Guerra comercial, inflación y consumo: ¿pueden los minoristas sobrevivir al 2025?

Entre aumentos de precios, descenso en la confianza del consumidor y estrategias para evitar el colapso, el comercio minorista de EE.UU. se tambalea ante una economía incierta

En el 2025, la economía estadounidense está siendo sacudida por una tormenta perfecta: tarifas impuestas por la guerra comercial, alta inflación persistente y un consumidor cada vez más temeroso. En este contexto, los minoristas enfrentan uno de sus mayores desafíos en décadas.

El contexto económico: una sinfonía disonante

Durante los últimos años, la política comercial estadounidense, especialmente bajo la influencia de la administración Trump, ha reconfigurado drásticamente el panorama para las empresas que dependen de cadenas de suministro internacionales. Las tarifas sobre productos importados, particularmente de China, junto con una inflación que no da tregua, han hecho que el consumidor promedio reconsidere cada dólar gastado.

El University of Michigan Consumer Sentiment Index reveló que en mayo del 2025 la confianza del consumidor cayó a 50.8 —el segundo nivel más bajo en 75 años, solo superado por el escenario post-pandemia de junio de 2022. Desde enero, ha registrado una caída del 30%, una señal de alarma que pone en jaque al 70% de la economía estadounidense que depende directamente del consumo.

Walmart: la cabeza de turco

Walmart, la mayor minorista de Estados Unidos, fue una de las primeras en sentir el impacto de las tarifas. Luego de anunciar que incrementaría precios debido a los aranceles, fue objeto de un reproche público por parte del presidente Donald Trump. En su opinión, la empresa debería “absorber” esos costos en lugar de trasladarlos a los consumidores.

Desde el punto de vista corporativo, eso no es sostenible. Walmart ha comentado que los aumentos continuarán durante el verano, justo en la temporada clave de regreso a clases. La empresa se enfrenta a un dilema: ¿mantener precios estables y reducir márgenes, o preservar márgenes a costa del volumen de ventas?

Home Depot: diversificación como escudo

Por otro lado, Home Depot ha sorteado la tormenta mejor gracias a su estrategia de diversificación de proveedores. Según Billy Bastek, ejecutivo de la cadena, no se prevén aumentos de precios generalizados debido a que la empresa lleva años reduciendo la dependencia de productos de un solo país.

No obstante, reconoció que algunos artículos podrían desaparecer de sus estanterías. “Hay productos que, francamente, no vamos a tener más”, indicó durante una llamada con analistas. Esta es una estrategia preventiva: preferir la ausencia de ciertos productos antes que trasladar costos o comprometer la experiencia del cliente.

Target: en modo defensa

Target, otro gigante del retail, no ha tenido la misma suerte. En el primer trimestre del 2025, reportó una caída mayor a la esperada en sus ventas y pronosticó un declive en el resto del año. La empresa revisó a la baja sus proyecciones para el 2025, anticipando una disminución de ingresos de un dígito bajo, en contraste con un modesto crecimiento del 1% proyectado anteriormente.

Bajo la dirección de Brian Cornell, Target ha intentado múltiples estrategias de contención. “Tenemos muchas palancas para mitigar el impacto de las tarifas, y el precio es el último recurso”, explicó. La empresa continúa enfocada en mantener competitivos sus precios sin comprometer calidad ni experiencia.

TJX Companies: los ganadores silenciosos

Dentro del caos hay excepciones notables. TJX Companies, casa matriz de T.J. Maxx y Marshalls, ha aprovechado hábilmente el cambio en la conducta del consumidor. En tiempos de incertidumbre económica, buscar valor se impone y el modelo de negocios off-price de TJX se beneficia.

La empresa superó las expectativas de Wall Street tanto en ingresos como en utilidades. El CEO Ernie Herrman expresó su optimismo diciendo: “Estoy convencido de que nuestros amplios inventarios de grandes marcas y moda atractiva a precios bajos seguirán siendo un imán para compradores que buscan valor.”

TJX mantiene su previsión para 2026, proyectando un crecimiento de ventas en tiendas comparables entre un 2% y un 3%.

Lowe’s: resistiendo el golpe inmobiliario

El sector de mejoras para el hogar tampoco ha salido ileso. Lowe’s reportó una leve caída en ventas en el primer trimestre del 2025, bajando de $21.4 mil millones a $20.9 mil millones. A pesar de ello, superó expectativas gracias a su sólida base de proveedores estadounidenses y un mercado de vivienda que, aunque débil, muestra signos de vida.

El CEO Marvin Ellison informó que el 60% de las compras de Lowe’s tienen origen en Estados Unidos, y solo el 20% provienen de China. Esto ha permitido amortiguar el impacto de los aranceles y mantener su proyección anual en un rango entre 83.5 y 84.5 mil millones de dólares.

La dicotomía del consumo: reconfiguración de prioridades

El consumidor estadounidense promedio está reevaluando en qué, cuándo y cómo gastar. La inflación no solo sube los precios visibles, sino también los invisibles: el costo financiero de mantener inventarios, los tiempos logísticos más extensos y los gastos de operaciones que se disparan.

La consecuencia más visible es la caída del consumo no esencial, una categoría en la que muchos minoristas se ubican actualmente. Se estima que el gasto en ropa, electrónica y bienes duraderos ha disminuido entre un 10% y un 20% respecto al año anterior, según datos de la U.S. Census Bureau.

Esto está obligando a las empresas a redefinir su valor agregado: ya no basta con tener buenos productos, hay que ofrecer soluciones inteligentes y financieras a problemas cotidianos.

¿Quién se adapta mejor al cambio?

  • Target: debilitada pero activa en contención de daños.
  • Walmart: fuerte en volumen, pero expuesta políticamente.
  • Home Depot: blindada por la diversidad.
  • Lowes’s: resiliente gracias a su cadena de cuidado nacional.
  • TJX: celebrando una tormenta perfecta para el off-price.

Una mirada al futuro: ¿hay espacio para el optimismo?

Si bien no todas las señales son negativas, el panorama para el retail estadounidense sigue siendo volátil. A medida que el ciclo político avanza y se avecinan nuevas elecciones, las decisiones fiscales y monetarias podrían traer ajustes—positivos o negativos—al entorno macroeconómico.

Mientras tanto, los minoristas no tienen otra opción que adaptarse rápidamente. En este juego de resistencia, el ganador no será quien tenga los mejores productos, sino quien logre establecer un vínculo más empático, funcional y transparente con el nuevo consumidor pospandémico, posindustrial y posglobalizado.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press