Tres décadas después de los Acuerdos de Dayton: El pasado, presente y futuro de la paz en Europa
Mientras la guerra vuelve a Europa con la invasión rusa a Ucrania, la OTAN recuerda los Acuerdos de Dayton que pusieron fin a un conflicto brutal, y plantea el futuro de la seguridad continental
Un aniversario con significado más allá de la historia
En un mundo marcado por nuevas amenazas y viejos fantasmas, Dayton, Ohio —la ciudad estadounidense que hace tres décadas vio gestarse uno de los acuerdos de paz más importantes de la era moderna— volvió a ser el centro de atención del mundo diplomático. Esta semana, representantes de los 32 países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se reunieron para conmemorar el 30º aniversario de los Acuerdos de Dayton, que lograron poner fin al sangriento conflicto en Bosnia y Herzegovina.
Pero el evento estuvo lejos de ser una simple ceremonia conmemorativa. La guerra en Ucrania, que ya entra en su tercer año, dominó el discurso de líderes y diplomáticos. Y con razón: la Europa actual no está en paz.
El contexto histórico: ¿Qué fueron los Acuerdos de Dayton?
En 1995, luego de más de tres años de una guerra étnica que dejó más de 100,000 muertos y desplazó a más de 2 millones de personas, se firmaron los Acuerdos de Dayton en la Base Aérea Wright-Patterson de Dayton. Las negociaciones involucraron a los líderes serbios, croatas y bosnios bajo la mediación de Estados Unidos, con figuras como Richard Holbrooke desempeñando roles centrales.
El acuerdo reconoció la soberanía de Bosnia y Herzegovina, dividida en dos entidades autónomas: la República Srpska y la Federación de Bosnia y Herzegovina, compartiendo un gobierno central debilitado pero funcional. Con todas sus limitaciones, Dayton silenció las armas.
NATO hoy: ¿Un guardián de la paz o un actor presionado?
La versión moderna de la OTAN ha evolucionado más allá de su misión de origen. Fundada en 1949 como un pacto de defensa colectiva frente a la amenaza soviética, hoy agrupa a 32 países, incluyendo a Finlandia y Suecia como recientes incorporaciones. Aunque Ucrania aún no forma parte formalmente de la alianza, la cooperación ha crecido exponencialmente desde el inicio del conflicto con Rusia en 2022.
Durante el evento conmemorativo, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, no fue ambiguo al afirmar: “Los Balcanes Occidentales han demostrado que la paz es posible. Pero hoy Europa no está en paz. Rusia ha traído de nuevo la guerra al continente.”
El papel de Estados Unidos y la presión por el gasto en defensa
Uno de los temas más recurrentes durante la Asamblea Parlamentaria de la OTAN en Dayton fue la presión para que los Estados miembros aumenten su gasto en defensa. Actualmente, solo 22 de los 32 miembros alcanzan el mínimo del 2% del PIB acordado en 2023. Países como Bélgica, Canadá, Italia o España aún no cumplen ese compromiso.
Pero ahora se está proponiendo un nuevo aumento: 3.5% del PIB en gasto directo en defensa más otro 1.5% en proyectos relacionados, como infraestructura crítica y ciberseguridad. El debate está sobre la mesa y podría concretarse el próximo mes.
Ucrania en el corazón del debate
La presencia intangible pero constante de Ucrania fue notable durante los cinco días de reuniones. Si bien no es miembro de la OTAN, la defensa de Ucrania se justifica bajo la lógica de que su derrota podría significar una amenaza directa para la seguridad europea.
Con más de 20,000 ataques rusos con drones y misiles desde el inicio del conflicto, y un daño estimado de más de $150 mil millones USD en infraestructura, el conflicto está lejos de finalizar. Y mientras algunos sectores políticos en Europa comienzan a cuestionar el apoyo a Kiev, otros, como el secretario general de la OTAN, exigen hacer eco entre los ciudadanos europeos de lo que está en juego.
Diplomacia cultural en Dayton: más que política
Lejos de tratarse únicamente de geopolítica, la conmemoración incluyó una serie de eventos culturales para subrayar la importancia simbólica y emocional del acuerdo. Entre las actividades, se destacaron:
- El Concierto por la Paz, que reunió a músicos de Dayton y de Sarajevo en una muestra de reconciliación y esperanza.
- Exposiciones de arte y conferencias sobre el papel de la diplomacia en el siglo XXI.
- El “NATO Village” en el centro de Dayton, donde las banderas de los miembros ondeaban junto a exhibiciones sobre cooperación internacional.
Este acercamiento cultural también sirve como recordatorio de que la guerra deja cicatrices profundas que trascienden lo político y que la paz requiere reconstrucción no solo de infraestructuras, sino también de tejidos sociales y memorias compartidas.
Una paz frágil, un futuro incierto
Un análisis del Fondo Carnegie señala que, a pesar de los logros, Bosnia y Herzegovina aún enfrenta desafíos estructurales, incluyendo una presencia étnica segregante en la política, inestabilidad económica, migración juvenil y dependencia de actores externos, lo cual puede servir como espejo para los temores actuales en regiones como Ucrania o Georgia.
Todo esto subraya una verdad incómoda: los acuerdos de paz son apenas el comienzo. Lo que sigue es mantener esa paz con vigilancia, cooperación e inversión en instituciones funcionales.
¿Está preparada la OTAN para una nueva era?
La invasión rusa ha marcado un antes y después en la política de seguridad europea. La antigua percepción de una guerra convencional como cosa del pasado ha sido aplastada. En este terreno, la OTAN enfrenta tres desafíos cruciales:
- Renovar su narrativa pública para justificar mayor gasto militar ante electorados escépticos.
- Fortalecer su capacidad tecnológica en ciberdefensa, defensa antiaérea y guerra híbrida.
- Reevaluar su relación con países aspirantes como Ucrania o Georgia, sin comprometer compromisos existentes.
El escenario es complejo. La unidad entre los miembros de la OTAN sigue siendo el mayor capital diplomático, pero también su mayor vulnerabilidad. Los niveles de compromiso, intereses geoestratégicos e incluso orientación política interna pueden variar enormemente de un país a otro.
El legado de Dayton: ¿lecciones para hoy?
Uno de los grandes mensajes de esta semana en Ohio es que la diplomacia aún importa. Dayton simboliza la posibilidad de cerrar capítulos de violencia con voluntad política, presión internacional y esfuerzos multilaterales.
Pero también es una advertencia: una paz conseguida bajo presión puede perpetuar tensiones latentes si no se acompaña de reformas profundas y compromiso sostenido.
En un mundo volátil, donde las grandes potencias revalúan constantemente sus alianzas, recordar Dayton no es simplemente rendir homenaje al pasado, sino también proyectar una estrategia para un futuro incierto. La herramienta sigue siendo la misma: cooperación. Y como dejó claro la Asamblea, solo hay dos caminos cuando el conflicto toca la puerta: la acción conjunta o la fragmentación peligrosa.