Una red en peligro: el sistema de monitoreo oceánico que podría apagarse bajo el presupuesto de Trump

Cortes propuestos a la financiación federal pondrían en jaque al IOOS, un sistema vital para la seguridad marítima, predicción del clima y desastres naturales en Estados Unidos

Por décadas, el océano ha sido una fuente de riqueza, peligro y misterio. Pero en tiempos modernos, la tecnología ha dado paso a una nueva dimensión de comprensión marina a través de sistemas de monitoreo sofisticados. Uno de ellos, el Integrated Ocean Observing System (IOOS), podría enfrentar la peor amenaza desde su creación: su completo desmantelamiento financiero.

¿Qué es el IOOS y por qué es tan crucial?

Desde su lanzamiento hace unos 20 años, el IOOS ha sido la columna vertebral del monitoreo oceánico en tiempo real en Estados Unidos. Operando mediante 11 asociaciones regionales repartidas desde Alaska hasta Carolina del Sur, el Golfo de México y las Islas Vírgenes, esta red se ha convertido en la fuente principal para datos marítimos esenciales. Utiliza boyas, drones submarinos, radares y sensores para capturar información en tiempo real sobre:

  • Temperatura del agua
  • Velocidad y dirección del viento
  • Presión atmosférica
  • Corrientes y oleaje
  • Fenómenos como floraciones de algas tóxicas

La información es usada no solo por científicos, sino también por la Guardia Costera, el Servicio Meteorológico Nacional, la Marina de EE.UU., pescadores comerciales y pilotos de embarcaciones como Ed Enos en Hawái, quien depende del sistema para navegar en condiciones peligrosas.

Una red con impacto civil y militar

No se trata solo de ciencia. Como apunta el oceanógrafo Jack Barth de Oregon State University: "Es como tener los faros apagados durante una tormenta". Estos sistemas ayudan a predicciones de huracanes, diseñan rutas de evacuación ante tsunamis y hoy hasta permiten monitorear tiburones tigre en Hawái que han sido marcados para estudios ecológicos.

El IOOS también ha sido clave para que pescadores eviten zonas con floraciones tóxicas —que pueden matar peces y cerrar playas enteras— y aprovechen mejor áreas donde hay mayor probabilidad de hallazgos. Es, en pocas palabras, una herramienta tanto ecológica como económica.

¿Qué está ocurriendo con el presupuesto?

La administración de Donald Trump ha propuesto eliminar completamente la financiación federal del IOOS para 2026. En un memorando filtrado, se plantea recortar 2,500 millones de dólares al Departamento de Comercio, entidad que alberga a la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica), agencia que financia el sistema.

Actualmente, el gobierno federal destina 43.5 millones de dólares anuales al IOOS. Algunos legisladores han sugerido incluso aumentarlo a 56 millones anuales, lo que destaca la incongruencia dentro de la esfera política. El memorando provocó sorpresa profunda en los administradores de redes regionales. Melissa Iwamoto, directora de la red de Hawái, declaró que "nadie lo vio venir; somos una entidad confiable y vital para la comunidad".

Impacto para pilotos, pescadores, militares y científicos

Un escenario sin IOOS significaría que los pilotos marítimos dejarían de tener acceso instantáneo a las condiciones del mar. Los militares contarían con menos herramientas durante operativos de búsqueda y rescate, y las comunidades costeras perderían cruciales minutos en la detección de tsunamis.

Jack Barth añadió que "hemos creado una ventana al océano. Si desaparece, será como cerrar los ojos ante los peligros que se acercan". La pérdida de esta infraestructura también significaría que los datos, recolectados por múltiples fuentes, quedarían dispersos, haciendo más difícil su acceso y análisis.

El valor innegable de la inversión pública en ciencia

Lo paradójico es que el mismo memorando que propone el recorte sugiere que el Departamento de Comercio debería enfocarse en recolectar datos climáticos y oceánicos. Sin el IOOS, esta tarea sería casi imposible. Las asociaciones no son agencias federales, pero operan gracias a subvenciones otorgadas por la NOAA.

Desde un punto de vista presupuestario general, 43.5 millones de dólares es una cifra marginal cuando se comparan con el presupuesto total federal (aproximadamente 6 billones de dólares anuales). El rendimiento de esa inversión abarca seguridad costera, ciencia climática, protección ambiental, formación de políticas públicas e incluso turismo marítimo.

La comunidad marítima reacciona: "El peor momento para cortar fondos"

Ed Enos es una de las muchas voces que subrayan cuán fatal sería la eliminación del sistema: "Justo en el momento en que deberíamos estar recibiendo más dinero para expandirnos y proteger al público, quieren apagarlo todo". Enos subraya que cada dólar del sistema está bien utilizado y que el retorno en términos de seguridad e información pública no tiene comparación.

La propuesta también plantea problemas logísticos para quienes administran las redes. Algunos comentan que tratarán de sobrevivir vendiendo acceso a la data o buscando financiamiento externo, pero reconocen que el agujero presupuestario será casi imposible de llenar.

El futuro incierto

La última palabra la tendrá el Congreso, que deberá aprobar o rechazar la propuesta de presupuesto antes del inicio del año fiscal en octubre de 2025. Diversas coaliciones de científicos, partidos ecológicos y activistas climáticos se están movilizando para evitar que la red IOOS desaparezca debido a una decisión política.

Tal como concluye Enos, “es la estrategia equivocada, en el momento equivocado, por las razones equivocadas”.

¿Y ahora qué?

Las reflexiones sobre el valor de los datos en tiempo real sobre el océano no deberían ser tomadas a la ligera. En medio del cambio climático, el aumento en la intensidad de huracanes y la expansión de zonas urbanas costeras, quitar una herramienta como el IOOS es algo más que un simple error presupuestario: es una decisión que podría costar vidas y millones en pérdidas económicas.

La ciudadanía, la comunidad científica e incluso partes del propio aparato gubernamental deberán actuar con rapidez para defender un sistema que durante dos décadas ha servido con precisión, discreción y eficiencia a millones de ciudadanos estadounidenses.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press