traerán prosperidad”, dijo el senador Marco Rubio sobre la necesidad de estabilizar la región.

Sin embargo, la paz basada en la ocupación y la marginalización difícilmente puede prosperar. La historia reciente ha demostrado que ignorar los derechos palestinos solo agrava el conflicto.

Hamas: enemigo fortalecido bajo presión

Hamas, el grupo islamista que gobierna Gaza desde 2007, ha sobrevivido a múltiples ofensivas israelíes, asesinado a sus líderes y bloqueado económicamente. En cada ronda de conflicto, ha logrado rearmarse y mejorar su capacidad de ataque, lo que demuestra el fracaso del aislamiento como estrategia disuasiva.

El ataque del 7 de octubre de 2023, que dejó 1.200 israelíes muertos y alrededor de 250 rehenes, fue un punto de inflexión ya que mostró un nivel de planificación y poder militar inédito del grupo. Aunque Israel asegura haber eliminado a sus principales líderes, como Yahya Sinwar y Mohammed Deif, muchos de sus combatientes reaparecieron tras el alto al fuego para reestablecer el control local.

¿Una paz esquiva o una señal del fin?

En otro frente, una frágil esperanza de desescalada se ha empezado a gestar entre Congo y Ruanda, con EE. UU. como mediador principal. Aunque no se relaciona directamente con Gaza, este ejemplo muestra cómo la diplomacia internacional bien articulada podría servir como modelo en contextos similares. Pero hasta ahora, en Gaza, las armas hablan más fuerte que las palabras.

Incluso si la reocupación israelí logra sus objetivos tácticos en el corto plazo, los costos estratégicos, humanos, morales y económicos serán enormes. Expertos como Gideon Levy alertan: “Israel puede ganar una guerra más, pero perderá otra generación de paz.”

¿Hacia dónde camina Gaza?

La historia moderna de Gaza es reflejo de décadas de intervenciones mal gestionadas y promesas rotas. La posibilidad de paz real requiere reconocimiento mutuo, justicia para las víctimas y un nuevo paradigma que vaya más allá de la lógica amigo-enemigo. Pero hoy, más que nunca, el peligro es que se esté sentando el terreno para una ocupación permanente disfrazada de plan táctico.

¿Será este el capítulo final del futuro palestino en Gaza, o un nuevo génesis de resistencia y conflicto? La comunidad internacional tendrá que elegir: apoyar el statu quo del poder por encima del derecho, o propiciar una solución justa y duradera.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press