Derek Carr dice adiós a la NFL: una carrera sólida que terminó sin gloria

El veterano mariscal de campo se retira tras 11 temporadas en la liga y una lesión que anticipó el desenlace de una trayectoria marcada por estadísticas pero carente de éxito en playoffs.

Una lesión que selló el final

El veterano quarterback Derek Carr, de 34 años, anunció su retiro oficial de la NFL luego de ser diagnosticado con un desgarro del labrum en el hombro derecho y “cambios degenerativos significativos” en el manguito rotador. La noticia fue confirmada por los New Orleans Saints este sábado, marcando así el fin de una carrera de 11 temporadas que comenzó en 2014 cuando Carr fue seleccionado por los Oakland Raiders en la segunda ronda del draft proveniente de Fresno State.

La inesperada dolencia comenzó a manifestarse durante las rutinas de entrenamiento de pretemporada este 2025, y aunque una cirugía fue considerada, implicaba perder toda la campaña y sin garantía de que regresara al nivel de élite de precisión que lo caracterizó.

Una carrera entre la constancia y la frustración

Para contextualizar su impacto en la liga, Carr acumuló 41,245 yardas por pase, 257 touchdowns y 112 intercepciones. Logró ser titular en 169 juegos (récord de 77-92), pero jamás pudo ganar un partido de postemporada.

Su legado es complejo: consistencia estadística pero sin resultados tangibles de equipo. Pasó sus primeras nueve temporadas con los Raiders (en Oakland y luego Las Vegas) antes de unirse en 2023 a los Saints, donde terminó con una modesta marca de 14-13 como titular.

Durante ese último año, se enfrentó a una serie de lesiones —desde los oblicuos hasta problemas en la mano y la cabeza— que le hicieron perder siete encuentros, minando las expectativas generadas con su llamativo contrato de 150 millones por cuatro años.

Entre lo espiritual y lo deportivo

La salida de Carr no ha estado exenta de polémica. La franquicia no compartió detalles de su lesión hasta el día previo al draft, lo que alimentó las críticas. El propio Carr enfrentó las acusaciones, asegurando en un sermón en una iglesia de Las Vegas que sus críticos estaban “mintiendo” y que muchas especulaciones se basaban en desconocimiento y sesgo.

“Es difícil encontrar las palabras correctas para expresar nuestro agradecimiento a todos los compañeros, entrenadores, directivos, dueños y especialmente a los fans que hicieron este viaje tan especial”, dijo el mariscal de campo en una emotiva declaración junto a su esposa, Heather.

Cifras que definen su paso

  • Yardas aéreas: 41,245 (puesto 26 en la historia de la NFL)
  • Touchdowns: 257 (puesto 25 histórico)
  • Playoff games ganados: 0
  • Mejor récord de temporada: 12-4 (2016 con Raiders)

Aunque nunca fue considerado un candidato MVP, Carr logró al menos una selección al Pro Bowl en cuatro ocasiones, destacando principalmente por su ética laboral y precisión como pasador corto y medio. Sin embargo, el peso de liderar a equipos mediocres le imposibilitó acceder a premios mayores.

New Orleans y la transición que ya se anticipaba

La decisión de retirarse llega justo después de que los Saints seleccionaran en la segunda ronda del draft a Tyler Shough, mariscal de campo de la Universidad de Louisville, quien se perfila ahora como el heredero natural de Carr.

También están en el roster los jóvenes Spencer Rattler (seleccionado en 2024) y Jake Haener, aunque ninguno mostró destellos que hagan creer en una transición inmediata al éxito. El año pasado, entre ambos ganaron apenas un partido en siete oportunidades de juego.

Carr entre luces y sombras

El número 4 siempre fue ejemplo de profesionalismo, tanto dentro como fuera del campo. Destacó por su fuerte fe religiosa y por ser un líder en el vestidor, características que lo hicieron muy querido en equipos donde la presión mediática y la constancia de lesiones eran parte del día a día.

No obstante, también fue blanco de duras críticas por su rendimiento cuando más se requería. En nueve temporadas con los Raiders, apenas clasificó una vez a playoffs (la de 2016, donde no pudo jugar por lesión) y además tuvo dificultades notables en partidos considerados clave durante las últimas tres campañas.

¿Qué aprendimos de su paso por la liga?

La carrera de Carr sirve como caso de estudio dentro de la NFL moderna: un mariscal competente, con gran precisión y liderazgo, puede sostener una franquicia, pero el éxito real requiere más que estadística. En una liga donde ganar en enero define legados, Carr se despide como un “casi”, muy respetado, pero inevitablemente incompleto.

Desde Brett Favre hasta Drew Brees, muchos quarterbacks se mantuvieron combatiendo el paso del tiempo gracias a intervenciones quirúrgicas o sistemas adaptados a su estilo. En cambio, Carr prefirió retirarse antes de arrastrar su nombre en temporadas incompletas o llegando sin potencia al brazo —algo que volvía su juego casi inútil dentro del dinámico contexto de la NFL actual.

¿Hall de la Fama? Poco probable

Aunque sus números superan a varios miembros del Salón de la Fama, como Troy Aikman y Ken Stabler, la falta de victorias en playoffs y títulos individuales juega en su contra. Incluso Philip Rivers, con muchos más logros y respeto de sus contemporáneos, aún espera su ingreso.

Sus devotos podrían argumentar longevidad y contribución al equipo, pero las votaciones del Hall of Fame favorecen la trascendencia histórica, y en esto, Derek Carr quedó corto.

La NFL sin Carr: nuevas caras, nuevos retos

La liga está cambiando drásticamente con nuevos talentos jóvenes y quarterbacks móviles como Patrick Mahomes, Josh Allen, Jalen Hurts y C.J. Stroud dominando titulares. Las decisiones de franquicias como los Saints de apostar por Tyler Shough dejan claro que un cambio generacional está en curso.

Carr fue quizás uno de los últimos QB puramente de pocket passer en un entorno que ya privilegia la movilidad, improvisación y versatilidad. Su retiro justo antes del inicio de la pretemporada no solo deja un vacío en New Orleans, sino marca simbólicamente la despedida de un estilo que cada vez tiene menos cabida en la liga.

Un adiós digno y honesto

En una era marcada por jugadores que se aferran al fútbol americano hasta el último aliento (Tom Brady, Ben Roethlisberger), Carr optó por la dignidad. No quiso ver su juego deteriorarse ni comprometer su salud a largo plazo. Consciente de que la cima estaba en su pasado y no en su futuro, dio un paso al costado.

“Hemos sido bendecidos por más de 11 años, y estamos para siempre agradecidos y humildes por esta experiencia”, concluyó Derek Carr en su carta de retiro. Tal vez no logró levantar el trofeo Vince Lombardi, pero se retiró con la frente en alto y el respeto de gran parte de la comunidad deportiva.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press