Trump y Medio Oriente: ¿Giro estratégico o espectáculo político?

El segundo mandato de Trump comienza con una intensa gira diplomática en una región en crisis. ¿Podrá lograr avances reales o es solo una jugada de imagen?

Trump en Medio Oriente: Una gira cargada de objetivos

Donald Trump ha iniciado su primera gira diplomática prolongada de su segundo mandato con visitas a Arabia Saudita, Catar y Emiratos Árabes Unidos. Originalmente pensada como una oportunidad para atraer inversiones extranjeras hacia Estados Unidos, la visita ha adquirido un tono más dramático ante la multiplicidad de crisis geopolíticas que enfrenta la región.

Este mundo es más seguro hoy que la semana pasada”, declaró Trump con la seguridad que lo caracteriza, mientras abordaba el Air Force One. Sin embargo, entre bambalinas, los líderes de estos países del Golfo tienen prioridades distintas: buscan señales claras de cómo el presidente estadounidense enfrentará temas candentes como la guerra en Gaza, el programa nuclear de Irán, y la tensión entre India y Pakistán.

Gaza: ¿optimismo o ilusión?

Trump se mostró especialmente satisfecho por la liberación de Edan Alexander, el último rehén estadounidense en Gaza, llamándolo un gesto de buena voluntad por parte de Hamas. “Ojalá sea el primer paso necesario para acabar con este conflicto brutal”, escribió en su red social.

No obstante, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu enfrió el entusiasmo, dejando claro que su país no ha prometido “ningún tipo de alto el fuego” ni liberación de prisioneros. Israel continua preparándose para intensificar la ofensiva militar.

La presión estadounidense para revivir las negociaciones está respaldada por la mediación de Egipto y Catar. Sin embargo, el terreno es inestable y la historia reciente de negociaciones fallidas no ofrece muchas garantías.

Ucrania y Rusia: ¿Podrá Trump ser el mediador inesperado?

Dentro de sus ambiciones, Trump intenta forzar un encuentro entre Vladimir Putin y Volodymyr Zelenskyy en Estambul. Aunque asegura que el diálogo es inminente, los líderes europeos se mantienen escépticos.

“Si no hay alto el fuego, no puede haber negociaciones bajo fuego”, afirmó Kaja Kallas, vicepresidenta de la Comisión Europea.

Como muestra de su implicación personal, Trump barajó modificar su agenda para aterrizar en Turquía y participar directamente si eso “ayuda a avanzar los diálogos”.

¿Un nuevo enfoque sobre Siria?

Quizás una de las declaraciones más sorprendentes de Trump fue su disposición a levantar las sanciones contra Siria, un país que actualmente experimenta una profunda situación de reorganización política tras la caída del régimen de Bashar al-Ásad el año pasado.

El nuevo líder sirio, Ahmed Al-Sharaa, proveniente del grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), aún no ha sido reconocido oficialmente por Estados Unidos. Sin embargo, líderes del Golfo estarían empujando a Trump para adoptar una postura más pragmática en favor de la estabilidad regional.

Podríamos darles un nuevo comienzo”, dijo Trump, emocionando a sus aliados árabes, y provocando incomodidad en sectores del Pentágono.

Irán: ¿negociación o ego geopolítico?

Uno de los puntos más delicados del viaje es la posición respecto al programa nuclear de Irán. Mientras que el Secretario de Estado Marco Rubio ha insistido en que Irán debe importar uranio enriquecido únicamente para fines civiles, Trump ha sido más ambiguo.

No puedes tener un arma nuclear”, repitió Trump con convicción, aunque dejó abiertas todas las posibilidades de diálogo.

La realidad es que todavía están lejos de alcanzar un acuerdo duradero. El enviado especial Steve Witkoff ha tenido ya cuatro rondas de conversaciones con autoridades iraníes en Omán, sin resultados concretos.

India y Pakistán: diplomacia comercial como herramienta de paz

Trump también se atribuyó el mérito de haber evitado una escalada bélica entre India y Pakistán durante recientes enfrentamientos en Cachemira, la zona más militarizada del planeta.

Lo que hice fue simple: si detienen el conflicto, haremos comercio; si no lo hacen, no habrá trato”, afirmó Trump. Aunque la violencia se ha reducido, las tensiones persisten y ambos países siguen preparados para responder militarmente si se desata una nueva chispa.

La técnica de ‘palo y zanahoria’ vía acuerdos comerciales parece haber surtido efecto momentáneamente, aunque sin resolver las causas profundas del conflicto.

El caso sirio como termómetro geoestratégico

Si Trump efectivamente levanta las sanciones a Siria como gesto hacia los líderes del Golfo, podría desencadenar un realineamiento regional. Estos países han respaldado abiertamente al nuevo régimen, que ha prometido combatir a extremistas y restaurar la economía local.

Washington se enfrenta así a un dilema: mantener la presión económica para castigar a actores islamistas, o abrir canales diplomáticos para estabilizar una región asolada por guerras de más de una década.

Conclusión intermedia: ¿Audaz estratega o showman internacional?

Trump inicia su segundo mandato buscando posicionarse como un actor indispensable en la política global. Su estilo directo y su predisposición a improvisar lo hacen distinto a otros líderes estadounidenses. Lo que está por verse es si ese enfoque traerá resultados palpables o si simplemente fortalecerá su imagen entre sus simpatizantes sin cambiar demasiado la situación geopolítica.

La región espera respuestas concretas: paz en Gaza, límites claros al programa iraní, la reevaluación del nuevo gobierno sirio y un deshielo entre India y Pakistán. La gira, por tanto, podría marcar el tono de la política internacional para los próximos cuatro años.

Como escribió Henry Kissinger, “La diplomacia efectiva es aquella que logra que el adversario haga lo que tú deseas, pensando que fue su propia decisión”. En Medio Oriente, Trump tendrá que demostrar si es capaz de esa sutileza.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press