Trey Hendrickson y los Bengals: una ruptura por falta de comunicación
El estelar defensivo lideró la NFL en capturas en 2023, pero su futuro en Cincinnati está en duda tras una prolongada disputa contractual
La NFL no solo se trata de touchdowns y estadísticas. También es un juego de poder, estrategia y, en muchas ocasiones, de silencios que hablan más que mil palabras. Esto es exactamente lo que está ocurriendo con Trey Hendrickson, uno de los cazamariscales más letales de los últimos años, y los Cincinnati Bengals, una franquicia que parece estar apostando su presente y futuro defensivo con los dados cargados.
Una estrella en ascenso... y en conflicto
En la temporada 2023, Hendrickson tuvo una actuación prodigiosa: 17.5 capturas de mariscal, lo que lo convirtió en el líder de la liga. Esto no fue una casualidad. Desde su llegada a Cincinnati en 2021, el exjugador de los New Orleans Saints suma 57 capturas en cuatro temporadas, lo que lo ubica como el tercer mejor en toda la NFL durante ese lapso.
Sin embargo, esa producción estelar no ha sido suficiente para garantizarle la estabilidad o el respeto económico que espera. A través de un comunicado reciente dirigido a ESPN, Hendrickson afirmó con frustración:
“Las ofertas antes del draft no reflejaban la visión que compartimos y me prometieron la pasada temporada baja si continuaba jugando a un alto nivel. Los entrenadores son conscientes de estas conversaciones. En lugar de colaborar para llevarme de vuelta al equipo, ya no hay comunicación.”
Un patrón repetido: segunda solicitud de intercambio
Esta no es la primera vez que Hendrickson expresa su deseo de salir del equipo. Ya en el 2023, solicitó un traspaso, pero los Bengals se negaron a concederlo. En marzo de 2024, el equipo finalmente le dio permiso para buscar un intercambio por su cuenta. Desde entonces, no se ha avanzado en ningún tipo de acuerdo. Peor aún: según el propio jugador, los canales de comunicación con la directiva están totalmente cerrados.
Los números respaldan su frustración
Los Bengals han tomado decisiones financieras importantes en los últimos meses, pero ninguna ha sido favorable para su mejor defensor. En marzo, firmaron a Ja'Marr Chase con una extensión de contrato de $161 millones, convirtiéndolo en el jugador no quarterback mejor pagado de la NFL. Igualmente, Tee Higgins recibió un contrato de $115 millones, colocándolo entre los receptores mejor pagados del torneo.
Esto ha sido interpretado por muchos, entre ellos el propio Hendrickson, como una señal clara de que el equipo tiene otras prioridades.
Un golpe a la defensa: ¿por qué arriesgar tanto?
Los Bengals finalizaron la temporada pasada con un récord de 9-8, sin clasificar a los playoffs por segundo año consecutivo. Su defensa finalizó en el puesto 25 de la liga en yardas permitidas, demostrando un claro retroceso que desembocó en cambios importantes en el staff técnico. Uno de ellos fue la salida del coordinador defensivo Lou Anarumo y la contratación de Al Golden.
En ese contexto, la actitud de la directiva ante la situación de Hendrickson resulta contraproducente. No solo están perdiendo a un líder de la unidad, sino que están enviando un mensaje preocupante sobre cómo se manejan las relaciones con los jugadores clave.
La llegada de Shemar Stewart: ¿reemplazo prematuro?
En el draft de 2024, los Bengals usaron su selección número 17 para elegir al ala defensiva Shemar Stewart de Texas A&M. Aunque el joven jugador es fuerte frente a la carrera y lideró a su universidad con 39 presiones al mariscal, solo consiguió 1.5 capturas en toda la temporada.
Es decir, a pesar de su potencial, no está ni cerca del nivel actual de Hendrickson en cuanto a generar impacto inmediato en el pass rush. Esto sugiere que Cincinnati está pensando a futuro, posiblemente sin su mejor defensor actual.
Silencios que gritan: ¿decisión empresarial o personal?
No es raro que las franquicias adopten posturas duras en negociaciones contractuales. La NFL, después de todo, es un negocio. Pero cuando los mensajes oficiales desaparecen y el jugador se ve obligado a dirigirse públicamente a través de canales externos, algo no anda bien.
La vicepresidenta ejecutiva del equipo, Katie Blackburn, dijo en marzo:
“Sigue siendo un Bengal. Es algo que continuaremos trabajando.”
Pero esas palabras se han desvanecido en el tiempo sin acompañarse de acciones ni diálogos reales, lo que alimenta aún más la indignación del jugador y su entorno.
¿Cuál es el siguiente paso?
Todo indica que, al menos por ahora, Hendrickson seguirá en un limbo contractual. La falta de comunicación activa podría interpretarse como una estrategia de desgaste: esperar a que el jugador ceda o que su valor en el mercado disminuya.
Sin embargo, ese es un juego peligroso para los Bengals. En una división tan competitiva como la AFC Norte, donde conviven los Ravens, Browns y Steelers, prescindir de una pieza como Hendrickson podría pagarle un alto costo competitivo.
Reacciones en la liga
La situación ha generado opiniones divididas en el universo NFL. Mientras algunos analistas apuntan a la necesidad de manejar el tope salarial con prudencia, otros insisten en que no se puede dejar ir a un jugador del calibre All-Pro sin al menos intentar salvar la relación.
Según el exjugador y actual comentarista Marcus Spears, de ESPN:
“Cuando tienes un defensivo como Hendrickson —productivo, líder, All-Pro— y lo dejas de lado sin siquiera conversar, estás arriesgando más que dinero: estás arriesgando cultura e identidad defensiva.”
¿Un caso aislado o un patrón recurrente?
La NFL está repleta de historias dolorosas donde las estrellas se convierten en prescindibles una vez que llega el momento de renegociar. Sin embargo, casos como el de Hendrickson levantan preguntas más profundas sobre cómo se valoran realmente las contribuciones deportivas frente a las políticas empresariales.
¿Debe un jugador seguir dando lo mejor sin tener garantías contractuales claras? ¿Puede una franquicia esperar compromiso absoluto mientras responde con silencio?
Hendrickson, jugador y símbolo
Trey Hendrickson no solo es un atleta de élite. También es un símbolo de lo que significa ser constante, productivo y profesional. Su liderazgo en el campo y fuera de él ha sido crucial para la identidad de los Bengals desde 2021. Ignorarlo no solo debilita la línea defensiva, sino también el mensaje que se le envía al vestuario.
Por ahora, el reloj sigue corriendo. Y en la NFL, como en la vida, el silencio también tiene consecuencias.