Kanlaon en erupción: el rugido del volcán más imponente del centro de Filipinas
Una mirada profunda al volcán Kanlaon, su historia de erupciones y el riesgo constante que representa para miles de filipinos
El despertar de un gigante
El volcán Kanlaon, uno de los más activos y temidos de Filipinas, volvió a hacer sentir su furia el pasado martes con una erupción explosiva moderada que lanzó una columna de ceniza de 4.5 kilómetros sobre la isla de Negros, dejando una estela de preocupación entre la población local y elevando de nuevo la alerta sobre su actividad sísmica.
Según el Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología (PHIVOLCS), la erupción se originó en el cráter de la cima del volcán en las primeras horas de la mañana y duró al menos cinco minutos, generando un penacho grisáceo que afectó a varias aldeas al suroeste del macizo. Aunque no se reportaron heridos ni daños materiales severos, la población fue advertida de no acercarse a la zona de peligro de seis kilómetros alrededor del cráter.
El volcán Kanlaon: geografía y datos clave
Con una altura de 2,435 metros sobre el nivel del mar, el Kanlaon es el punto más alto de la región central de las Visayas filipinas. Situado entre las provincias de Negros Occidental e Negros Oriental, es uno de los 24 volcanes activos del país.
Forma parte del llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, una zona tectónicamente activa que se extiende desde América del Sur hasta Nueva Zelanda, pasando por el sudeste asiático, Japón y Alaska. Esta región concentra el 75% de los volcanes activos del mundo y es responsable del 90% de los sismos globales.
Una historia de violencia repentina
El volcán Kanlaon ha protagonizado, a lo largo de su historia, varios episodios eruptivos de carácter explosivo, que han dejado víctimas mortales y desplazamientos masivos:
- 1996: Una erupción repentina mató a tres excursionistas que ascendían al cráter sin guía profesional. Varios más fueron rescatados tras quedar atrapados por la lluvia de cenizas.
- Diciembre de 2023: Más de 2,000 personas fueron evacuadas de las aldeas cercanas tras una erupción que elevó la alerta volcánica al nivel 3.
- Abril de 2024: Otra breve erupción recordó al país el comportamiento impredecible del volcán, aunque no generó evacuaciones masivas.
El tipo de actividad que presenta el Kanlaon se clasifica como frecuente pero moderada, lo cual puede ser doblemente peligroso pues la población tiende a la complacencia y a subestimar el riesgo tras largos periodos sin eventos catastróficos.
El nivel de alerta y su significado
Actualmente, el PHIVOLCS mantiene en nivel 3 la alerta volcánica sobre el Kanlaon. Esto indica que el volcán se encuentra en estado de disturbio magmático y existe una mayor probabilidad de erupciones explosivas de corta duración.
La escala de alerta usa cinco niveles:
- Nivel 0: Estado normal
- Nivel 1: Actividad sísmica leve
- Nivel 2: Aumento de actividad sísmica y fumarólica
- Nivel 3: Disturbio magmático sostenido
- Nivel 4: Amenaza inminente de erupción mayor
- Nivel 5: Erupción en curso a gran escala
Aunque no ha alcanzado los niveles más críticos, el nivel 3 requiere preparación constante, prohibición de entrada en la zona de peligro y monitoreo constante de gases volcánicos, deformación del terreno y actividad sísmica.
Impacto en la población local
Las cenizas emitidas por el Kanlaon esta semana cubrieron al menos nueve aldeas al suroeste del volcán. Esta ceniza puede perjudicar cultivos, contaminar fuentes de agua y causar problemas respiratorios en personas vulnerables —niños, embarazadas y ancianos.
En Filipinas, la población que habita en proximidades de volcanes activos alcanzó casi 2 millones de personas en el último censo, y se estima que más de 60,000 personas viven en las cercanías directas del Kanlaon. Estas personas están sujetas no solo a los impactos directos de las erupciones, sino también a desastres secundarios como lahares (flujos de lodo volcánico), deslaves y escasez de alimentos.
¿Por qué sigue creciendo la población alrededor de volcanes?
La fertilidad del suelo volcánico, particularmente propicia para la agricultura, ha sido históricamente una de las razones por las que cientos de comunidades se establecen en estos entornos de riesgo. Como comenta el geólogo filipino Renato Solidum:
“Las tierras volcánicas son particularmente productivas, por ello, muchas comunidades se rehúsan a mudarse incluso cuando conocen los riesgos”.
Esto se refuerza por la falta de opciones de vivienda y empleo en otras zonas del país, lo cual lleva a una situación de riesgo crónico y falta de movilidad social.
El desafío de los desastres naturales en Filipinas
Filipinas es uno de los países más expuestos a desastres naturales del mundo. En promedio, el país recibe 20 tifones al año y alberga múltiples volcanes activos. A este cóctel se suman terremotos frecuentes debido a la actividad tectónica en la región.
Un informe del World Risk Index 2022 ubicó a Filipinas como el país con mayor riesgo de desastres a nivel mundial, por encima de Indonesia y Bangladesh. Esto se debe a la combinación de alta exposición, vulnerabilidad estructural y limitada capacidad de respuesta estatal.
Lecciones aprendidas (y olvidadas)
Después de eventos como el del Kanlaon, las autoridades suelen reforzar sus mensajes a la ciudadanía y activar planes de evacuación y educación pública. Sin embargo, diversos expertos han criticado que una vez pasa la emergencia mediática, la inversión en prevención disminuye significativamente.
En palabras de la ONG Save the Children Philippines:
“La preparación debe ser constante. La naturaleza no avisa ni da segundas oportunidades. Cada erupción implica una oportunidad de hacer mejor las cosas, no de esperar a la próxima tragedia.”
¿Estamos mejor preparados hoy?
La tecnología ha mejorado las capacidades de monitoreo sísmico y volcánico en el país. Estaciones sísmicas más precisas, sensores remotos y análisis geoespaciales están siendo implementados por PHIVOLCS y universidades locales.
A pesar de estos avances técnicos, si no van acompañados de educación ciudadana, accesibilidad a refugios y planificación urbana adecuada, su impacto sigue siendo limitado.
Un futuro incierto pero vigilado
Por ahora, el volcán Kanlaon permanece bajo estrecha vigilancia. No se descartan nuevas explosiones ni la posibilidad de que la actividad aumente, aunque también podría entrar en una fase de calma temporal.
Entre tanto, las comunidades locales miran hacia la imponente silueta humeante del volcán, esperando que el gigante no vuelva a despertar de forma más violenta. Mientras tanto, Filipinas sigue viviendo la paradoja de obtener vida de la montaña que también los pone en peligro.