El otro legado de Bill Gates: ¿Cómo redefinió la filantropía global y por qué piensa cerrar su fundación en 2045?

Con más de $100 mil millones en donaciones proyectadas, el creador de Microsoft quiere erradicar enfermedades y establecer un modelo radical de dar antes de cerrar la fundación más influyente del siglo XXI.

Un plan filantrópico con fecha de cierre

Bill Gates, uno de los hombres más ricos del planeta, ha tomado una decisión que rompe con la tradición de muchas grandes fortunas: dará el 99% de su riqueza antes de morir. Y lo hará a través de la Fundación Gates, una organización que ha revolucionado la filantropía global desde su creación en el año 2000. Su plan incluye una fecha definitiva de cierre: 2045. En sus propias palabras, “no quiero que la fundación se convierta en una institución que pierde el rumbo de su propósito original”.

El anuncio de Gates marca un punto de inflexión en la manera en que las figuras del poder económico entienden su responsabilidad ante el mundo. Este artículo hará un análisis de esta estrategia sin precedentes: sus motivaciones, su impacto, las críticas que ha despertado y lo que significa para el futuro de la filantropía global.

Una fortuna dedicada a “salvar vidas”

Cuando hablamos de la Fundación Bill & Melinda Gates, hablamos de cifras colosales. Desde su creación, ha invertido más de $77.6 mil millones (según datos del propio portal de la Fundación), en áreas como la erradicación de enfermedades, la vacunación infantil, el acceso a la salud y la educación, y el empoderamiento económico de mujeres.

Entre sus mayores hitos destacan:

  • La distribución de vacunas que han salvado, según estimaciones independientes, más de 13 millones de vidas.
  • Una inversión masiva en la erradicación de la poliomielitis, con la meta clara de borrarla de la faz de la Tierra.
  • Innovaciones en agricultura en países africanos, como nuevas variedades de semillas resistentes al cambio climático.

Bill Gates no lo ha hecho solo. La Fundación recibió también más de $43 mil millones en donaciones por parte del inversor Warren Buffett, quien se ha convertido en uno de sus aliados más cercanos en esta cruzada por transformar la filantropía.

¿Por qué cerrar en 2045?

Si algo sorprende del modelo Gates es la decisión de cerrar la Fundación dentro de las próximas dos décadas. Algunas fundaciones, como Rockefeller o Carnegie, han existido por más de un siglo. Gates no quiere eso. Según explicó en entrevistas, “es importante que todo el dinero sea utilizado mientras yo y las personas que compartimos esta visión estemos vivos. Queremos lograr resultados medibles en vida, no dejar un legado eterno, sino un impacto real”.

De hecho, el compromiso de gasto es claro: se pretende utilizar hasta $200 mil millones entre 2024 y 2045. Una cifra sin precedentes incluso para estándares filantrópicos estadounidenses.

“Giving Pledge” y cómo Bill Gates cambió las reglas del juego

En 2010, junto a Warren Buffett y Melinda French Gates, Bill lanzó Giving Pledge, una iniciativa que invita a millonarios a comprometer más del 50% de su fortuna a causas benéficas. Desde entonces, más de 240 multimillonarios de distintas partes del mundo han firmado el compromiso, entre ellos Elon Musk, Mark Zuckerberg y Richard Branson.

Gates explicó: “En esta era de inmensas desigualdades, las personas que han sido tocadas por el sistema con tal fortuna deben devolver con igual generosidad. No se trata solo de dinero, sino de reconfigurar el contrato social”.

Melinda French Gates: un pilar en la filantropía de género

Es imposible hablar del impacto filantrópico sin mencionar a Melinda French Gates, quien codirigió la fundación hasta 2023. Su enfoque particular fue colocar los derechos de las mujeres y niñas en el centro de la agenda global.

Entre sus iniciativas destacadas:

  • La inversión en Pivotal Ventures, una organización paralela fundada por ella en 2015 enfocada en la equidad de género.
  • La apertura de divisiones especiales para estudios sobre salud reproductiva y acceso de mujeres a servicios financieros.

