El gran reto de Ancelotti con Brasil: reconstrucción total hacia el Mundial 2026

El técnico italiano llega al banquillo de la ‘Canarinha’ con una misión titánica: arreglar la defensa, dar forma a un mediocampo sin líder y reducir la dependencia de Neymar. ¿Podrá lograrlo en solo un año?

La era Ancelotti comienza con urgencias

En una jugada tan arriesgada como ambiciosa, la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) anunció que Carlo Ancelotti asumirá el mando de la selección brasileña a partir del 26 de mayo de 2025. El técnico italiano deja el Real Madrid un año antes de finalizar su contrato y encara un desafío lleno de dificultades: devolverle la competitividad a un pentacampeón mundial sumido en la confusión.

Ednaldo Rodrigues, presidente cuestionado de la CBF, lo presentó como "el mejor entrenador de la historia", pero la situación actual de la ‘Seleção’ dista mucho del prestigio de su nuevo entrenador. Brasil está cuarto en las Eliminatorias Sudamericanas al Mundial 2026, con actuaciones irregulares y una dolorosa derrota 4-1 ante Argentina que selló la salida de Dorival Júnior. Antes lo habían intentado -y fallado- Ramon Menezes y Fernando Diniz.

Ancelotti y Brasil: ¿una alianza ganadora?

“Ancelotti no es un simple entrenador, es un estratega que convierte equipos en leyendas”, dijo Rodrigues. El reto ahora es convertir a un Brasil sin brújula en una máquina competitiva en solo una docena de partidos antes del Mundial. Ancelotti triunfó en clubes con estrellas consagradas, pero en Brasil enfrentará incógnitas tácticas y una renovación inacabada.

La crisis creativa del mediocampo

Uno de los problemas más visibles está en el corazón del equipo. No hay un organizador claro en Brasil. Con Lucas Paquetá en medio de una investigación por posible amaño de tarjetas en la Premier League, otros como Rodrygo, Andreas Pereira o Gerson no han logrado ofrecer repertorio ni continuidad.

Esto ha afectado directamente a los delanteros más explosivos que tiene Brasil en años: Vinicius Jr, Raphinha, Matheus Cunha y Endrick sufren por la falta de balones filtrados y estructura ofensiva. Ancelotti deberá encontrar una fórmula que incluya talento, equilibrio y verticalidad.

La encrucijada en la contención

El mediocampo defensivo también da dolores de cabeza. Casemiro (33 años) sigue siendo una opción para muchos, sobre todo por su pasado con Ancelotti en Madrid, pero ya no es el pulmón de antaño.

Bruno Guimarães y Joelinton, ambos del Newcastle, han tenido oportunidades, pero no han convencido. Hay otros nombres que podrían probarse —como André (Fluminense) o João Gomes (Wolves)— pero el seleccionador deberá improvisar y acertar a contrarreloj.

Un muro roto: la debacle defensiva

Esta selección brasileña tiene un problema estructural en defensa. Desde la salida de Tite en 2022, la 'Canarinha' ha encajado 31 goles en 25 partidos, uno más que en los 81 partidos que dirigió Tite.

El dúo Marquinhos - Gabriel Magalhães ha sido irregular, y Eder Militão sigue en recuperación. El lateral, tanto derecho como izquierdo, sigue siendo un problema con pocos candidatos de calidad.

Una posible salida será retomar el sistema de tres centrales y carrileros, como hizo Scolari en 2002. No obstante, para eso, primero se necesita encontrar tres defensores fiables, algo que desde 2022 ha sido una tarea esquiva.

La incógnita del arco

Ni siquiera la portería ofrece certezas. Alisson ha sido titular en los últimos dos mundiales, pero ha perdido continuidad. Ederson se adueñó del puesto en su ausencia… hasta que se lesionó. La titularidad ha oscilado tanto que Bento, arquero del Athletico Paranaense, fue el elegido contra Argentina.

Para un equipo que depende de una sólida base atrás como era costumbre en Brasil, la inestabilidad en el arco puede convertirse en una debilidad fatal.

La sombra de Neymar

Ningún análisis de la situación de Brasil puede ignorar a Neymar. Con 33 años, múltiples operaciones y actualmente en rehabilitación tras romperse el ligamento cruzado anterior en Santos, su carrera internacional pende de un hilo.

Ancelotti ya inició conversaciones con él y con Casemiro, otra de las vacas sagradas. Si decide convocarlos, necesitará un plan claro para jugar con y sin ellos. Neymar es aún el jugador con mayor desequilibrio, pero su presencia no garantiza ni liderazgo ni condición física estable.

La presión del tiempo y las eliminatorias

Carlo tendrá menos de 15 partidos antes del Mundial y ya con prácticamente media eliminatoria jugada. Brasil está aún en puestos de clasificación directa (los 6 primeros de Conmebol y un séptimo que irá a repechaje), pero su margen de error actual es mínimo.

Fracasar en clasificar directamente sería un cataclismo en la historia del gigante sudamericano, que ha asistido a todas las Copas del Mundo desde 1930.

Un entorno institucional inestable

Tampoco ayuda el contexto de la Confederación Brasileña de Fútbol, marcada por problemas legales e investigaciones contra su presidente. Esto ha creado inestabilidad y críticas constantes desde sectores del fútbol brasileño.

El legendario comentarista Galvão Bueno sugería que Ancelotti requerirá ayuda local para lidiar con este entorno hostil: "Tiene amigos como Cafú, Kaká y Paulo Roberto Falcão, que podrían asistirle en el banco".

Lecciones de la historia: Scolari en 2001

Un dato interesante es que de las cinco Copas del Mundo de Brasil, solo una fue ganada como favorito: en 1962. En 2001, un año antes de levantar el título en Corea-Japón, Scolari estaba en el ojo de la tormenta tras perder en Copa América… ¡contra Honduras!

Los medios brasileños eran lapidarios con su estrategia 3-5-2 y cuestionaban a una dupla lesionada: Ronaldo y Rivaldo. El resto es historia.

Quizás Ancelotti deba tomar nota: las críticas importan poco si el plan termina funcionando. Pero el margen es finísimo y hoy el brasileño promedio tiene más dudas que optimismo.

¿Una reconstrucción posible?

Brasil no es solo una camiseta legendaria. Es un país que vive el fútbol con pasión irrefrenable y exigencia absoluta. Si Ancelotti logra reconstruir esta selección, sería su obra maestra. De no lograrlo, habría que sumar un nuevo capítulo gris a la historia reciente de la ‘Canarinha’ post 2014.

Tiempo, talento y, sobre todo, dirección: esas son las piezas que deben encajar de aquí a junio de 2026.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press