Viajes de negocios a EE. UU. en caída libre: la tormenta perfecta entre política, economía e incertidumbre
El sector global de viajes de negocios enfrenta una fuerte desaceleración, con EE. UU. en el epicentro de una crisis de percepción y operatividad
Una industria clave bajo presión
En tiempos donde la recuperación postpandémica apenas comenzaba a equilibrar los números, el sector de viajes de negocios hacia Estados Unidos acaba de sufrir un nuevo golpe. Según los últimos datos preliminares de la National Travel and Tourism Office, los viajes con visa de negocios a EE. UU. cayeron un 9% en abril de este año. Un número que no solo refleja un problema coyuntural, sino que se entrelaza con sombras más profundas: políticas migratorias restrictivas, tensiones geopolíticas, trabas fronterizas y desconfianza empresarial.
Un descenso notable según la región
Curiosamente, solo Medio Oriente mostró un crecimiento del 9.4% en los ingresos de viajeros con fines empresariales. Mientras tanto, Europa Occidental tuvo una caída del 17.7% y los viajes desde México por vía aérea bajaron 11.8%. Las cifras de Canadá también fueron alarmantes: los retornos por avión desde EE. UU. cayeron un 20% y los viajes por carretera un escalofriante 35%, según Statistics Canada.
“Lo que estoy escuchando es: ‘Las cosas iban bien en el primer trimestre’, pero en el segundo es más bien: ‘¿Realmente necesitas hacer ese viaje?’”, comentó Leslie Andrews, directora global de viajes en la firma inmobiliaria JLL. El replanteamiento de qué viajes son esenciales se ha vuelto parte del análisis corporativo en medio de la incertidumbre.
¿Qué está detrás de esta desaceleración?
Son múltiples los factores que explican por qué el turismo de negocios a EE. UU. atraviesa su peor momento en años, pese a haber recuperado cifras de gasto prepandémicas en 2023.
- Relaciones internacionales tensas: La administración Trump reinstaló políticas agresivas de aranceles y endurecimiento fronterizo. Ahora, en un año electoral, persisten medidas que disuaden a empresas y viajeros.
- Fronteras inciertas: Las detenciones de viajeros internacionales, incluidos miembros de la comunidad LGBTQ+ o personas con opiniones políticas visibles en redes sociales, han generado temor sobre la arbitrariedad en las aduanas.
- Recortes presupuestarios: El debilitamiento de intercambios culturales y programas financiados por el Departamento de Estado, que antes nutrían el flujo constante de visitantes académicos y comerciales.
- Tarifas a productos: Los empresarios están desencantados con las tasas impuestas a bienes provenientes de Asia. Las afectaciones comerciales cruzan fronteras e impactan incluso en decisiones de viaje.
El caso Kevin Haggarty: un síntoma del problema
Kevin Haggarty, propietario de una pequeña empresa en Halifax, Canadá, ejemplifica completamente la crisis. Viajaba varias veces al año a ferias comerciales en EE. UU. Ahora las evita. “Mi nerviosismo al cruzar la frontera supera cualquier afecto por el mercado estadounidense”, aseguró. Los proveedores con los que trabajaba en EE. UU. están al borde de la quiebra debido a los aranceles, y sus puntos de venta ya no quieren productos estadounidenses. Sus nuevos mercados meta: España, Francia e Inglaterra.
Una realidad más global de lo que parece
La Global Business Travel Association (GBTA) publicó una encuesta este año que revela que casi un tercio de sus miembros globales espera una reducción en los volúmenes de viaje. Los canadienses fueron los más pesimistas: un abrumador 71% pronosticó un descenso. “La incertidumbre emocional y logística es desequilibrante para un sector que valora la seguridad y la eficiencia”, declaró la directora ejecutiva de la GBTA, Suzanne Neufang.
Impacto económico en cadenas de valor
Ciudades que dependen del turismo corporativo están en alerta. El presidente de Hotel Lobbyists, Brett Sterenson, indicó que ve cómo algunas naciones ya desalientan oficialmente los viajes a EE. UU.. Programas de intercambio académico y técnico, como los que gestionaba con el Departamento de Estado, enfrentan recortes del 75%. “No solo educaban a líderes de países en desarrollo, sino que reforzaban la buena gobernanza y la diplomacia cultural”, lamentó.
¿Rescate o declive estructural?
Lo que una vez fue la meca del turismo corporativo, parece ahora un terreno imprevisto para ejecutivos que antes pisaban suelo estadounidense habitualmente. Las cifras lo respaldan: más de 1.2 millones de viajeros entraron con visa de negocios solo en el primer trimestre del año, pero la tendencia cambió abruptamente en abril. A la par, los viajes por motivos turísticos aumentaron 13.8% en ese mes, probablemente por el efecto Pascua.
Pero el pronóstico a futuro no es optimista. Según Cirium, las reservas anticipadas para viajar desde Europa a 14 ciudades estadounidenses durante junio, julio y agosto están un 12% por debajo del nivel del año pasado. En paralelo, muchas aerolíneas de Estados Unidos retiraron sus previsiones financieras para el año, debido a la “debilidad en la demanda”.
Un golpe a una industria que apenas comenzaba a recuperarse
El sector global de viajes de negocios, valorado en $1.6 billones de dólares, había vuelto a niveles prepandemia en EE. UU. en 2023. ¿Podría esta caída frustrar ese renacimiento? Más allá de viajes cancelados, hablamos de un daño colateral severo para hoteles, ferias, centros de convenciones locales y hasta para la economía de barrios enteros de Manhattan, Chicago o San Francisco.
“Estamos en una encrucijada”, advierte Suzanne Neufang. “Si EE. UU. no devuelve la previsibilidad y la hospitalidad a sus visitantes de negocios, perderá algo más que ingresos: perderá reputación.”
¿Hay una salida?
Más que una estrategia de marketing, Estados Unidos necesita replantear sus políticas fronterizas, rehacer puentes diplomáticos y revisar normativas de entrada que hoy generan miedo más que respeto. Con el mundo cada vez más interconectado y sensible ante decisiones geopolíticas, la arrogancia puede salir cara.
Como dijo Haggarty desde Halifax: “Es una pena. Traer productos desde EE. UU. era más fácil. Pero hoy nos sentimos acorralados. Ojalá entiendan cuán profundo es el daño que esta administración está causando en sus relaciones exteriores”.