¿Privatización del Servicio Postal de EE. UU.? La polémica llegada de David Steiner como director general

La designación del exdirector de Waste Management y miembro de la junta de FedEx como nuevo director del USPS desata críticas sobre conflictos de interés y amenazas a los servicios públicos

Un cambio de rumbo para el histórico Servicio Postal

En julio de 2025, David Steiner tomará oficialmente las riendas del Servicio Postal de los Estados Unidos (USPS), convirtiéndose en el 76.º director general (Postmaster General) de esta institución casi bicentenaria. Su nombramiento ha despertado una ola de preocupación tanto en sindicatos postales como en ciudadanos defensores de los servicios públicos.

Steiner no es un desconocido en el sector empresarial: fue CEO de Waste Management Inc. desde 2004 hasta 2016 y actualmente es miembro de la junta directiva de FedEx, competidor directo del USPS en el sector logístico. Su perfil corporativo ha sido visto por muchos como un presagio de una posible privatización parcial o total del servicio postal.

Conflicto de interés: ¿el lobo cuidando las ovejas?

Desde el anuncio formal realizado por Amber McReynolds, presidenta de la Junta de Gobernadores del USPS, las alertas se activaron. El líder del sindicato de Carteros Nacionales (National Association of Letter Carriers), Brian L. Renfroe, fue tajante:

“Su selección no es solo un conflicto de interés —es un paso agresivo hacia la entrega del sistema de correos a intereses corporativos”

Renfroe, quien representa a más de 295,000 carteros y jubilados, no es el único alarmado. Mark Dimondstein, presidente de la American Postal Workers Union (APWU), que representa a más de 220,000 empleados del USPS, añadió:

“FedEx tiene una agenda muy distinta a la del servicio postal público. Para mí, esa es la última persona que se debería poner al mando de una institución que es pilar logístico del país”.

¿Privatización en el horizonte?

Los temores se ven amplificados por los recientes posicionamientos del expresidente Donald Trump y su aliado político Elon Musk, quienes han sugerido públicamente que el USPS podría mejorar con mayor competencia o, incluso, dejándolo en manos privadas. El ambiente se ha tensado al máximo con manifestaciones de sindicatos y grupos ciudadanos por todo el país en contra de la privatización.

La amenaza directa radica en el desmantelamiento del Universal Service Obligation (USO), el mandato legal que obliga al USPS a entregar correo a cada dirección del país, incluyendo zonas rurales y remotas. Este principio fundacional garantiza ese servicio sin importar rentabilidad.

Steiner responde a las críticas

En una declaración escrita, Steiner intentó calmar los ánimos: aseguró que admira el “espíritu de servicio público” del USPS y se comprometió a mantenerlo como una institución autónoma del poder ejecutivo.

“Es un honor increíble ser llamado para liderar la mejor organización postal del mundo”, expresó Steiner, agregando que trabajará para asegurar su sostenibilidad operativa y financiera.

Aun así, el historial de Steiner levanta sospechas. Bajo su liderazgo, Waste Management se centró en eficiencia y rentabilidad, algo que muchos temen pueda traducirse en recortes de personal, cierre de oficinas o aumento de tarifas postales cuando esté en control del USPS.

“Deliver for America”: ¿plan de modernización o paso hacia la privatización?

La llegada de Steiner coincide con la ejecución de un ambicioso plan de reformas conocido como “Deliver for America”. Lanzado por su predecesor Louis DeJoy en 2021, este plan de 10 años busca convertir al USPS en una entidad financieramente estable mediante modernización de infraestructura, eficiencia logística y ajustes administrativos.

Entre las medidas más polémicas figuran:

  • Reducción de horas operativas en oficinas rurales
  • Cambio de centros de distribución
  • Aumento en las tarifas de envío
  • Recortes de personal

Muchos legisladores, especialmente del Partido Demócrata, han criticado que estos cambios han producido retrasos en la entrega de correspondencia, especialmente en zonas apartadas donde el correo es fundamental para el acceso a medicamentos, pagos y documentos legales.

USPS vs. FedEx: una competencia desigual

El hecho de que Steiner haya formado parte de la junta de FedEx —una de las principales competidoras del USPS, específicamente en el mercado de paquetería— despierta alarma ya que podría derivar en un conflicto de intereses evidente. Tan solo en 2023, FedEx reportó ingresos por más de $90 mil millones.

Mientras que FedEx y UPS concentran sus servicios en áreas rentables y urbanas, el USPS está obligado constitucionalmente a llegar a los 167 millones de hogares, empresas y buzones postales de EE.UU., sin considerar rentabilidad.

Una institución que es más que un servicio

No debemos olvidar que el USPS no es solo una empresa: es una institución pública que juega un papel crítico en la vida americana. Durante la pandemia de COVID-19, por ejemplo, el servicio postal fue esencial para la distribución de medicamentos, cheques de estímulo, pruebas caseras e incluso votos por correo.

A lo largo de sus casi 250 años de existencia, el USPS ayudó a cohesionar al país, desde zonas montañosas de Appalachia hasta comunidades indígenas de Alaska. Fue el primer contacto con el gobierno para muchas generaciones. Su destrucción o debilitamiento afectaría de forma desproporcionada a las poblaciones más vulnerables.

Un estudio del Pew Research Center de 2020 reveló que el 91% de los estadounidenses tenía una imagen favorable del USPS, convirtiéndolo en la institución pública mejor valorada del país.

Privatización postal en el mundo: ¿una lección que ignoramos?

La idea de privatizar servicios postales no es nueva. Países como Reino Unido (con Royal Mail) lo intentaron con resultados mixtos. En ese caso, la privatización trajo una reducción de la calidad de servicio, recortes drásticos de personal y cierre de oficinas rurales. En Alemania, Deutsche Post fue parcialmente privatizado bajo el grupo DHL, apostando por la eficiencia logística global, pero recurriendo a la subcontratación masiva.

En ambos casos, se demostró que la cultura empresarial y la eficiencia financiera difícilmente se alinean con la misión de un servicio universal y accesible.

¿Un modelo mixto como solución?

Algunos analistas postulan que quizá el USPS deba evolucionar hacia un modelo híbrido, manteniendo la infraestructura y las obligaciones universales bajo control público, pero permitiendo asociaciones logísticas con el sector privado. Sin embargo, para los sindicatos y defensores del servicio público esto es un “caballo de Troya” para avanzar gradualmente a la privatización completa.

El dilema de Steiner

Steiner enfrenta una encrucijada histórica. O bien se convierte en el reformista que modernizó el USPS sin vulnerar su esencia pública, o pasará a la historia como el director que presionó la disolución de uno de los servicios públicos más respetados de Estados Unidos.

Lo que es claro es que, en medio de debates sobre eficiencia, sostenibilidad y competencia empresarial, el gran ausente no puede ser el pueblo estadounidense. Porque el correo —al igual que la educación o la sanidad— no es solo una operación; es una institución democrática.

¿Y tú, qué opinas? ¿Debería el USPS reformarse desde adentro o abrirse al mercado?

¿La llegada de Steiner fortalecerá o debilitará el USPS? Comparte tu opinión en los comentarios y sigamos construyendo el debate sobre el papel del gobierno en los servicios esenciales.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press