Ohtani desata su poder en una noche histórica con los Dodgers: jonrones, récords y un inesperado strikeout

Shohei Ohtani brilló con dos cuadrangulares y seis carreras impulsadas, pero un bateador convertido en lanzador le dio la chispa humorística en una noche de puro espectáculo beisbolero

Una noche de bobblehead, una noche para el recuerdo

La imagen de Shohei Ohtani en los cartones coleccionables de bobblehead ya es habitual, pero esta vez, el homenaje vino acompañado de una actuación digna de leyenda. El 15 de mayo de 2025, los Los Angeles Dodgers vapulearon a los Oakland Athletics 19-2 en el Dodger Stadium. Fue una de esas noches en las que todo funcionaba, donde la potencia ofensiva californiana se soltó sin frenos, y donde cada jugada parecía estar hecha para algún compilado de YouTube. Pero entre todos los momentos memorables, uno destacó por lo inesperado: Ohtani fue ponchado por un receptor improvisado como lanzador.

El show de Shohei: jonrones y registros

Shohei Ohtani conectó dos cuadrangulares y empujó seis carreras, llevando su total de jonrones a 15 en la temporada, empatando con Aaron Judge y Kyle Schwarber en el liderato de Grandes Ligas. En plena noche dedicada a su figura, Ohtani volvió a cumplir con la narrativa histórica, como ya lo había hecho el pasado 2 de abril, cuando pegó un walk-off. En el tercer inning, reventó una bola entre el jardín izquierdo y central para iniciar la fiesta grande. Luego, en el cuarto episodio, azotó un misil de 418 pies por el centro. Ese fue su vigésimo juego multijonrón en las Grandes Ligas.  Dato destacado: Ohtani ha conectado jonrones en tres de sus cuatro noches de bobblehead desde que llegó a los Dodgers.

Una alineación que no perdona

Pero no todo fue Ohtani. La ofensiva angelina estuvo encendida en todas las líneas. Hyeseong Kim se embasó cinco veces y anotó tres carreras. Andy Pages conectó un cuadrangular de tres carreras de 416 pies en el tercer inning. Max Muncy inauguró el marcador con un batazo de dos carreras en la primera entrada. Cada titular de los Dodgers conectó al menos un hit. Fue una masacre ofensiva: 28 carreras en dos juegos tras perder el primero de la serie 11-1. Mientras tanto, su récord en casa alcanzaba 17-4, el mejor de todas las Grandes Ligas.

El momento insólito: strikeout de un receptor a Ohtani

Todo parecía un guion diseñado por Hollywood. Pero el clímax cómico e irónico vino en el octavo inning, cuando Ohtani se encontró ante... Jhonny Pereda, el receptor suplente de los Athletics.
Debido a la paliza, Oakland decidió usar a Pereda como relevista de emergencia, quizás buscando dos cosas: no desgastar al bullpen y cerrar el juego dignamente. Pereda estaba lanzando a velocidades entre 62 y 68 mph, pero cuando Shohei entró al plato, soltó un inesperado rectazo de 89 mph. Resultado: strikeout para una de las superestrellas del béisbol mundial. La escena quedó sellada como una de las más memorables y simpáticas del partido. Dave Roberts, mánager de los Dodgers, bromeó: “Se ponchó contra un jugador de posición, ¿qué tal eso?”. Max Muncy también se rió del momento: “Es como si Rojas dijera, 'Déjame mostrarte cómo se hace’... y conectó un sencillo con el bate de Ohtani”. Pereda se llevó la pelota del ponche como recuerdo.

El contexto: Dodgers dominan y los números brillan

La noche fue importante no solo por el espectáculo, sino también por el trasfondo estadístico:
  • 19 carreras es la mayor cifra anotada por los Dodgers contra un equipo de la Liga Americana en su historia.
  • Ohtani ha bateado nueve jonrones en sus últimos quince juegos.
  • Es el líder en carreras anotadas de MLB con 48.
  • Los Dodgers han ganado seis series consecutivas y tienen una diferencia abrumadora de +23 carreras en los últimos dos juegos.
Su siguiente compromiso será contra los Angels, y ya con la inercia ganadora, se perfilan como uno de los equipos más sólidos en ambas ligas.

Cuando el béisbol se vuelve arte popular

Lo que sucedió esa noche en Los Ángeles va más allá de estadísticas. El béisbol, ese juego que se vive entre pausas, detalles, códigos y momentos impredecibles, celebró una noche de puro espectáculo. Ohtani no solo es un fenómeno atlético; es la narrativa encarnada del béisbol moderno: talento generacional, carisma, impacto visual. Y cuando se combina ese nivel estelar con episodios fortuitos y graciosos como ser ponchado por un bateador improvisado a lanzador, el juego se vuelve leyenda.

Una joya de pitcheo en Texas: deGrom vs. Brown

En otro punto del mapa, otra historia mágica se escribió con tinta de dominio y precisión. En Arlington, Texas, Jacob deGrom y Hunter Brown protagonizaron uno de los duelos de pitcheo más emocionantes del año. DeGrom, ahora con 36 años y renacido tras su cirugía Tommy John, lanzó ocho entradas impecables, permitiendo solo una base por bolas y siete ponches con 69 strikes de 96 lanzamientos. Texas se llevó la victoria 1-0 con jonrón de Jake Burger en el sexto inning. Bochy, mánager de los Rangers, resumió con precisión quirúrgica: “Todo lo que creíamos que sería este juego... lo fue. Sabíamos que cada carrera contaría”. Por su parte, Brown, 10 años menor que deGrom y emergiendo como estrella de los Astros, lanzó su primer juego completo permitiendo solo cuatro hits, sin otorgar bases por bolas y con nueve ponches. Su récord desde el 15 de mayo de 2024: 17-7, 2.18 ERA, 26 aperturas de calidad. Solo Paul Skenes tiene una mejor efectividad en ese lapso.

El legado de deGrom: resiliencia y grandeza

Cuando muchos ya ponían en duda su regreso, deGrom ha respondido con dominio. Su ERA en las últimas seis aperturas es 1.49. ¿El secreto? Como él dijo: “Lo que más extrañas cuando te lesionas es el juego mismo. Ahora quiero estar ahí cada vez que me toque. Me preparo con todo lo que tengo”. El apoyo defensivo también fue crucial: Adolis García se lució con atrapadas espectaculares en el jardín derecho, y Evan Carter hizo lo propio en el central contra Meyers. Con un salario de 185 millones de dólares por 5 años, deGrom parece demostrar que aún está lejos de ser una apuesta fallida. Bochy no lo dudó: “Es uno de los mejores de todos los tiempos”.

Dos estilos, una pasión: ofensiva vs. pitcheo

La jornada del 15 de mayo nos recordó por qué el béisbol es increíblemente hermoso. En un estadio abundaban las carreras, los batazos, los récords rotos; en otro, dos lanzadores ejecutaban una sinfonía de dominio y precisión. Ambas narrativas demuestran que en la MLB actual, hay espacio tanto para el espectáculo apoteósico como para el arte de la contención silenciosa. El béisbol vive un gran momento. Y noches como estas lo hacen eterno.
Este artículo fue redactado con información de Associated Press