Utah Jazz apuesta por el futuro: la intrigante renovación de Will Hardy y el ambicioso proyecto juvenil en Salt Lake City

Pese al peor récord de la NBA esta temporada, el entrenador Will Hardy firma una extensión hasta 2031 mientras los Jazz apuestan por un proceso de reconstrucción desde las bases

Una renovación cuestionada por algunos, visionaria para otros

Los Utah Jazz sorprendieron esta semana al anunciar la extensión del contrato de su entrenador Will Hardy hasta la temporada 2030-31. Lo curioso no es únicamente la duración del nuevo acuerdo, sino que llega justo después de que los Jazz cerraran la campaña 2024-25 con el peor récord de toda la liga: 17 victorias y 65 derrotas. Sin embargo, detrás del aparente fracaso hay una historia más compleja.

“El liderazgo de Will ha sido invaluable para nuestro programa,” dijo el CEO del equipo, Danny Ainge. “Ha establecido una visión clara para nuestros jugadores y una fuerte base de valores, hábitos competitivos y mentalidad de crecimiento.”

Entonces, ¿por qué renovar a un entrenador con tan pobre récord? La respuesta está en el proyecto a largo plazo que los Jazz están ejecutando con una plantilla extraordinariamente joven y sin estrellas veteranas.

El proceso Hardy: reconstrucción sin atajos

Will Hardy llegó a los Jazz en 2022, convirtiéndose entonces en el entrenador más joven de la NBA (34 años). Desde entonces, ha acumulado un balance de 85-161 en sus primeras tres campañas. Aunque no ha alcanzado los playoffs, las cifras por sí solas no cuentan la historia completa.

Durante esta temporada, los Jazz no contaron con ningún jugador mayor de 27 años en sus filas durante buena parte del tramo final. Esto representa una apuesta radical por el desarrollo a largo plazo, un camino que recuerda a proyectos como el de Oklahoma City Thunder hace algunos años. De hecho, Utah ha terminado la temporada 2024-25 con la plantilla más joven de toda la NBA.

“Amo Utah y esta organización. Creo en lo que estamos construyendo,” declaró Hardy luego de su renovación. “Tenemos un grupo de entrenadores y personas muy talentosas trabajando para construir un programa campeón para esta increíble afición.”

Un proyecto respaldado por el draft y el espacio salarial

Utah llega a este verano con una posición privilegiada en cuanto a activos y flexibilidad financiera:

  • Tienen cuatro selecciones en el próximo Draft, incluyendo dos de primera ronda.
  • Disfrutan de una probabilidad del 14% de obtener el pick Nº1 en el sorteo de la lotería, donde todos los ojos están puestos en el fenómeno de Duke, Cooper Flagg.
  • Cuentan con gran espacio en el tope salarial, con solo un jugador —Lauri Markkanen— ganando más de $30 millones la próxima temporada.

Este panorama brinda al equipo la posibilidad de fichar agentes libres clave o absorber contratos en traspasos estratégicos, algo que en la era moderna de la NBA se ha vuelto crucial para competir.

Una filosofía inspirada en el largo plazo

La apuesta de Utah recuerda a situaciones anteriores que, aunque dolorosas en el corto plazo, terminaron pagando dividendos. Casos como el de los Philadelphia 76ers y su famoso “The Process” con Sam Hinkie, o los años iniciales de reconstrucción de Oklahoma City Thunder con Kevin Durant y Russell Westbrook aún en etapa formativa, son espejos en los que parece mirarse la franquicia de Salt Lake City.

“Hardy es un increíble líder, gran comunicador —especialmente con nuestros jugadores jóvenes— y un fuerte embajador de esta franquicia,” añadió el gobernador de los Jazz, Ryan Smith. La conexión entre la directiva, el cuerpo técnico y la comunidad parece estar fortalecida, a pesar del mal momento deportivo.

Más allá de las derrotas: ¿un núcleo con futuro?

Uno de los indicadores claros del convencimiento interno en esta reconstrucción está en la forma en la que el equipo cerró la temporada. Se priorizó dar minutos a jugadores de primera y segunda ronda recientes, sumando experiencia a futuro a pesar del costo inmediato en la tabla de posiciones.

En el núcleo de esta apuesta figuran nombres como:

  • Keyonte George – base talentoso que mostró destellos en su año rookie.
  • Walker Kessler – ya considerado uno de los mejores bloqueadores de la liga.
  • Lauri Markkanen – principal referente ofensivo y único All-Star del plantel.

Ante la falta de urgencia por competir de inmediato, estos jugadores han tenido pista libre para desarrollarse y aprender desde el error, uno de los caminos más efectivos pero también menos tolerados por la impaciencia mediática.

El dilema mediático: ¿excesiva paciencia o construcción inteligente?

La decisión de ofrecer una renovación tan extensa a un entrenador con un récord negativo ha levantado cejas en círculos deportivos. No obstante, medios como The Ringer o SB Nation han señalado que este tipo de movimientos suele ser favorable cuando se busca coherencia organizativa.

En una liga donde 15 equipos cambiaron de entrenador en solo dos temporadas recientemente, mantener una misma filosofía y liderazgo puede ser una ventaja diferencial. De hecho, tal como lo explicó Zach Kram en The Ringer, "los equipos con mayor estabilidad en el banquillo suelen ser los que lideran la tabla dentro de tres años".

La importancia de la cultura: más allá del récord

Hardy proviene del árbol de entrenadores de Gregg Popovich y fue parte del cuerpo técnico de Boston Celtics antes de llegar a Utah. Su enfoque está basado en la cultura del trabajo, la paciencia y el desarrollo humano y profesional de sus jugadores.

Durante entrevistas previas, ha hecho énfasis en construir confianza y consistencia: “No se trata solo de ganar partidos hoy. Se trata de convertir a este grupo joven en una familia competitiva que pelee por campeonatos dentro de tres o cinco años.”

Apuesta arriesgada, pero necesaria en un mercado pequeño

A diferencia de las grandes franquicias de ciudades como Los Ángeles, Miami o Nueva York, los Utah Jazz están limitados por su contexto de mercado pequeño. Eso hace que crear un núcleo desde el draft y con continuidad técnica sea imperativo.

Además, el liderazgo de figuras como Hardy ayuda a atraer, no solo talentos jóvenes, sino potenciales futuros agentes libres que valoren un entorno serio y comprometido con el crecimiento.

¿Qué esperar de los Jazz en la temporada 2025-26?

Si bien aún es pronto para pensar en playoffs, esta próxima temporada será crucial para evaluar las herramientas de Hardy más allá del desarrollo individual. Contar con varios picks y un alto espacio salarial podría darle piezas clave al equipo, y con poco que perder en términos de expectativas globales, el equipo podrá invertir todo su enfoque en crecer.

Además, de obtener la primera selección y fichar a Cooper Flagg, se consolidaría la visión de convertir a los Jazz en la próxima potencia del Oeste hacia la segunda mitad de esta década.

Lo único claro es que, en una liga definida por la velocidad y el hiper-cambio, los Utah Jazz siguen un camino contracultural, basado en la paciencia, el desarrollo y una visión a largo plazo. Y Will Hardy es ahora la piedra angular de ese proyecto.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press