Cuando los banquillos arden: el despido de Brandon Hyde y el colapso de los Orioles

Tras dos años de gloria, Baltimore vive un abrupto despertar mientras su manager estrella paga el precio del fracaso

La temporada 2025 de las Grandes Ligas todavía está en su primer tercio, pero ya ha cobrado víctimas importantes. La más reciente: Brandon Hyde, el ahora exmánager de los Baltimore Orioles, quien fue despedido tras un inicio desastroso de campaña que contrasta radicalmente con el prometedor panorama que el equipo vivió hace menos de un año.

De héroe a chivo expiatorio

Brandon Hyde llegó a Baltimore en diciembre de 2018, y su función era clara: liderar una reconstrucción profunda luego de años de mediocridad. Y durante bastante tiempo, se sufrió. Temporadas de 115, 108 y 110 derrotas marcaron una primera etapa dolorosa. Pero el panorama cambió dramáticamente en 2022 y especialmente en 2023, cuando los Orioles ganaron la división Este de la Liga Americana con 101 victorias, su mejor récord desde 1979.

En 2023, Hyde fue galardonado como Manager del Año por la Asociación de Cronistas de Béisbol de América, coronando una historia inspiradora que parecía marcar el inicio de una era de éxito sostenido. Sin embargo, la eliminación temprana en playoffs se convirtió en el primer aviso de lo que estaba por venir: una caída dolorosa.

El colapso de 2025: ¿lista de lesiones o errores de planificación?

Después de un año histórico, el mercado invernal no fue amable con Baltimore. El as de la rotación, Corbin Burnes, se marchó en la agencia libre, y sus sustitutos en la rotación, entre ellos Charlie Morton y Kyle Gibson, no han logrado rendir. Solo Tomoyuki Sugano ha mostrado algo de consistencia en el montículo.

El equipo presenta una efectividad colectiva (ERA) de 5.31, la peor de toda la Liga Americana, una estadística que habla por sí sola. Las lesiones también han tenido un papel protagónico: Grayson Rodriguez y Andrew Kittredge no han lanzado ni una entrada este año, mientras que Zach Eflin ha estado parcialmente disponible.

Por si fuera poco, una ofensiva que parecía su punto fuerte ha sido completamente ineficaz. Jugadores clave como Adley Rutschman (.214), Ryan Mountcastle (.233) y Cedric Mullins (.226) han tenido desempeños por debajo de lo esperado.

El drama estadístico: bateo con corredores en posición de anotar

Uno de los puntos críticos ha sido el bateo con corredores en posición de anotar. Los Orioles tienen un promedio de .192 en esa situación, el peor en las Mayores. El partido del viernes ante los Nacionales de Washington es ilustrativo: perdieron 4-3 después de dejar 15 corredores en base y permitir la carrera de la derrota en un infield hit en la novena entrada.

Estas derrotas no solo desgastan la moral del equipo, también dejan a los directivos sin otra opción que buscar cambios drásticos. Así fue como el gerente general Mike Elias decidió soltar la bomba: despedir a Hyde tras un comienzo de 15-28.

Declaraciones que revelan el estado anímico del equipo

Las reacciones no se hicieron esperar. El propio Elias asumió parte de la culpa en un comunicado: “Como cabeza de operaciones de béisbol, el mal comienzo de temporada es mi responsabilidad. Parte de esa responsabilidad es buscar cambios difíciles para encauzar un rumbo diferente para el futuro.”

Por su parte, jugadores como Ramón Laureano también mostraron su consternación: “Es lamentable, porque Brandon es un gran tipo. Somos los jugadores los que tenemos los bates y los guantes.”

Cade Povich, uno de los abridores, fue claro respecto a la sorpresa del movimiento: “Bastante sorprendido, realmente. No es algo que esperas al llegar por la mañana.”

El mexicano Ramón Urías sintetizó el sentimiento de muchos: “Siento que lo decepcionamos.”

Nuevo timonel: Tony Mansolino, el hombre del banquillo

La dirigencia de los Orioles nombró a Tony Mansolino, coach de tercera base desde 2021, como manager interino. Mansolino trabajó en las ligas menores con la organización de Cleveland entre 2011 y 2020 antes de unirse a Baltimore.

Es un hombre con experiencia en desarrollo pero sin experiencia gerencial en Grandes Ligas. ¿Será el elegido a largo plazo o simplemente una solución temporal mientras se organiza un relevo de mayor calibre?

Por ahora, tiene la difícil tarea de cambiar la dinámica en un equipo que, pese al talento joven, luce completamente desorganizado.

La sombra de otras destituciones: una racha peligrosa

Hyde no ha sido el único manager en perder su empleo en este mes. Derek Shelton de los Piratas de Pittsburgh y Bud Black de los Rockies de Colorado también vieron sus ciclos llegar a su fin.

Esto confirma lo que dijo el mánager de los Nacionales, Dave Martínez, quien trabajó con Hyde en los Cubs: “Todos sabemos a qué nos inscribimos cuando tomamos este trabajo. Es un trabajo duro.”

En una industria donde ganar es el único lenguaje, y donde las expectativas se multiplican al mismo ritmo que las derrotas, no hay espacio para reconstrucciones eternas ni promesas incumplidas.

La presión sobre Elias y la ventana de las promesas

Si bien Hyde pagó los platos rotos, las críticas ya empiezan a rodear a Mike Elias y el resto de la oficina principal. Después de una reconstrucción considerada “modelo” por muchos, la falta de profundidad en la rotación y las apuestas fallidas en el bullpen podrían deshacer en meses lo que tomó años construir.

La situación es especialmente frustrante porque el talento todavía está ahí:

  • Gunnar Henderson sigue siendo una figura de futuro brillante.
  • Adley Rutschman tiene todo para ser el mejor receptor de su generación.
  • El sistema de granjas sigue contando con prospectos como Heston Kjerstad y Coby Mayo, quienes aún no despegan pero tienen enorme potencial.

Pero en el béisbol moderno, ninguna promesa vale si no se traduce en victorias tangibles.

¿Y ahora qué? Lo que sigue para los Orioles

El despido de Brandon Hyde es una señal clara: los Orioles han dejado de pensar a largo plazo. Invertir tantos años en reconstruir para luego colapsar en pleno ascenso es inaceptable para la organización.

Además, con dueños como David Rubenstein ahora al frente de decisiones —quien declaró: “A veces se vuelve necesario un cambio, y creemos que este es uno de esos momentos”—, queda claro que no habrá tiempo ilimitado para que las cosas funcionen.

Una eventual racha en junio o julio podría catapultar nuevamente al equipo hacia la contienda, especialmente si regresan clave piezas lesionadas. Pero el margen de error es mínimo y el reloj, implacable.

¿Será esta etapa una anécdota más en la montaña rusa de altibajos que es Baltimore? ¿O estamos viendo los primeros signos de otro ciclo olvidable en Camden Yards?

Como el viejo dicho del béisbol dice: “Los managers son contratados para ser despedidos.” Pero el impacto se mide no solo por cuántos juegos ganaron, sino también por cuántas esperanzas sembraron.

Y en eso, Hyde lo hizo mejor que muchos. Solo el destino (y probablemente el calendario) dirá si lo hace algún día otro en su lugar.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press