Harvey Weinstein en el banquillo otra vez: lo que revela el nuevo testimonio de Kaja Sokola
La exmodelo polaca rompió el silencio en un segundo juicio que podría volver a definir el legado del exproductor de Hollywood
El regreso de Weinstein a la sala del tribunal
En una nueva etapa del proceso judicial contra Harvey Weinstein, el 5 de junio de 2024, Kaja Sokola se presentó ante el jurado en la Corte de Manhattan para compartir su declaración. Esta testigo, conocida por haber sido una de las primeras mujeres en acusar públicamente al otrora influyente productor de Hollywood, no fue escuchada durante el primer juicio en 2020.
El proceso original terminó con Weinstein condenado por delitos sexuales, pero ese fallo fue revocado por la Corte de Apelaciones de Nueva York en abril de 2024, ordenando un nuevo juicio. En esta reedición de la batalla legal, la acusación de Sokola ha adquirido protagonismo, siendo ahora parte formal del expediente judicial.
¿Quién es Kaja Sokola?
Kaja Sokola, de 39 años, es una psicoterapeuta y autora nacida en Polonia. En su juventud fue modelo y, precisamente durante un viaje de trabajo a Nueva York a los 16 años, conoció a Harvey Weinstein. Su historia pasó inadvertida durante mucho tiempo, hasta que las crecientes denuncias contra el productor, en el marco del movimiento #MeToo, la impulsaron a demandarlo.
El origen de la acusación
Según Sokola, a las pocas semanas de haber conocido al empresario, Weinstein la invitó a almorzar para hablar de su futuro en el mundo del entretenimiento. Fue en ese contexto que, según el relato de la demandante, él la llevó a un hotel de Manhattan en mayo de 2006 y le practicó sexo oral sin su consentimiento.
Las consecuencias del trauma dejaron marcas duraderas en Sokola, que desde entonces dejó atrás su carrera como modelo para enfocarse en la salud mental. En 2020 recibió una compensación de $3.5 millones como parte de un acuerdo civil derivado del caso Weinstein, según informes de prensa.
Una figura emblemática del #MeToo
Harvey Weinstein, de 73 años, fue durante décadas una de las figuras más influyentes de Hollywood. Co-fundador de Miramax y The Weinstein Company, produjo películas multipremiadas como Pulp Fiction y Shakespeare in Love. Sin embargo, a partir de octubre de 2017, numerosas mujeres comenzaron a acusarlo de distintas formas de abuso sexual, provocando el derrumbe de su reputación y dando impulso al movimiento #MeToo.
El caso Sokola refuerza un patrón que se ha vuelto visible en muchas de las denuncias: la utilización del poder e influencia dentro de la industria para explotar a jóvenes aspirantes del mundo del espectáculo.
Una acusación clave en el nuevo juicio
La nueva acusación fue incluida por los fiscales tras la revocación del primer veredicto. Sokola sostiene que no solo fue víctima de abuso sexual, sino que también sufrió hostigamiento psicológico durante años por parte de Weinstein. El fiscal general del estado de Nueva York volvió a presentar cargos contra el productor, sumando su testimonio junto al de otras dos mujeres: Miriam Haley y Jessica Mann.
Sobre Sokola, se sabe que los fiscales tomaron contacto con ella recién en 2020, en los días previos al primer juicio. En ese momento, el caso no fue incluido en la acusación formal, ya que todavía estaba en investigación y la pandemia de COVID-19 había comenzado a cambiar la dinámica judicial en el estado.
¿Por qué no denunció antes?
Este es uno de los argumentos que la defensa de Weinstein ha utilizado para desacreditar las afirmaciones de la denunciante. En su alegato inicial, el abogado Arthur Aidala cuestionó por qué Sokola esperó tantos años para hacer pública su historia. No obstante, los fiscales argumentan que muchas víctimas de agresión sexual dudan en denunciar, sobre todo cuando el agresor es alguien tan poderoso como Weinstein.
En los Estados Unidos, menos del 25% de los ataques sexuales son reportados a la policía, según datos del RAINN (Red Nacional de Violación, Abuso e Incesto). El miedo, la vergüenza, y la percepción de que la denuncia no tendrá ninguna consecuencia legal son solo algunas razones detrás de este fenómeno.
Repercusiones familiares y públicas
El testimonio de la doctora Ewa Sokola, hermana de Kaja, también fue determinante en este juicio. Ella relató al jurado cómo su hermana volvió visiblemente alterada tras acompañar al productor a una habitación contigua a la que habían compartido momentos antes los tres. “Estaba como si esperara los resultados de un examen final, sin poder disimular su tensión”, declaró Ewa.
Ese detalle, aparentemente menor, ha sido tomado por los fiscales como una prueba del impacto emocional inmediato del hecho. Además, la defensa no ha podido explicar convincentemente por qué Weinstein mantuvo contacto con Sokola durante más de un año tras el supuesto ataque.
La defensa insiste en el consentimiento
Weinstein se ha declarado no culpable de todos los cargos. Sus abogados sostienen que cualquier interacción sexual fue consensuada y que las mujeres estaban interesadas en obtener oportunidades en el cine. También afirman que su cliente no sabía cuál era la edad real de Sokola al momento de los hechos.
Sin embargo, en 2006 —fecha del supuesto abuso— Sokola tenía 21 años, y no hay señales concluyentes que indiquen que existiera consentimiento mutuo. La fiscalía insiste en que la joven fue manipulada y emocionalmente presionada por una figura de gran poder.
Weinstein y el #MeToo: juicio más allá de los tribunales
El caso de Weinstein no es solo judicial: representa un momento de inflexión en cómo la sociedad —y particularmente la industria del entretenimiento— maneja los casos de abuso sexual. La caída en desgracia de una figura tan omnipresente como él ha servido para que otras víctimas, en múltiples industrias, encuentren el valor de denunciar.
“Es mucho más que justicia. Es darle la voz a mujeres que fueron silenciadas durante años,” señaló la periodista Megan Twohey, quien junto a Jodi Kantor destapó numerosos casos de abuso sexual en Hollywood y ganó el Pulitzer por el reportaje que propulsó este cambio cultural.
¿Qué pasará ahora?
Si el jurado encuentra culpable a Weinstein nuevamente, podría enfrentar cadena perpetua por estos delitos. A pesar de que ya está cumpliendo funciones en prisión por otros crímenes cometidos en California, este nuevo juicio podría sellar de forma definitiva su destino legal y personal.
Más importante aún, el caso Sokola seguirá siendo estudiado como un emblema de cómo la justicia lidia con testimonios tardíos, las dinámicas de poder en las relaciones abusivas, y el efecto dominó que puede tener una sola voz cuando se atreve a hablar.