El eterno “casi”: ¿Está Arsenal destinado a la frustración o a la gloria?
Eliminados una vez más de la Champions y con la Premier escapándose, repasamos las razones que condenan al Arsenal al papel de eterno aspirante.
El Emirates Stadium ha sido testigo del renacer de un gigante dormido. Bajo la batuta de Mikel Arteta, el Arsenal ha regresado a las noches europeas más relevantes, se ha codeado con la cima de la Premier League y ha vuelto a despertar la ilusión dormida de su hinchada. Sin embargo, una pregunta empieza a cristalizar entre los murmullos del norte de Londres: ¿está este Arsenal condenado a ser el equipo del "casi"?
Otra Champions que se escapa
En una eliminatoria intensa frente al Paris Saint-Germain, Arsenal volvió a quedar fuera de la Champions League en instancias avanzadas. La derrota por 2-1 en París, dejando un global de 3-1, terminó con el sueño de disputar una final europea, algo que no ocurre desde aquella lejana trayectoria en 2006 cuando cayeron ante el Barcelona.
Para muchos, el momento clave fue ese contragolpe al minuto 79 del segundo partido: Bukayo Saka, solo frente al arco, mandó el balón por encima del travesaño. Un error que representa más que una falla técnica; simboliza una generación cargada de talento, pero aún sin recompensa.
Decisiones que cuestan trofeos
Los hinchas no han olvidado cómo el Arsenal se mantuvo pasivo durante el mercado de invierno. Con Gabriel Jesus e Kai Havertz lidiando con lesiones, muchos esperaban la llegada de un delantero centro que complemente a Saka y Martinelli. Pero Arteta confió en su plantilla —una decisión que, vista ahora, parece haber determinado el desenlace de la temporada.
Martin Ødegaard, capitán gunner, fue honesto tras la eliminación:
“Tenemos que aprender. Hicimos muchas cosas bien, pero no fue suficiente”.
De igual forma, Declan Rice, uno de los fichajes más costosos de la historia del club (105 millones de libras), dejó una frase que encapsula la situación:
“Estamos creciendo como grupo. A veces tienes que perder para aprender y ganar en el futuro."
Arteta, ¿el reformador sin corona?
Mikel Arteta tomó a un Arsenal en ruinas tras las salidas de Arsène Wenger y Unai Emery, y lo transformó en un club competitivo en Inglaterra y Europa. En su primera temporada completa ganó la FA Cup en 2020, y desde entonces ha acumulado dos Community Shields, aunque estos trofeos son mayormente simbólicos.
Desde entonces, las expectativas han crecido exponencialmente. En las últimas dos campañas de Premier League terminaron subcampeones. Y esta temporada, aunque han desplegado momentos de brillantez (como eliminar a Real Madrid en cuartos de Champions), sus inconsistencias les han costado caro.
Una Premier que se escapa... otra vez
En la liga, los datos son demoledores. En los últimos 10 partidos, el Arsenal solo ha logrado 3 victorias. Han dejado escapar puntos en 4 de los últimos 5 partidos tras tener ventaja en el marcador. El empate frente al Bournemouth, en la jornada pasada, fue la gota que colmó un vaso de frustraciones.
Parte del problema radica en la falta de contundencia ofensiva: pese a tener uno de los mejores porcentajes de posesión en toda la Premier, su conversión de ocasiones ha sido inconsistente. Y, aunque la defensa liderada por William Saliba ha mejorado, la falta de goles ha sido crítica en partidos cerrados.
Comparaciones inevitables: la sombra del viejo Arsenal
Los recuerdos del Arsenal de los Invencibles de 2003-04 todavía pesan. Aquel equipo liderado por Thierry Henry y dirigido por Wenger dejó una vara altísima. El Arsenal actual, pese a sus logros en cuanto a consistencia y estilo, aún no levanta un trofeo importante desde 2020.
Lo más cercano fue la temporada pasada, cuando lideró la Premier durante más de 200 días, solo para derrumbarse en mayo y ceder el título al Manchester City. Las comparativas con clubes como Liverpool (campeón de Champions en 2019 y Premier en 2020) son inevitables y dolorosas.
¿Plantilla joven o plantilla verde?
Parte del encanto y también de la frustración con el actual Arsenal radica en su juventud. Saka (22), Martinelli (22), Ødegaard (25), Saliba (23) y Rice (25) son jugadores con un techo altísimo. Pero ¿cuánto tiempo durarán sin títulos?
La presión será creciente. La falta de títulos puede afectar la permanencia de figuras clave. Ya se rumorean supuestos intereses del Real Madrid en Saka para verano de 2026. Y si el Arsenal no da un salto competitivo en los próximos 12 meses, seguimos en riesgo de ver otro proyecto emocionante apagarse sin gloria.
El factor psicológico: ¿falta de mentalidad ganadora?
El fútbol, especialmente de alto nivel, no se juega solo con táctica y técnica: la cabeza es determinante. Declaraciones como las de Ødegaard y Rice evidencian una introspección positiva, pero ¿es suficiente?
Equipos como el Real Madrid o Manchester City, cuyos proyectos también apostaron por la juventud en su momento, lograron romper los esquemas mentales de la derrota a través de capital humano clave y decisiones audaces. El Arsenal puede aprender de ellos, pero necesita acelerar ese aprendizaje, o quedará rezagado.
¿Qué sigue para el club?
De cara a la próxima temporada, se plantean varios retos:
- Fichar un delantero centro con experiencia y capacidad goleadora.
- Dar salida a jugadores que ya no marcan diferencia (como Partey o Nketiah).
- Mantener el núcleo joven motivado y unido.
- Fortalecer el aspecto psicológico del equipo.
La ventana de tiempo en el fútbol moderno es corta. Mantener a todas estas estrellas motivadas, con el proyecto todavía en "construcción", dependerá en gran medida de que Edu Gaspar (director deportivo) y Arteta hagan inversiones clave este verano.
¿Destino inevitable o historia en proceso?
En historia del fútbol, todos los equipos grandes tienen su fase de tropiezos antes del éxito. El propio Manchester City pasó años cerca del título antes de consolidarse. Incluso el Liverpool de Klopp supo perder en Kiev antes de ganar en Madrid.
¿Está el Arsenal siguiendo ese camino? Tal vez. Pero la diferencia radica en gestionar correctamente el talento y responder con decisiones concretas. No basta la narrativa romántica: ahora son indispensables los hechos tangibles.
La próxima temporada puede ser el punto de inflexión para Arsenal. Si no, el fantasma del "casi" seguirá acompañándolos... y tarde o temprano, el talento comenzará a mirar hacia otros horizontes.