La Asamblea General de Carolina del Sur finaliza su sesión 2025: logros a medias y temas pendientes

Entre leyes polémicas, propuestas energéticas y debates fiscales, el Capitolio estatal cierra su ciclo legislativo sin decisiones trascendentales pero con cambios que podrían reconfigurar la política pública en 2026

Columbia, Carolina del Sur — Con un repunte de actividad en los últimos días, la Asamblea General de Carolina del Sur concluyó su sesión ordinaria 2025 con una mezcla de proyectos aprobados, decisiones postergadas y dos ausencias notorias: una ley de crímenes de odio y la autorización para el uso médico de la marihuana. El equilibrio legislativo muestra un panorama revelador sobre cómo los efectos de unas elecciones pueden estancar o acelerar políticas públicas críticas.

Reformas notorias en seguro de alcohol y acceso a la educación privada

Uno de los avances legislativos destacados fue la adopción de medidas para enfrentar el creciente costo de los seguros de responsabilidad civil exigidos a restaurantes y bares que venden licores. A partir de esta legislación, los establecimientos deben seguir teniendo una cobertura de $1 millón, pero pueden reducirla si implementan protocolos como cerrar más temprano, usar escáneres para verificar identificaciones o generar menos del 40% de sus ventas a partir del alcohol.

“Buscamos aliviar el peso financiero de pequeños dueños de negocios sin comprometer la seguridad pública”, afirmó un portavoz del bloque republicano que lideró la iniciativa.

Además, los legisladores aprobaron una nueva versión del plan de vales escolares, que permite canalizar dinero público a institutos educativos privados. Esta ley es muy similar a la de 2023, que fue anulada por la Corte Suprema del estado por violar la Constitución estatal, al beneficiar económicamente a las escuelas privadas. No obstante, los republicanos confían en que los cambios introducidos evitarán nuevos choques legales.

Desarrollo energético para afrontar crecimiento poblacional

En materia energética, el Senado aprobó una medida que autoriza a la energética Dominion Energy y a la empresa pública Santee Cooper a colaborar en la construcción de una gran planta de gas natural. Este proyecto busca responder al aumento en la demanda eléctrica derivada del crecimiento demográfico del estado, que supera ya los 5.3 millones de habitantes según estimaciones del Censo de EE. UU.

El plan, sin embargo, generó críticas por excluir protecciones para propietarios afectados por expropiaciones y por no regular el consumo masivo de energía por parte de centros de datos. “Van a lamentar esto”, advirtió el líder de la mayoría del Senado, Shane Massey, recordando el desastre financiero de los reactores nucleares abandonados años atrás a costa del erario público.

Una reforma tributaria que queda en pausa

La Cámara Baja también impulsó un proyecto para una amplia reestructuración del sistema de impuestos sobre la renta, que en un inicio fue duramente criticado por causar incrementos para el 60% de los contribuyentes. La versión corregida establece solo dos tasas impositivas: 1.99% para ingresos inferiores a $30,000, y 5.39% para montos superiores. El plan contempla bajar gradualmente la tasa alta hasta igualarla con la más baja.

Estas reformas no fueron tratadas por el Senado, lo cual dejará el destino del plan en manos de la sesión 2026.

Controversias y disensos: del tesorero estatal al “fantasma” del odio

Una controversia significativa giró en torno al tesorero estatal, Curtis Loftis, que fue objeto de una moción en el Senado para su destitución debido a errores contables que, aunque no involucraron dinero real, provocaron una crisis administrativa que costó millones en auditorías. La Cámara Baja, sin embargo, no lo removió.

“Debemos permitir que los votantes decidan en las urnas si desean mantenerlo en el cargo”, sostuvo el presidente de la Cámara, Murrell Smith, confirmando que Loftis continuará en funciones y buscará la reelección.

En cuanto a temas más sensibles, como una legislación contra crímenes motivados por odio —que convertiría a Carolina del Sur en el estado 49 en promulgarla—, no se trató en 2025 a pesar de haber sido aprobada previamente por una de las cámaras. El líder republicano en el Senado, Massey, afirmó que no ve necesidad de dicha ley.

Similar situación ocurrió con la marihuana medicinal, proyecto que ha pasado dos veces en el Senado en los últimos años, pero este año ni siquiera fue agendado en comisiones.

¿Hacia dónde se dirige Carolina del Sur?

Como parte de una legislatura bicameral, Carolina del Sur opera conforme a sesiones de dos años. Esto significa que los proyectos que quedaron en pausa este 2025 podrán retomarse en enero de 2026. El predominio republicano, fortalecido con una supermayoría en el Senado lograda en las elecciones de 2024, apunta a un 2026 con mayor capacidad para legislar sin colaboración opositora.

No obstante, como señaló el líder de la minoría demócrata en el Senado, Brad Hutto: “En el panorama general, no logramos ninguna legislación trascendental este año que vaya a ser recordada dentro de una década, excepto el plan de vales si llega a sobrevivir al escrutinio legal”.

Lo cierto es que la Asamblea de Carolina del Sur cierra su libro legislativo 2025 sin una narrativa heroica, pero sí con suficientes cabos sueltos como para anticipar un 2026 lleno de tensión política y decisiones que podrían redefinir el modelo de estado.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press