Desmoronamiento y reconstrucción: El dilema de los Celtics tras un final anticipado

Boston enfrenta un verano lleno de incógnitas: la lesión de Tatum, la presión salarial y la búsqueda de un nuevo rumbo para seguir compitiendo en la élite

El golpe final: derrota, lesión y preguntas

La eliminación de los Boston Celtics de los playoffs 2025 marcó el final de una temporada profundamente turbulenta para una de las franquicias más laureadas de la NBA. En las primeras 72 horas posteriores, Brad Stevens, presidente de operaciones de baloncesto, no ha dormido bien. Entre decisiones por tomar, emociones cruzadas y el devastador diagnóstico que recibió su estrella Jayson Tatum, el panorama es todo menos sencillo.

Tatum sufrió un desgarro en el tendón de Aquiles, una lesión cuyo tiempo de recuperación ronda, en el mejor de los casos, los 9 a 12 meses, según la Mayo Clinic. Esta lesión, que arruinó campañas para jugadores como Kobe Bryant y DeMarcus Cousins, pone en jaque la competitividad del equipo para la próxima temporada.

Presión financiera y decisiones a futuro

Sumado a la incertidumbre deportiva, los Celtics también enfrentan una bomba de tiempo financiera. Su nómina proyectada para la temporada 2025-26 ronda los 225 millones de dólares, lo que los expone a una factura fiscal de casi 280 millones bajo el nuevo Acuerdo Colectivo de la NBA, que impone restricciones más agresivas para los equipos que superan el tope salarial. ¿El total? Casi 500 millones de dólares.

El panorama se torna aún más complejo ante el cambio de propiedad: en marzo se anunció una venta pendiente por 6.1 mil millones de dólares. La gran pregunta es si los nuevos dueños aceptarán esos niveles de gasto para sostener una aspiración al título sin Tatum disponible.

“El objetivo siempre ha sido competir por un campeonato,” dijo Stevens en su conferencia de prensa. “Decidiremos cuán viable es eso año tras año y tomaremos decisiones acorde.”

Un vestuario deteriorado por la salud

Además del problema de Tatum, Stevens confirmó que Jaylen Brown ha estado jugando con una rotura parcial del menisco en la rodilla derecha, y que Kristaps Porzingis ha sufrido una rara condición llamada post-virus syndrome. Aunque estos jugadores no fueron causa directa de la eliminación, sí reflejan un vestuario que ha tenido que luchar más con la enfermería que con el rival.

“Quiero hablar del CBA (Acuerdo Colectivo), no de lesiones,” bromeó Stevens. “La realidad es que perdimos los dos primeros partidos en casa (contra los Knicks), eso nos puso en una situación difícil.”

Ciclo que se repite: la maldición del campeón defensor

Los Celtics ahora se convierten en el sexto equipo campeón consecutivo que no logra superar la segunda ronda de playoffs en la temporada siguiente. Desde los Miami Heat de 2013, ningún campeón ha logrado repetir o llegar siquiera a las finales del este u oeste inmediatamente después. ¿Estamos ante un cambio estructural en la NBA en la era post-dinastías?

Detrás de estas estadísticas hay una realidad dura: las ventanas de campeonato son cada vez más cortas. La nueva versión del CBA penaliza severamente el gasto desmedido mediante el llamado "second apron", que impide ciertas maniobras como lograr transacciones a mitad de temporada o usar excepciones.

Según datos de Spotrac, solo cinco equipos tienen suficiente flexibilidad para superar esos límites sin consecuencias drásticas, y Boston no es uno de ellos.

Jaylen y Porzingis: pilares entre la incertidumbre

Stevens fue categórico: tanto Brown como Porzingis seguirán siendo esenciales en el futuro próximo. En especial con Tatum fuera de juego durante meses, el peso del equipo recaerá sobre ellos. Aun así, la viabilidad de eso dependerá de su salud.

“Esos chicos han sido el núcleo de este programa y lo seguirán siendo,” afirmó Stevens. “Han logrado mucho juntos. Pero ahora necesitamos que den un paso al frente como nunca antes.”

Brown, quien terminó la serie contra New York con mejores sensaciones en la rodilla, ya está haciendo planes para entrenar intensamente durante el verano. Porzingis, mientras tanto, espera poder representar a Letonia en el EuroBasket, una señal de que su recuperación avanza.

¿Reconstrucción silenciosa o agresiva reestructuración?

La dirección que tomará la franquicia aún es ambigua. Stevens evitó detalles en su rueda de prensa, remitiéndose a futuras declaraciones alrededor del Draft de la NBA, pero las opciones son limitadas. El contrato de Brown ya es uno de los más altos de la liga, y Tatum apunta a firmar una extensión supermax el próximo año. En conjunto, podrían devorar más del 70% del espacio salarial permitido.

La presión del nuevo tope hace que conservar un elenco de secundarios sólidos sea cada vez más costoso. Jugadores como Derrick White, Al Horford o Sam Hauser podrían salir por cuenta del ajuste salarial.

¿Qué deben hacer los Celtics? Un análisis necesario

  • Opción 1: Apostar por la continuidad. Mantener el proyecto esperando el regreso de Tatum y confiar en que Brown y Porzingis mantengan el barco a flote.
  • Opción 2: Reestructuración con traspasos. Usar a Porzingis o Brown como moneda de cambio para explorar nuevas direcciones. Esto implica sacrificar presente por futuro.
  • Opción 3: Invertir en talento joven. A través del Draft y contratos de novato, encontrar formas creativas de reforzar sin romper el tope. Sin embargo, eso requiere tiempo.

Lo cierto es que, tras caer ante los New York Knicks, y con una nómina récord que podría romper el límite de tolerancia del nuevo propietario, Boston está en una encrucijada sin precedentes.

Boston: destino dorado con clima gris

En una frase, la situación de los Celtics puede resumirse como un gigante atrapado por su propio peso. Tener múltiples estrellas no garantiza el éxito ni la sustentabilidad en la era moderna de la NBA. De hecho, podría ser una receta para el colapso si no hay ajustes inteligentes.

Boston llegó a tener bajo contrato simultáneamente a tres jugadores All-Star y más de cinco sueldos superiores a los 15 millones. Pero la competitividad no es proporcional únicamente al talento; la salud, la química y la administración financiera son hoy igual de importantes.

Mientras tanto, en Massachusetts, los aficionados solo pueden esperar. Esperar a que Stevens y la oficina central encuentren la fórmula para mantener viva la llama verde. Una llama que, por ahora, se tambalea, pero aún no se ha extinguido.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press