Sue Bird toma el timón del equipo femenino de baloncesto de EE.UU.: ¿Qué significa su nuevo rol?
La cinco veces campeona olímpica ahora será directora general del seleccionado nacional femenino, en un cambio estructural que redefine la dirección del programa rumbo a París 2024 y Los Ángeles 2028
Una leyenda que cambia la cancha por las oficinas
Sue Bird, una de las figuras más icónicas en la historia del baloncesto femenino estadounidense, ha sido nombrada como directora general del equipo nacional femenino de USA Basketball. Este nuevo puesto, que marca un giro radical en cómo se estructura y dirige la selección femenina, no sólo consolida su legado como jugadora, sino que la pone ahora al frente de la estrategia, selección de personal y visión a largo plazo del programa nacional.
Con cinco medallas de oro olímpicas (2004, 2008, 2012, 2016 y 2020) y una carrera cargada de trofeos tanto en la WNBA como con Team USA, Bird incorpora no solo su experiencia como atleta, sino también su entendimiento profundo de lo que implica ser parte de una cultura ganadora constante.
¿Cuál es el cambio que representa este nuevo rol?
Hasta ahora, las decisiones estratégicas dentro del equipo femenino eran tomadas por comités temporales que se reunían ocasionalmente para definir planteles y cuerpos técnicos. Sin embargo, con este nombramiento, USA Basketball replica el modelo que ha utilizado con éxito en el equipo masculino desde 2005, cuando Jerry Colangelo fue nombrado director general, papel que ahora ocupa Grant Hill.
Según el CEO de USA Basketball, Jim Tooley, este cambio busca dar más continuidad y claridad en la planificación a mediano y largo plazo. “Ya no se trata de tomar decisiones en reuniones dispersas. Con Sue, tenemos a una líder constante, con visión, experiencia y una conexión genuina con el juego”, señaló Tooley en declaraciones telefónicas.
Una figura respetada dentro y fuera de la cancha
Bird, de 43 años, jugó más de dos décadas en la WNBA con Seattle Storm, obteniendo cuatro campeonatos. Fue 13 veces All-Star y formó parte del equipo que convirtió a Estados Unidos en la potencia absoluta del baloncesto femenino mundial. Desde su retiro como jugadora en 2022, ha estado ligada al desarrollo del baloncesto femenino desde roles administrativos y mediáticos.
“Conozco lo que significa representar al país, la presión de tener que ganar siempre, el desafío de formar equipos con química, y eso, sin duda, es lo que me motiva para aceptar este nuevo rol”, expresó Bird. “Es otra forma de contribuir, y lo asumo con toda la seriedad y compromiso del mundo”.
Un ciclo olímpico hasta 2028
El puesto de Bird tendrá una duración de cuatro años, cubriendo el ciclo olímpico que concluye con los Juegos de Los Ángeles 2028. Antes de eso, USA Basketball deberá competir en el Mundial FIBA de Alemania 2026, además de diversos clasificatorios y torneos regionales.
La primera gran decisión que recae en sus manos será la elección del cuerpo técnico, algo que en ciclos anteriores también dependía de los comités. Con el retiro de entrenadoras como Dawn Staley del ciclo anterior, Bird deberá identificar a una o un estratega capaz de liderar al grupo hacia el oro olímpico.
“Ya he empezado a pensar en nombres”, confesó Bird. “Es sin duda la primera prioridad, porque el estilo de juego y la cultura dependen directamente del liderazgo técnico. Hay muchas opciones válidas tanto en la NCAA como en la WNBA”.
Una estructura necesaria frente a retos contemporáneos
El nombramiento de Bird no es casualidad ni precipitado. Tooley reveló que las discusiones sobre crear este cargo se remontan al ciclo anterior, tras Tokio 2021, donde Bird ya colaboró como miembro del comité de USA Basketball. Este movimiento se aceleró ante la necesidad de consolidar el programa frente a nuevos desafíos.
Uno de ellos es el creciente nivel de otras selecciones. Equipos como España, Francia, China y Australia han recortado distancias en calidad táctica y talento. Aunque Estados Unidos ha ganado ocho oros olímpicos consecutivos —desde Atlanta 1996—, las victorias ya no son tan holgadas como en el pasado.
Además, existe presión pública por las decisiones en la elección del plantel. Recientemente, la no inclusión de Caitlin Clark, una de las figuras emergentes más mediáticas del baloncesto femenino, causó controversia. Aunque el proceso de nombramiento de Bird se inició antes de ese episodio, su presencia al frente podría contribuir a gestionar mejor la comunicación y a explicar estratégicamente este tipo de decisiones.
Balance de poder: la salida del comité
Con este cambio también se termina el modelo de decisiones por comité, que muchas veces ralentizaba los procesos y generaba desconexiones entre las distintas etapas del proyecto (preparación, torneos de clasificación, formación del equipo olímpico). Tener a una figura central —como Bird— permite alinear la visión desde el inicio, con parámetros claros, objetivos y seguimiento integral.
“La continuidad es un valor esencial cuando se trata de alto rendimiento”, afirma Tooley. “La idea es que no partamos de cero cada vez que empieza un nuevo ciclo olímpico”.
El legado de Bird fuera de la cancha
Más allá de los títulos y récords, Sue Bird se ha posicionado como una referente de liderazgo femenino, vocera de causas sociales como la igualdad de género y los derechos LGBTQ+. Ahora, desde esta nueva posición, tiene la oportunidad de continuar abriendo caminos no solo para jugadoras, sino también para ejecutivas y entrenadoras dentro de las estructuras deportivas.
Según datos de la Women’s Sports Foundation, en 2023 sólo el 14% de las posiciones directivas en deportes universitarios y olímpicos estaban ocupadas por mujeres. La figura de Bird podría ayudar a cambiar esas estadísticas.
Mirando a París 2024
El siguiente objetivo inmediato para Bird es definir el roster que jugará en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde Estados Unidos buscará su noveno oro consecutivo. Aunque hay nombres seguros como Breanna Stewart o A'ja Wilson, también se presentan oportunidades para jugadoras jóvenes que vienen pisando fuerte.
Además, se abre la interrogante sobre una posible especie de “renovación generacional”, factor en el que Bird podría ser clave, al entender no solo la dinámica táctica, sino también emocional, que implica pasar la estafeta a la nueva generación sin perder identidad ni competitividad.
Una nueva era en el baloncesto femenino
Con su nombramiento, Sue Bird encabeza una nueva etapa para el equipo nacional femenino. Una era en la que se busca eficiencia, continuidad, presión bien gestionada y una estrategia que mire más allá de medallas. Es una apuesta por estabilizar y evolucionar el programa, preparándolo para los desafíos de una escena global cada vez más competitiva y cambiante.
Y como la misma Bird sentencia: “El objetivo sigue siendo el mismo: ganar, pero también construir. Quiero dejarle a quien venga después un programa mejor que el que tomé”.