Rumanía en la encrucijada: entre Europa y el nacionalismo

La segunda vuelta presidencial enfrenta a dos candidatos anti-establishment con visiones opuestas sobre el futuro geopolítico del país

BUCAREST, Rumanía – Mientras los tambores de las elecciones retumban cada vez más fuerte en Europa del Este, Rumanía se encuentra en un cruce de caminos que podría definir su futuro durante décadas. El país, que aún arrastra cicatrices de su pasado comunista, ahora está dividido entre quienes abogan por una mayor integración con Europa y aquellos que desean una nación más soberana y nacionalista. Este análisis detalla el estado político del país, el trasfondo histórico que define esta elección y sus implicancias regionales y globales.

Una generación entre dos mundos

El 9 de mayo, miles de personas se congregaron en Bucarest ondeando banderas de la Unión Europea (UE). Coreaban consignas como “Estamos en Europa” y “Bucarest no es Budapest”, en una clara alusión a las políticas euroescépticas del primer ministro húngaro Viktor Orbán.

La manifestación tuvo lugar justo antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en la que se enfrentarán George Simion, un nacionalista duro de 38 años, y Nicusor Dan, el alcalde pro-europeo de Bucarest, de 55 años.

¿Quién es George Simion?

Simion, líder del partido Alianza para la Unidad de los Rumanos (AUR), ha sido criticado durante mucho tiempo por su supuesta cercanía a Rusia. Aunque en recientes entrevistas ha negado estas acusaciones, muchos analistas lo ven con escepticismo. En declaraciones recientes, expresó:

“No es bueno para el pueblo rumano acercarse a Rusia. Queremos ser parte de la Unión Europea. Algunas noticias falsas decían que queríamos salir del proyecto europeo, pero no es cierto. Invertimos mucho y queremos quedarnos”, dijo Simion.

Sin embargo, también ha manifestado que desea que los Estados miembros de la UE tengan más poder en detrimento de las instituciones europeas, una propuesta que refleja cierto euroescepticismo suave.

Nicusor Dan: ¿el último bastión proeuropeo?

Por otro lado, Nicusor Dan ha logrado conectarse principalmente con el votante urbano y joven, centrándose en la modernización de Bucarest y promoviendo políticas transparentes.

“Esto es una elección entre un rumbo pro-occidental para Rumanía y uno que es claramente anti-occidental”, afirmó Dan tras conocer los resultados de la primera ronda.

Dan representa un intento por mantener a Rumanía anclada en sus alianzas occidentales, especialmente con la UE y la OTAN, dos pilares fundamentales de su política exterior desde su adhesión a ambos organismos.

El peso del pasado comunista

Rumanía fue uno de los últimos países en deshacerse del yugo comunista en 1989. La revolución violenta, que acabó con el dictador Nicolae Ceausescu y su esposa en un juicio sumario televisado, dejó profundas heridas y una sociedad dividida que aún hoy necesita reparación.

En 2007, el país logró un hito al unirse a la Unión Europea, un paso que fue visto como el símbolo definitivo de su entrada al mundo occidental. Pero esta adhesión también trajo desafíos: burocracia europea, escasez de inversión prometida y frustraciones con la lucha contra la corrupción.

La crisis electoral de 2024: un punto de inflexión

Todo explotó cuando la Corte Constitucional anuló los resultados de las elecciones presidenciales de 2023 por irregularidades, dando paso a una repetición electoral histórica. El caos fue tal que el ex primer ministro dimitió tras su partido ser barrido en los comicios.

En la primera vuelta de esta repetición electoral, George Simion emergió como favorito tras una campaña marcada por discursos incendiarios y una retórica antiélite. En segundo lugar quedó Nicusor Dan, cuya base urbana y clase media intentará contrarrestar la ola nacionalista.

El papel de los jóvenes

Según el Instituto Rumano de Evaluación Estratégica, solo el 42% de los jóvenes entre 18 y 30 años votaron en la primera ronda. Esto contrasta con el 63% de mayores de 50 años. Grupos cívicos juveniles han iniciado campañas como #DespiertaRumanía, instando a sus pares a votar en la segunda vuelta.

“Es importante que los jóvenes indecisos o que no votaron despierten. Esta elección puede definir dos escenarios extremadamente diferentes para nuestro futuro como país”, declaró Diana Draghici, una activista de 38 años, durante la marcha pro-UE.

¿Europa o el este?

Además del simbolismo ideológico de esta elección, los expertos ven implicaciones estratégicas claras. Rumanía es miembro tanto de la UE como de la OTAN. Su frontera con Ucrania y Moldavia la convierte en un actor clave en los actuales conflictos geopolíticos.

“Una victoria de Simion implicaría al menos una disminución del entusiasmo europeo de Rumanía. No significa necesariamente una salida del bloque, pero sí una menor cooperación e influencia europea en Bucarest”, opina Andrei Luca Popescu, analista político del eurothinktank OpenEurope.

Esto llega en un momento crítico en la región: la guerra en Ucrania sigue activa, y el futuro de la expansión europea depende también de países periféricos como Rumanía.

¿Un nuevo Orbán en el Danubio?

Las comparaciones entre Simion y Viktor Orbán, el líder nacionalista húngaro, son inevitables. Ambos han utilizado una narrativa centrada en el “rescatar” a sus países de las garras de una supuesta élite liberal globalista. Ambos han buscado fortalecer la soberanía nacional por encima de los compromisos europeos.

Durante la manifestación en Bucarest, uno de los cánticos más repetidos fue: “¡Bucarest no es Budapest!”. Es una señal clara del temor entre ciertos sectores de que Rumanía replique un modelo de aislamiento que ya se ha visto en Hungría.

Un país dividido

Un análisis de las votaciones municipales muestra una Rumanía fracturada: el interior rural votó mayoritariamente por Simion, mientras que Bucarest, Cluj-Napoca y Timisoara, ciudades cosmopolitas y centros educativos, apoyaron a Dan.

La falta de infraestructura, la emigración masiva y la desconfianza en las instituciones han alimentado el discurso populista. No es coincidencia que AUR, partido de Simion, se haya convertido en la segunda fuerza política del país, tras solo cinco años desde su fundación.

Mirando hacia el 18 de mayo

La segunda vuelta se celebrará el 18 de mayo, en un ambiente cargado de expectación. Los analistas internacionales estarán siguiendo de cerca el resultado, pues podría tener implicaciones más allá de las fronteras de Rumanía.

“Rumanía es ahora un laboratorio para lo que puede ocurrir en Europa del Este. Si Simion triunfa, será una señal de que el nacionalismo puede resurgir aún en países euroatlánticos estables”, señala Kristina von Lingen, directora de análisis del German Council on Foreign Relations.

La encrucijada rumana plantea una disyuntiva entre arraigarse en Occidente o buscar nuevos horizontes fuera de Bruselas.

Por ahora, los ojos del continente estarán puestos en Bucarest, esperando descubrir si el corazón de los Cárpatos sigue latiendo al ritmo europeo o empieza a tocar una melodía distinta.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press