“Nonnas”: Sabor a nostalgia y familia servido en plato de comedia

La nueva película de Netflix recrea con ternura la historia real de un restaurante dirigido por abuelas italianas, pero flaquea al no darles el protagonismo que merecen.

La receta cinematográfica de la nostalgia

Si alguna vez soñaste con un plato de pasta preparado por abuelas que podrían contarte historias de medio siglo mientras revuelven una salsa espesa al ritmo de Sinatra, “Nonnas” de Netflix quiere ser tu película.

Dirigida por Stephen Chbosky y basada en una historia real, esta cinta sirve una mezcla de drama humano, comedia ligera y sabor italiano en una producción que no pretende reinventar el cine, sino abrazarte como lo haría una buena comida casera un domingo por la tarde.

El origen real que inspira la historia

Joe Scaravella, un neoyorquino sin experiencia en gastronomía, emprendió una curiosa aventura tras la pérdida de su madre y abuela: abrir un restaurante en Staten Island donde las chefs serían abuelitas italianas. Enoteca Maria es hoy una realidad, y ha sido el corazón palpitante de la historia que ficcionaliza “Nonnas”.

Interpretado por un contenido Vince Vaughn, Joe representa esa necesidad casi universal de volver a las raíces, de sanar heridas cocinando memorias. Su motivación es emocional, y eso se percibe en cada flashback saturado de luz cálida dentro de cocinas que parecen sacadas de comerciales de salsa Prego.

Un reparto que homenajea a las leyendas

En pantalla, nombres ilustres dan vida a estas abuelas: Talia Shire, Lorraine Bracco, Susan Sarandon y Brenda Vaccaro. Estos íconos del cine estadounidense encarnan a mujeres que, en distintas circunstancias de la vida, se suman al proyecto culinario de Joe.

Shire interpreta a una ex monja, Bracco a una mujer separada de sus hijos, Sarandon a una dueña de salón de belleza y Vaccaro a una viuda que necesita volver a conectarse con la vida. Todas ellas tienen tanto potencial narrativo que uno se pregunta por qué la película no se centra directamente en ellas.

El giro mal calculado: Joe en el centro

El mayor pecado de “Nonnas” radica en haber hecho de Joe el foco principal, restando tiempo valioso a las historias que cada nonna podría haber contado entre plato y plato. A pesar de que hay escenas memorables —como una hilarante pelea de comida entre abuelas—, el guion termina cayendo en giros predecibles y soluciones clichés como un cambio de imagen colectivo.

No hay recetas compartidas, ni una verdadera inmersión en la cultura culinaria que podría haberse aprovechado como columna vertebral emocional. Como bien dice el refrán, “la comida es amor”; pero aquí, el amor se queda en servir la mesa sin explorar los ingredientes de cada historia personal.

Un vistazo visual cálido pero ligero

La cinematografía de Florian Ballhaus presenta Staten Island con un cariño visible. No hay romanticismo exagerado, solo respeto por lo cotidiano: calles con historia, locales con carácter y cocinas que invitan a quedarse.

Ese tratamiento visual hace que lo predecible se sienta menos forzado. Es como una receta tradicional: ya conoces el sabor, pero si está bien hecha, igual la disfrutas.

Vince Vaughn: menos sarcasmo, más corazón

Acostumbrado a papeles más sarcásticos, Vaughn logra contener su estilo para ofrecer una interpretación más emocional. A su alrededor revolotean figuras estereotipadas como Joe Manganiello y Drea de Matteo, usados plenamente para alivio cómico.

La historia romántica con su antigua cita de graduación, interpretada por Linda Cardellini, se siente incrustada sin mucha necesidad, pero contribuye al tema general de segundas oportunidades.

Un homenaje tibio a las abuelas de antaño

Películas como “Moonstruck” o “Mi Primo Vinny” flotan como fantasmas amables sobre “Nonnas”, pero esta producción no alcanza esos momentos de gracia natural ni encuentra un ritmo que pueda sostener el equilibrio entre comedia y drama.

Aun así, la cinta tiene una bondad intrínseca que no puede negarse. Puede que los estereotipos estén presentes, que la música italiana parezca sacada de una playlist de restaurante temático y que los conflictos no tengan mucha profundidad, pero hay algo reconfortante en ver a gente siendo buena con los demás.

¿Qué pudo ser mejor?

“Nonnas” tenía todos los ingredientes para ser una carta de amor al matriarcado culinario italiano. Pero en vez de cocinar a fuego lento la identidad de sus personajes femeninos, optó por mover la historia con los giros seguros de siempre. Las abuelas nunca llegan a mostrarse más allá del estereotipo entrañable de la nona gritona o la entrañable y sabia.

¿Dónde están las recetas de la abuela contadas entre lágrimas? ¿Los recuerdos de guerra, de migración, de amor y pérdida? Si el director hubiese confiado más en sus actrices y menos en los arcos de historia convencionales, la película habría brillado con sabores más intensos y menos diluidos.

El valor de la sencillez

La crítica puede ser dura, pero “Nonnas” no engaña a nadie. Es lo que pretende ser: una película amable, para ver con la familia un viernes por la noche. Su calidez, aunque superficial, tiene un lugar en plataformas como Netflix, donde muchas veces se busca más una experiencia reconfortante que un ejercicio cinematográfico sofisticado.

Y quizás eso es lo más contemporáneo del filme: en un mundo donde lo real a menudo duele, ver bondad puede ser más valioso que ver genialidad.

Una última cucharada: momentos reales al final

Si decides ver la película, quédate hasta los créditos. Hay un epílogo con imágenes reales de las verdaderas nonnas que inspiraron esta historia. Allí es donde realmente entiendes lo que esta historia pudo haber sido y casi fue.

“Nonnas” está disponible en Netflix y tiene una clasificación PG por lenguaje moderado y temas sugerentes. Duración: 111 minutos.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press