¿Puede el Partido Demócrata Reconquistar la América Rural? La Batalla Cultural en el Corazón de Kentucky
Un recorrido por Paintsville revela las esperanzas, frustraciones y estrategias de los demócratas para recuperar terreno en los pueblos rurales dominados por Trump
Paintsville, Kentucky — En una pequeña sala comunitaria de este enclave montañoso de los Apalaches, una figura con bastón y determinación en la mirada observa el grupo reunido. Janet Lynn Stumbo, una ex jueza de la Corte Suprema de Kentucky, afirma que esta es “la mayor reunión demócrata que he visto en el condado de Johnson”. En una región donde Donald Trump obtuvo el 85% de los votos en 2024, esa afirmación equivale a un acto de militancia revolucionaria.
El presidente del Partido Demócrata en Kentucky, Colmon Elridge, ha llevado a cabo una “Gira de Escucha Rural”, con el propósito de reintegrar a la agenda demócrata a los votantes de pequeños pueblos blancos y conservadores que alguna vez fueron clave para sus victorias, pero que hoy se sienten olvidados por un partido que consideran irreconocible.
La reconquista cultural: ¿es posible?
El impulso detrás de esta gira es claro: si el Partido Demócrata desea recuperar el Senado estadounidense o ganar futuras elecciones presidenciales, no basta con dominar las ciudades. Deben lograr “desgastar los márgenes” en zonas rurales, en una maniobra similar a la que permitió a Trump reducir la ventaja tradicional que tenían los demócratas entre los votantes afroamericanos y latinos.
Según AP VoteCast, en 2020 Trump obtuvo el 60% del voto rural. Para 2024, esa cifra había aumentado al 63%. Pero no siempre fue así. En 1992 y 1996, Bill Clinton ganó el estado de Kentucky y obtuvo una pluralidad en el condado de Johnson. Aunque hoy parecen datos arqueológicos, son recordatorios de una realidad más matizada.
Una conversación abandonada
La estrategia demócrata parece sencilla pero potente: volver a hablar, escuchar y conectar. “Dejamos de tener estas conversaciones”, confiesa Elridge. “No es que la gente nos haya abandonado. Es que dejamos de hacer lo que sabíamos que había que hacer”.
El evento en Paintsville fue parte cabildo, parte catarsis y parte charla motivacional. Los asistentes, aunque pocos, estaban allí con convicción. Muchos criticaron la agenda republicana en temas como educación, salud, derechos LGBTQ+ y la falta de equidad económica.
Una de las voces más firmes fue la de Sandra Music, una maestra retirada que se considera “una nueva demócrata” debido a su rechazo a Trump. Music criticó la promoción de programas de vales escolares privados por parte de los republicanos y advirtió que amenazan el sistema público de educación. Denunció el uso de palabras clave como “aborto”, “transgénero” y “niños en deportes femeninos” por parte de los conservadores para caricaturizar y desviar la atención de temas sustanciales.
¿Ricos contra pobres?
Michael Halfhill, profesional del sector de tecnología médica, expresó su incredulidad ante el hecho de que un multimillonario como Trump haya logrado convertirse en el adalid de una de las regiones más empobrecidas del país. “No es izquierda contra derecha. Es ricos contra pobres”, afirmó. Con el condado de Johnson siendo 97.5% blanco, consideró que muchos votaban “contra sus propios intereses”.
Uno de los temas más sensibles fue la salud pública. Ned Pillersdorf, esposo de Stumbo, atacó los planes republicanos de recortar Medicaid, recordando que el hospital rural de Paintsville, uno de los mayores empleadores locales, existe en gran parte gracias a la expansión de Medicaid realizada por el gobernador demócrata Andy Beshear bajo la Ley de Cuidado Asequible (Obamacare).
Elridge y el racismo estructural
Colmon Elridge, el primer afroamericano al frente del partido en Kentucky, puso el dedo en otra llaga: “Aquí es donde Trump y el movimiento MAGA se lucen. Si alguien que se ve como yo es tu enemigo, entonces no te importa si el presidente te orina en la pierna y te dice que está lloviendo”.
Ese comentario refleja las tensiones raciales invisibles que cruzan de forma subterránea comunidades como Paintsville. Mientras buena parte del discurso dominante gira en torno a derechos y ofensas culturales, muchos temas económicos quedan relegados.
La caricatura demócrata: clave del dominio republicano
Para los republicanos locales, la descripción que hacen de los demócratas como fuerzas “radicales” no es una estrategia discursiva, sino una convicción. Michelle Hackworth, dueña de un negocio de antigüedades, dijo no enterarse del evento y aseguró que como “republicana dura” no tenía motivos para participar. “No me convencerían de nada”.
El alcalde conservador Bill Mike Runyon atribuyó la fuerza republicana a la percepción cultural más que a la política pura. “Todo se volvió racial. Nuestra gente no es así aquí, pero puede parecerlo a nivel nacional”, dijo, culpando a figuras como Alexandria Ocasio-Cortez y Jasmine Crockett de promover divisiones. Por contraste, alabó a Beshear como “alguien con quien puedo hablar si necesito algo”.
Andy Beshear: ¿el puente necesario?
El gobernador Andy Beshear aparece como una figura transversal que genera respeto en ambos lados del espectro político. Aunque perdió el condado de Johnson, obtuvo el 37% de los votos en 2023 y ganó en algunos condados cercanos. Tanto demócratas como republicanos resaltaron su gestión ante desastres naturales y su enfoque práctico.
Beshear figura entre los posibles vicepresidentes de Kamala Harris para 2024 y como uno de los favoritos para liderar una nueva generación presidencial demócrata en 2028. Aunque ha declarado que no competirá por el escaño que dejará Mitch McConnell en el Senado, su incremento en visibilidad mediática y su podcast reciente alimentan especulaciones.
El contraste que plantea es importante: Beshear aún defiende los derechos LGBTQ+ y el acceso al aborto, pero lo hace con una narrativa que evita alienar a los votantes rurales. En palabras del alcalde Runyon: “No es como esos demócratas nacionales”.
El precio de no presentarse
La dueña de la tienda de antigüedades, Hackworth, aun siendo partidaria de Trump, expresó dudas sobre ciertas medidas del expresidente, como los aranceles generalizados. “Intento comprar productos americanos, pero todo es China, China, China”. También reconoció que muchas personas recibieron apoyo federal durante la pandemia y que eso ayudó a mantener vivo su negocio.
Al ser consultada si eso abre una puerta a los demócratas, su respuesta fue tan sencilla como reveladora: “Siempre hay una oportunidad si te presentas”.
¿Hay futuro para los demócratas rurales?
El caso de Paintsville revela que la reconquista del voto rural no vendrá de giros ideológicos forzados, sino de la presencia constante, de escuchar sin juzgar, y de ofrecer políticas prácticas desde un lenguaje común. No será sencillo ni rápido. Pero cada conversación puede ser el primer paso hacia una coalición renovada.
“No podemos fingir que no existimos en estas comunidades”, dijo Elridge. Si los demócratas logran arrancar aunque sea un 5% más de votos en condados rurales, podrían cambiar la historia electoral en estados clave del país.