Saltos, precisión y drama acuático: Beijing brilló con la Super Final de la Copa del Mundo de Clavados
China lidera una competencia cargada de emociones con nombres como Chen Yuxi y Wang Zongyuan en lo más alto del podio
La Super Final de la Copa del Mundo de Clavados celebrada los días 3 y 4 de mayo de 2025 en el mítico "Water Cube" de Beijing, confirmó una vez más la supremacía de China en este exigente deporte. Con actuaciones impecables, ejecución milimétrica y una atmósfera cargada de adrenalina, el evento reunió a los mejores clavadistas del mundo, quienes ofrecieron un espectáculo inolvidable tanto en trampolín de 3 metros como en plataforma de 10.
Beijing y el legado del Water Cube
El Centro Acuático Nacional de Pekín, popularmente conocido como Water Cube, ya se ha convertido en un templo para los deportes acuáticos desde que fue sede de los Juegos Olímpicos de 2008. Fue aquí donde Michael Phelps hizo historia con sus 8 medallas de oro, y ahora, casi dos décadas después, vuelve a coronarse como un recinto de leyenda para la élite del clavado mundial.
Dominar desde el cielo: China arrasa en casa
Si hay un país que ha hecho del clavado una ciencia exacta, ese es China. La delegación anfitriona no decepcionó y se llevó la mayoría de las medallas de oro. Chen Yuxi, una de las grandes figuras del torneo, desplegó una elegancia y técnica impecable en la plataforma de 10 metros femenina, consolidándose entre las mejores de la historia reciente.
Por su parte, Wang Zongyuan dominó el trampolín de 3 metros masculino con una ejecución que rozó la perfección, confirmando por qué es uno de los atletas más temidos (y admirados) en la disciplina.
¿Quiénes desafiaron a los Gigantes?
Aunque China acaparó los focos, otras naciones también brillaron. Luis Felipe Uribe Bermudez de Colombia logró una destacada actuación en trampolín de 3 metros, colocándose entre los cinco mejores del mundo. Su consistencia y carácter competitivo auguran un futuro prometedor para el clavado latinoamericano.
Andrea Spendolini Sirieix del Reino Unido dejó una grata impresión con sus ejecuciones limpias y alto grado de dificultad en plataformas, consolidándola como una firme contendiente para los Juegos Olímpicos de París 2024.
Destellos internacionales: Australia, México e Italia entran en escena
Australia no se quedó atrás. Cassiel Rousseau tuvo una notable actuación en la plataforma de 10 metros masculina, mostrando equilibrio y un temple admirable bajo presión.
México, nación tradicionalmente fuerte en clavados, estuvo representado por Juan Manuel Celaya Hernández, quien participó en trampolín de 3 metros. Aunque no alcanzó el podio, su nivel técnico se mantuvo entre los mejores.
Mientras tanto, Elisa Pizzini de Italia ofreció una competencia sólida en trampolín femenino, asegurando un lugar entre las grandes promesas del continente europeo.
Detalles técnicos: el triple giro y la entrada perfecta
Los jueces, como siempre, otorgaron calificaciones en base a cuatro elementos fundamentales: despegue, vuelo, posición corporal y entrada al agua. Muchos de los saltos más puntuados del torneo incluyeron triple giro hacia atrás con giro inverso, o saltos en pica con 3½ vueltas frontales, cuya ejecución correcta requiere años de preparación física y mental.
Una entrada sin salpicadura —o algo cercano al mítico “rip entry”— marca la diferencia entre el oro y la decepción. Y en Beijing, los mejores lo lograron con maestría.
¿Y los Juegos Olímpicos?
Esta Super Final sirvió principalmente como termómetro olímpico. Con los próximos Juegos de París 2024 en el horizonte, muchas federaciones nacionales consideran este torneo como un ensayo general. Los registros anotados aquí muy probablemente definirán delegaciones y sembrado olímpico.
China parte como favorita absoluta en todas las disciplinas, pero el margen de error es tan estrecho que se espera una férrea competencia. Las medallas olímpicas pueden definirse por décimas de punto.
Nuevas caras, vieja intensidad
Otra de las grandes sorpresas del evento fue la irrupción de talentos poco conocidos, como Cheng Zilong (China) y Gwendal Bisch (Francia), quienes mostraron potencial para convertirse en la próxima generación de campeones.
Estas figuras emergentes no solo representan la renovación del deporte, sino también su expansión global. Que haya competidores de altísimo nivel de Asia, América y Europa muestra el alcance internacional del clavado como disciplina competitiva.
Declive y resiliencia
Entre las decepciones estuvo el equipo de Canadá, históricamente fuerte en trampolín femenino, que no logró meterse entre los cinco primeros. También sorprendió la modesta actuación del equipo alemán, que parece haber entrado en una etapa de transición generacional.
Sin embargo, estos países siguen teniendo infraestructuras formidables para el desarrollo del deporte, por lo que su ausencia en los podios debería ser temporal.
Un evento que eleva el deporte
La Super Final dejó claro que el clavado ya no es solo un deporte olímpico de relleno, sino una disciplina vibrante, precisa y dramática donde cada salto puede cambiarlo todo. La tensión en el ambiente del "Water Cube" fue constante, incluso cuando una medalla era segura, pues los atletas buscan no solo ganar, sino rozar la perfección técnica.
Cifras y datos
- Más de 15 países representados en total.
- 9 atletas realizaron ejecuciones con puntuación superior a 90 puntos.
- China ha ganado más del 85% de todas las medallas posibles en eventos FINA en la última década.
- 2 récords personales fueron superados durante la jornada del domingo.
Citas del evento
“Me preparé tres años para este momento, cada salto vale una vida entera de práctica”, dijo Chen Yuxi tras su rotunda victoria.
"Ver la calidad técnica de todos los participantes me dice que el clavado vive una edad dorada", comentó un entrenador internacional invitado al evento.
¿Qué sigue?
Tras el éxito de Beijing, el mundo pone la mirada en el próximo evento clasificatorio olímpico que se celebrará en Budapest y luego en París, para cerrar con broche de oro en los Juegos Olímpicos de 2024.
Si algo demostró esta Super Final es que el espectáculo no solo está en tierra firme: el cielo también pertenece a quienes se atreven a volar, aunque sea por unos segundos... y caer con elegancia.