Melinda explicó recientemente en un evento en Nueva York: “Durante mucho tiempo, las mujeres ni siquiera formaban parte de las estadísticas. Hoy hablamos de sus necesidades específicas. Queda mucho por hacer, pero hay avances tangibles”.

El impacto silencioso: cultura, contexto y reevaluación de soluciones

Uno de los mayores aprendizajes —tanto para Bill como para Melinda— fue entender que muchas soluciones ideadas en oficinas de Seattle no funcionaban sin conexión local.

Desde inodoros comunitarios en India que las mujeres evitaban por ser inseguros, hasta bombas de agua que las granjeras evitaban por temores culturales al movimiento corporal requerido: la experiencia cultural local se volvió vital.

“La clave está en escuchar a quienes conocen el terreno. No se trata de imponer soluciones, sino de co-crearlas”, dijo Melinda.

¿Está en crisis la financiación global?

A medida que el mundo enfrenta recortes de presupuesto en ayuda externa por parte de EE.UU., Reino Unido y otros países, muchos se preguntan: ¿estos proyectos sobrevivirán?

Según cifras de Gavi – The Vaccine Alliance y la OMS, desde el año 2000 hasta 2020, la mortalidad infantil descendió de 8.8 millones a 5 millones anuales, una mejora enorme en la que Gates jugó un papel protagónico. Sin embargo, con menos donantes internacionales, hay riesgo de retrocesos.

“La lucha contra enfermedades como malaria y tuberculosis no está ganada. Las pandemias de desinformación y desinterés pueden ser igual de peligrosas”, advirtió Gates.

El papel de Elon Musk y otras sombras en la agenda laboral

Curiosamente, mientras Gates promueve una filantropía expansiva, su adversario recurrente, Elon Musk, impulsa reformas al aparato burocrático de Estados Unidos a través del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), buscando reducir radicalmente el personal federal.

Si bien aún no se reflejan plenamente en las estadísticas, estas políticas podrían impactar a largo plazo los indicadores de desempleo, especialmente en los sectores más vulnerables del país.

Es un contraste que ilustra dos concepciones diametralmente distintas de influencia: una centrada en redistribuir poder y recursos desde la cima; la otra, en reducir el alcance del Estado. ¿De quién será el modelo más replicado en el futuro?

Críticas: poder sin contrapesos

Uno de los puntos más señalados por expertos es la falta de mecanismos públicos de rendición de cuentas. Aunque Gates ha pedido más escrutinio hacia su trabajo, organizaciones de la sociedad civil sostienen que el nivel de poder que concentra la Fundación podría escorar decisiones globales en salud, educación o política ambiental sin control democrático.

“¿Es deseable que un solo individuo decida qué enfermedades curar o qué tecnologías promover?”, preguntan desde organismos como Global Justice Now. A lo cual Gates responde: “Estamos salvando vidas. Si alguien tiene una mejor idea para enfrentar la malnutrición o la falta de acceso a agua potable, que lo demuestre. Necesitamos más voces, no menos”.

Redefiniendo el futuro de la filantropía

Sea polémico o visionario, lo cierto es que Bill Gates ha empujado los límites de la filantropía moderna. En lugar de perpetuar una entidad con su nombre, ha optado por una explosión concentrada de recursos con objetivo transformador y temporal.

Este enfoque obliga a gobiernos, donantes y ONGs a reflexionar algo esencial: ¿Cuál es el papel de la riqueza privada en resolver los grandes problemas públicos? En un mundo donde las desigualdades persisten —y en algunos casos empeoran—, la decisión de Gates podría ser tanto una solución como una advertencia.

En sus palabras: “Alguien debería intentar pagar más impuestos que yo, salvar más vidas que yo, donar más dinero que yo... y hacerlo de manera más inteligente. Espero que lo logren”.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press