Nicusor Dan: el académico convertido en presidente que desafía la ultraderecha en Europa

La sorpresiva victoria del centrista y activista cívico marca el inicio de una nueva era política en Rumanía

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Un giro inesperado en la política rumana

Durante años, la política en Europa Central y del Este ha estado marcada por el ascenso de movimientos nacionalistas de derecha, una tendencia reforzada por crisis externas, desinformación y una gradual desilusión ciudadana con las élites tradicionales. Sin embargo, Rumanía ha dado un paso en dirección contraria con la sorpresiva elección de Nicusor Dan como presidente, un político sin afiliación partidaria sólida en esta elección, pero con un historial profundo en el activismo cívico y combate a la corrupción.

En la segunda vuelta presidencial celebrada el 18 de mayo de 2025, Dan venció con el 53.6% de los votos al candidato ultraderechista George Simion, consolidando un giro crucial hacia una propuesta reformista, pro-europea y tecnocrática. ¿Quién es este matemático devenido en político que ha capturado la imaginación de cientos de miles de rumanos?

Del Olimpo matemático a la trinchera política

Dan nació en Fagaras en 1969. Desde muy joven mostró una destreza excepcional para las matemáticas, obteniendo medallas de oro en las Olimpiadas Internacionales en los años 80. En 1998, completó un doctorado en matemáticas en la Universidad de la Sorbona en París, lo cual lo situó cómodamente en el mundo académico. A diferencia de muchos compatriotas que optaron por quedarse en el extranjero, Dan regresó a Rumanía decidido a transformar su nación desde la raíz.

Rumanía me necesitaba”, dijo en su momento, al explicar su retorno. No solo regresó, sino que fundó una escuela privada en Bucarest para ofrecer educación de alto nivel a estudiantes locales. Posteriormente, trabajó como investigador en la Academia Rumana, el máximo ente científico del país.

Activismo hecho política

El nombre de Dan comenzó a resonar en la esfera pública tras la fundación de la Asociación Salvați Bucureștiul, una organización dedicada a proteger el patrimonio arquitectónico y los espacios verdes de la capital frente a desarrolladores corruptos. Bajo su liderazgo, la asociación ganó más de 400 demandas legales contra proyectos inmobiliarios ilegales.

En 2016, Dan fundó el partido Unión Salvar Rumanía (USR), una fuerza percibida como el canal político del movimiento anticorrupción. Pese a abandonar el partido años después, su figura ya se había consolidado como un referente ético dentro de un sistema cada vez más desacreditado.

De alcalde reformista a presidente inesperado

En 2020, fue elegido alcalde de Bucarest. Desde entonces, se embarcó en una gestión con enfoque técnico, enfrentando una de las crisis más arraigadas de la ciudad: el sistema de calefacción. Invirtió en la modernización de la red de termoficación, una infraestructura crítica degradada desde la era comunista.

En 2024, fue reelegido, lo que confirmó su base de apoyo en la capital. A pesar de su éxito local, pocos preveían que este tecnócrata pudiera escalar al nivel nacional, y mucho menos vencer a una de las figuras más radicales de la vida política rumana en una segunda vuelta presidencial.

¿Qué representa la victoria de Dan?

La campaña de Dan en 2025 fue construida sobre una plataforma llamada “Rumanía Honesta”, que enfatizaba la transparencia, la reforma fiscal, un fuerte alineamiento con la Unión Europea y la continuidad del apoyo a Ucrania frente a la agresión rusa.

Su victoria es significativa por varias razones:

  • Rompe con la tendencia creciente de nacionalismos en Europa.
  • Valida una vía alternativa al populismo: la basada en la competencia técnica y la ética pública.
  • Muestra que un candidato sin maquinaria partidaria convencional puede movilizar eficazmente a la ciudadanía.

El desafío populista: una amenaza subyacente

Dan se enfrentó a George Simion, un político emergente de ultraderecha que promueve agendas nacionalistas y euroescépticas. En la primera vuelta, Simion sorprendió al consolidarse como el favorito, superando incluso al candidato oficialista. Analistas advertían de una posible “húngarización” de la política rumana, en referencia al régimen de Viktor Orbán.

Pero Dan supo capitalizar el miedo de sectores moderados e indecisos, reuniendo en torno a su figura un apoyo transversal. Sus palabras tras ganar lo resumen: “Rumanía empieza un nuevo capítulo y los necesita a todos”.

Un rol complejo: la presidencia rumana

Como presidente, Dan enfrenta una tarea monumental. Tendrá que nombrar un primer ministro que logre generar mayoría en un Parlamento altamente fragmentado. La reciente crisis política provocada por la anulación de las elecciones anteriores dejó un sabor amargo en el electorado, y las expectativas sobre el nuevo mandatario son altísimas.

Si bien el cargo presidencial tiene ciertas atribuciones limitadas en temas económicos, cuenta con poderes relevantes en política exterior, defensa nacional y nominaciones clave. En este sentido, expertos como Claudiu Tufiș, profesor en la Universidad de Bucarest, subrayan una dualidad:

“Aunque puede carecer de experiencia internacional, su independencia lo hace menos vulnerable a las presiones del viejo sistema político”, dijo Tufiș.

Una voz pro-europea en un contexto incierto

El ascenso de Dan se da en un contexto regional volátil, donde la guerra en Ucrania y el debilitamiento del compromiso estadounidense con Europa han colocado más peso sobre las capitales del este. Rumanía, miembro de la OTAN desde 2004, ha sido uno de los países más implicados en el apoyo logístico a Ucrania y en los esquemas de defensa conjunta.

Que el nuevo presidente reafirme su compromiso con Bruselas y el eje euroatlántico tiene implicaciones estratégicas: no solo refuerza la cohesión interna de la UE, sino que manda una señal firme a Moscú sobre la resiliencia del liderazgo democrático en Europa del Este.

¿Un modelo para otros países?

La experiencia de Dan invita a reflexionar sobre la posibilidad real de políticas transformadoras ajenas a la polarización. Su perfil no es el de un líder carismático al estilo latinoamericano, ni el de un tecnócrata sin conexión social. Es más bien el de un ciudadano-científico, que, hastiado del deterioro institucional, decide involucrarse directamente en la política.

En Europa, donde muchos sectores civiles dudan aún de su capacidad para generar cambios desde dentro del sistema, Dan podría servir como inspiración. A su vez, la política rumana tiene mucho que probar: que la honestidad no es ingenuidad, y que el activismo puede volverse gobernanza.

No seré perfecto, pero seré transparente”, dijo Dan antes de su elección. Si logra cumplir esa promesa en medio de la vorágine legislativa por venir, podría marcar una diferencia no solo para su país, sino para una región hambrienta de alternativas serias.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press