Palm Dog 2025: Cuando los Peludos se Roban Cannes

Panda, una perra pastor islandesa, gana el premio canino más prestigioso del cine en una edición memorable del Festival de Cannes

Por fin llegó el momento más tierno —y peludo— del Festival de Cannes 2025: la entrega del Palm Dog, el encantador premio que reconoce al mejor desempeño canino en la pantalla grande. Y este año, la gloria fue para Panda, una fiel y fotogénica pastora islandesa que protagoniza la tragicomedia “The Love That Remains” del aclamado director Hlynur Pálmason.

Un premio de cola larga: ¿Qué es el Palm Dog?

El Palm Dog fue fundado en el año 2001 por el crítico británico Toby Rose, como un evento alternativo dentro del Festival de Cannes para celebrar a los personajes más peludos que desfilan por la pantalla grande. Aunque no forma parte de la competición oficial, con los años se ha transformado en un fenómeno —amado por críticos y artistas por igual— que brinda un momento de ternura antes de que las alfombras rojas se inunden con vestidos de gala y esmoquin.

El galardón consiste en un collar de cuero con una placa dorada, y se entrega en una concurrida —aunque relajada— ceremonia en la playa, en el tramo final del festival. Esta edición 2025 marcó el 25° aniversario del evento, consolidando su estatus como una tradición canina-cultural en la Riviera Francesa.

La gran ganadora: Panda y el amor que queda

Panda, que interpreta una versión de sí misma en “The Love That Remains”, se robó el corazón del jurado (y del público) con su presencia constante, silenciosa pero profunda, en un drama centrado en los efectos de una ruptura matrimonial sobre una familia.

La película, exhibida fuera de competición, es una obra introspectiva del director islandés Hlynur Pálmason, quien no solo dirigió sino que también incluyó a sus propios hijos como parte del elenco, junto con su perra Panda. La conexión genuina entre los personajes (humanos y no humanos) aporta un pathos difícil de lograr. Tal vez ese sea el secreto detrás del impacto actoral de Panda.

Panda no pudo acudir en persona a la ceremonia, pero envió un mensaje grabado desde un paseo en auto a través de los majestuosos paisajes de Islandia. En su lugar, una perrita local llamada Perle recibió el premio en su representación junto a el productor del filme, Anthony Provost.

Más allá de Panda: los otros premiados del Palm Dog 2025

Este año estuvo repleto de momentos memorables. A continuación, repasamos a los otros galardonados de esta divertida e inusual ceremonia:

  • Premio “Mutt Moment”: Este reconocimiento al momento más carismático fue para dos canes —un dachshund de pelo largo y un rottweiler— de la provocadora película “Pillion”. En una escena particularmente atrevida, ambos perros acompañan a sus dueños (interpretados por Alexander Skarsgård y Harry Melling) a una cita romántica nocturna ambientada en el mundo del BDSM motorizado. Su aparición fue tan poderosa que el director Harry Lighton bromeó en su agradecimiento diciendo que Hippo, la salchicha peluda, tenía “un atractivo sexual brutal”.
  • Premio del jurado: Otorgado a “Sirât”, una mística odisea española que narra el viaje de un padre en busca de su hija desaparecida, acompañado por su hijo y sus dos perros Pipa (Jack Russell) y Lupita (cruce de Podenco). Dentro y fuera de ficción, el viaje fue emotivo: la actriz Jade Oukid, quien recibió el premio junto al director Oliver Laxe, contó que Lupita era su perra y falleció poco después del rodaje. El creador del Palm Dog, Toby Rose, destacó que este premio será la forma de inmortalizar su corta pero significativa vida.

Cuando las estrellas bajan al nivel del hocico

El Palm Dog tiene una historia de momentos memorables, e incluso grandes celebridades de Hollywood no han perdido oportunidad de posar con la correa de oro. En 2019, Quentin Tarantino apareció personalmente para recibir el galardón que obtuvo Brandy, la pitbull de “Once Upon a Time... in Hollywood”. Y en 2021, Tilda Swinton se presentó para felicitar a sus propios perros —Rose, Dora y Snowbear— por su labor en “The Souvenir II”.

Algunos perros, como Messi (de “Anatomy of a Fall”), han alcanzado tal notoriedad que se han convertido en celebridades por mérito propio, dando entrevistas y posando en sets de moda. El Palm Dog ha trascendido la categoría de broma festivalera y se ha convertido en una celebración de la conexión emocional, artística y, sí, también estética, que tenemos con nuestras mascotas.

Un fenómeno que se expande a nivel global

Más allá de Cannes, el Palm Dog ha inspirado otras premiaciones en diferentes festivales. Se han creado eventos similares en Sundance, Venecia e incluso en festivales emergentes como Sitges y Mar del Plata. Las redes sociales han potenciado este fenómeno, convirtiendo a los ganadores en individuos (caninos) con cientos de miles de seguidores.

¿Pero qué hace a un perro “ganador” del Palm Dog?

Los criterios son una mezcla entre interpretación y carisma natural. Como señala Toby Rose: “No buscamos el perro mejor entrenado, sino aquel que realmente da vida a su personaje en la historia”.

Cultura perruna en aumento

La fascinación del cine por los perros no es nueva. Desde Lassie en los años 40 hasta el ultraemotivo Hachiko y el humor negro de Isle of Dogs, el mejor amigo del hombre ha ocupado roles diversos en pantalla. Lo que hace especial al Palm Dog es que reconoce la labor interpretativa real hecha por perros y su capacidad de volver el guion más humano.

En una era donde los efectos visuales (CGI) dominan la industria cinematográfica, ver a perros reales actuar, emocionarse o simplemente dormirse en una escena, es un retorno precioso a lo orgánico. El Palm Dog celebra eso.

Finalmente, una ovación para Panda

Que Panda ganara el Palm Dog este año es casi un reflejo del espíritu del cine de autor: intimidad, familiaridad, realismo emocional. Y lo hizo sin decir una sola línea. Solo con su mirada constante, su paso sereno y su amor perruno incondicional.

Ahora Panda se une a una lista excepcional de perros cinematográficos que han sido inmortalizados por su talento y carisma en la historia del Palm Dog. Y nosotros, los humanos, no podemos hacer más que aplaudir, emocionarnos y —por supuesto— acariciar a nuestras propias mascotas con una sonrisa fanática.

El cine nunca había sido tan guau.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press