Memorial Day: Entre la Memoria y el Marketing
Cómo el día para honrar a los caídos en combate en EE.UU. se transformó en un fin de semana de ofertas y hamburguesas
Por décadas, Memorial Day en los Estados Unidos fue una fecha sagrada de conmemoración. Sin embargo, con el paso del tiempo, este día ha adquirido un carácter dual: entre el homenaje a los soldados caídos y el inicio no oficial del verano, plagado de viajes, rebajas y parrilladas.
Un origen entre flores y tumbas
Memorial Day, o Día de los Caídos, tiene sus raíces en las secuelas de la sangrienta Guerra Civil estadounidense (1861-1865), conflicto que cobró la vida de más de 600,000 combatientes. Inicialmente denominado Decoration Day, esta conmemoración comenzó como un acto simbólico de colocar flores en las tumbas de los soldados fallecidos.
La primera gran ceremonia nacional tuvo lugar el 30 de mayo de 1868, convocada por una organización de veteranos de la Unión. Sin embargo, diferentes ciudades como Waterloo (Nueva York) y Boalsburg (Pensilvania) reclaman ser el lugar de origen del evento. Incluso existen registros de mujeres sureñas decorando tumbas antes del final del conflicto.
Pero quizás el relato más conmovedor y menos conocido es el de Charleston, Carolina del Sur, donde el 1 de mayo de 1865, más de 10,000 personas –en su mayoría afroamericanos– organizaron una procesión para honrar a los soldados de la Unión enterrados en una fosa común, tras reubicarlos en sepulturas individuales. Esta acción marcó, para muchos historiadores como David Blight de Yale, el primer Memorial Day verdadero.
Del respeto solemne al fin de semana largo
Los temores sobre el devenir del espíritu original de Memorial Day no son nuevos. Ya en 1869, el New York Times advirtió que dejaría de ser un acto sagrado si se convertía en otra excusa para celebraciones vacías.
El propio Frederick Douglass, en su discurso de 1871 en el Cementerio Nacional de Arlington, expresó su preocupación de que se olvidara la causa central de la guerra: la abolición de la esclavitud y la lucha por la libertad. “Jamás debemos olvidar que los soldados leales que reposan bajo este suelo se interpusieron entre la nación y quienes deseaban destruirla”, señaló el abolicionista.
No obstante, para comienzos del siglo XX, la solemnidad comenzaba a mezclarse con actividades de ocio. En 1911, la carrera inaugural de las 500 Millas de Indianápolis se celebró también un 30 de mayo, sin que un solo reporte mencionara el significado conmemorativo de la fecha.
Una transformación oficial: de mayo 30 al lunes festivo
Durante más de un siglo, Memorial Day se celebró el 30 de mayo, sin importar el día de la semana. Sin embargo, en 1971, el Congreso aprobó la Ley de Feriados Uniformes, que trasladó el feriado al último lunes de mayo para crear un fin de semana largo.
Muchos argumentan que, con ello, se consolidó su transformación en un feriado comercial y vacacional. Solo un año después, Time Magazine describía Memorial Day como “una juerga nacional de tres días que ha perdido gran parte de su propósito original”.
La colonización comercial del recuerdo
Las celebraciones de Memorial Day siempre han tenido un componente de esparcimiento. Incluso en el siglo XIX, tras las ceremonias luctuosas era común realizar picnics o competencias de atletismo. Pero la creciente presión del consumo comenzó a cambiar el equilibrio.
Desde mediados del siglo XX, negocios comenzaron a abrir durante el feriado, contra las costumbres tradicionales. Luego de que se desplazara el día al lunes, esa resistencia empresarial terminó de desaparecer: hoy, Memorial Day es sinónimo de incontables promociones, desde colchones hasta electrodomésticos y asadores.
También es una de las fechas más activas para el turismo interno. La AAA estimó que en 2023, cerca de 42 millones de estadounidenses viajaron durante el fin de semana de Memorial Day, una cifra que crece cada año.
¿Qué quedó del sentido original?
Para muchos veteranos de guerra, esta transformación del feriado provoca enojo e incomodidad. Es el caso de Edmundo Eugenio Martínez Jr., participante de la guerra de Irak y residente de Texas.
“He conocido personalmente a 17 soldados que murieron”, compartió. “A algunos los vi morir. Otros eran amigos o incluso personas bajo mi mando. Algunos perdieron la batalla después de la guerra”.
Martínez lamenta que muchos estadounidenses mezclen Memorial Day con otros feriados como el Veterans Day o el Día de la Independencia. “No es un día para agradecer a quienes servimos. Es para recordar a quienes ya no están.”
Para preservar el espíritu, el Congreso establece un Momento Nacional de Recuerdo a las 3 p.m., cuando se invita a la ciudadanía a guardar un minuto de silencio. No obstante, pocos la observan.
Memorial Day entre inclusión y exclusión
La historia de Memorial Day también está atravesada por tensiones raciales. Aunque aproximadamente 180,000 afroamericanos sirvieron en el ejército de la Unión durante la Guerra Civil, múltiples comunidades del sur segregado promovieron una “versión blanca” del feriado bajo las leyes de Jim Crow.
Según el académico Ben Railton, profesor de estudios americanos en Fitchburg State University, esto provocó que múltiples historias y sacrificios afroamericanos fueran invisibilizados por décadas. Aunque hoy en día los actos conmemorativos son en general diversos, el acceso a la narrativa histórica sigue siendo un tema relevante.
Memorial Day según las cifras
- Fecha oficial: Último lunes de mayo.
- Primera observancia nacional: 30 de mayo de 1868.
- Participación en actos conmemorativos: Solo el 20% de los estadounidenses afirma realizar alguna actividad relacionada al motivo original del feriado.
- Personas fallecidas en servicio militar en EE.UU.: Más de 1.3 millones desde la Guerra de Independencia.
¿Hacia una recuperación del verdadero Memorial Day?
En un país muy influenciado por el consumo y el entretenimiento, quizá no sorprenda que un feriado haya mutado con el paso del tiempo. Pero voces como la de Martínez nos recuerdan que detrás de cada hotdog o barbacoa hay historias de jóvenes que nunca volvieron a casa.
Este recuerdo no implica abandonar el esparcimiento, pero sí devolverle a Memorial Day una dosis mínima de solemnidad. Un minuto de silencio, una oración, una bandera en una tumba. A veces, eso es suficiente.
Como dijo Douglass hace más de 150 años: “Nada puede justificar el olvido de aquellos que dieron su vida por preservar la nación. Porque sin memoria, no hay identidad”.