Tensiones, expectativas y realidades: el complejo laberinto económico entre EE.UU., China y la Fed

Mientras la política de tarifas de Trump sacude los mercados, la Reserva Federal y China buscan estabilizarse en medio del desconcierto financiero global

¿Estamos en una nueva guerra fría económica? La semana arrancó con anuncios impactantes: EE.UU. y China retoman conversaciones comerciales, la Reserva Federal analiza los efectos de las tarifas impuestas por la administración Trump, y Beijing lanza un paquete de estímulo financiero. Todo mientras los mercados globales reaccionan, a veces con entusiasmo y otras con decepción. Este artículo ofrece un análisis de los principales eventos que sacuden la economía global desde Asia hasta Wall Street.

China intenta revivir su economía ante la presión externa

El miércoles, el gobierno chino anunció recortes a las tasas de interés y otras medidas para estimular su debilitada economía, provocando un repunte temporal en el mercado de valores de Hong Kong. El Hang Seng llegó a subir más de un 2%, aunque terminó el día con un alza modesta del 0,4%. El índice compuesto de Shanghái también avanzó un 0,4%.

Según Lynne Song, economista de ING, la decisión de flexibilizar la política monetaria justo antes de iniciar conversaciones comerciales con EE.UU. busca evitar que la medida sea percibida como una reacción desesperada ante los aranceles. “Así no se verá como una reacción visceral frente a los aranceles. Los responsables de política económica probablemente ya tienen datos preliminares sobre cómo han afectado estos a la economía”, afirmó Song.

Sin embargo, muchos analistas se sintieron decepcionados por la falta de aumentos significativos en el gasto público que, según ellos, serían más efectivos para sacar al país del estancamiento económico en el que ha caído.

EE.UU.: un rebote de importaciones, pesimismo en los hogares y tensiones políticas

Aunque China toma medidas expansivas, Estados Unidos sigue enfrentando los impactos de la guerra comercial iniciada por Trump. La incertidumbre alrededor de los aranceles ha deteriorado la confianza del consumidor y también ha impulsado una oleada de importaciones que afectó negativamente el crecimiento económico.

Según cifras oficiales, el déficit comercial estadounidense alcanzó un récord de $140,500 millones en marzo, un salto que refleja la urgencia de empresas y consumidores por abastecerse antes de que los nuevos aranceles entren en vigor. Este desbalance contribuyó a que la economía se contrajera a una tasa anual del 0,3% en el primer trimestre de 2025.

Empresas como Mattel y DoorDash resaltaron en su presentación de resultados trimestrales cómo la incertidumbre tarifaria está afectando las previsiones y decisiones operativas. Mattel, por ejemplo, pausó sus proyecciones financieras para 2025. Mientras tanto, DoorDash cayó un 7,4% debido a ingresos menores de lo esperado.

La Reserva Federal aguanta la presión, pero el reloj corre

Con un terreno económico inestable, todas las miradas se posan sobre la Reserva Federal. Su presidente, Jerome Powell, enfrenta una dicotomía: los aranceles podrían desacelerar el crecimiento, pero también aumentar la inflación.

La Fed concluye esta semana su reunión de política monetaria sin cambios en su tasa clave, como ya esperaban los mercados. Sin embargo, tanto Trump como el Secretario del Tesoro, Scott Bessent, han presionado intensamente para que el banco central baje las tasas. Trump, incluso, ha dicho públicamente que Powell “no lo soporta” y ha insinuado que lo reemplazará cuando finalice su mandato en mayo próximo.

La economista jefe de Nationwide, Kathy Bostjancic, vaticina que la Fed podría mantenerse al margen hasta septiembre: “Es difícil para ellos recortar ahora porque aún deben evaluar hasta qué punto los aranceles van a impactar la inflación”.

¿Inflación transitoria o persistente? El dilema tarifario

Uno de los principales desafíos que enfrenta la Fed actualmente es determinar la duración del efecto inflacionario de los aranceles. Por lo general, los aranceles generan un aumento único en los precios, pero si los consumidores o las empresas creen que la inflación se mantendrá o empeorará, los hábitos de consumo y negociación salarial podrían consolidar ese efecto.

Un sondeo reciente de la Reserva Federal de Dallas reveló que el 55% de las empresas manufactureras planean trasladar estas subidas de costos a los consumidores. Por su parte, el economista jefe de Apollo, Torsten Slok, advirtió que los precios subirán significativamente en los próximos seis meses.

La trampa del ‘virus de la incertidumbre’

Las constantes amenazas de nuevos aranceles —que ahora también podrían incluir productos como farmacéuticos, semiconductores y cobre— están dificultando la planificación para las empresas. El economista Ryan Sweet de Oxford Economics lo resumió dramáticamente: “La economía de la incertidumbre es absolutamente asfixiante”.

La falta de claridad ha llevado a muchas compañías a postergar decisiones de inversión y contratación. Si esta parálisis se mantiene, es posible que la Fed se vea forzada a reducir las tasas de interés más pronto de lo previsto, incluso si todavía hay riesgos inflacionarios latentes.

Jim Bullard, ex presidente de la Fed de St. Louis, comentó: “Si sentimos que la economía se está desacelerando drásticamente, esa preocupación probablemente se impondrá sobre la preocupación por la inflación”.

Un panorama asiático complejo, pero estratégico

A pesar de un entorno global inestable, algunos países asiáticos están adoptando una estrategia ofensiva. Japón, Corea del Sur y Australia cerraron la jornada del miércoles en territorio positivo. Japón subió un tímido 0,1% mientras que Australia y Corea del Sur lograron avances del 0,3% y 0,6%, respectivamente.

El factor tecnológico y la carrera por los autos eléctricos

Mientras tanto, en otro rincón del Asia económico, Foxtron —una empresa conjunta entre Hon Hai (Foxconn) y Yulon Motor— anunció un acuerdo con Mitsubishi Motors para desarrollar un vehículo eléctrico (EV) que será lanzado en Australia y Nueva Zelanda en 2026.

Foxtron, que ya presentó varios modelos como el Model B y el Model E (sedán de lujo), busca competir frente a gigantes chinos y estadounidenses, aprovechando las capacidades de fabricación electrónica de Foxconn. La carrera hacia la electrificación se acelera: la automotriz japonesa Mitsubishi pretende que todos sus modelos sean eléctricos o híbridos para 2035.

Este movimiento estratégico muestra cómo el panorama económico desafiante también abre espacio para la reinvención, y cómo China y los mercados asiáticos están tomando la delantera en sectores clave como la tecnología y la sostenibilidad.

¿Un caballo de Troya político en la economía?

El papel que juega la política en este escenario no es menor. Las tensiones entre Trump y la Reserva Federal podrían profundizarse si la economía no repunta o si la inflación sigue siendo un problema. De hecho, ya hay señales preocupantes: la confianza del consumidor ha caído, y las empresas que antes lideraban el boom tecnológico, como Palantir Technologies, están viendo caer sus acciones pese a tener resultados financieros positivos.

La guerra comercial es, en muchos sentidos, una guerra psicológica: afecta decisiones empresariales, tasas de consumo, expectativas inflacionarias y hasta relaciones diplomáticas. Todo bajo la sombra de una elección presidencial en el horizonte y un tablero geopolítico profundamente volátil.

El péndulo se mueve entre el estímulo chino, la rigidez de la Fed y la imprevisibilidad de Trump. ¿Qué sucederá cuando el péndulo llegue a su punto más extremo?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press