Nawrocki y el experimento de Sheinbaum: dos visiones opuestas del poder judicial y la democracia

Mientras Polonia elige a un presidente ultraconservador sin experiencia política, México opta por reformar su justicia con una elección histórica pero confusa. ¿Hacia dónde se inclinan estos dos países?

Dos elecciones, dos caminos

En julio, tanto Polonia como México protagonizaron jornadas electorales históricas que, aunque distintas en esencia, reflejan un fenómeno común: la transformación de las instituciones democráticas y judiciales como terreno de disputa política. Por un lado, en Varsovia, un candidato conservador y sin experiencia política ganó las elecciones presidenciales. Al otro, los mexicanos eligieron por primera vez en la historia a sus jueces, en una decisión que ha despertado entusiasmo, escepticismo e incluso temor.

¿Estamos asistiendo a la consolidación de democracias más participativas, o presenciamos una peligrosa instrumentalización del poder popular?

Karol Nawrocki: del salón de clases a la presidencia

Polonia despertó el lunes con una confirmación: Karol Nawrocki, de 42 años, historiador sin trayectoria política previa, es el nuevo presidente del país. Sin embargo, su meteórico ascenso no ha estado exento de controversia. Nawrocki fue propuesto por el partido nacionalista Ley y Justicia (PiS), que gobernó entre 2015 y 2023, y es conocido por su ferviente defensa de la historia nacionalista polaca desde el Instituto de la Memoria Nacional, el cual presidía.

Durante su función en dicho instituto, promulgó la eliminación de monumentos soviéticos y mantuvo una política de revanchismo histórico. Rusia, incluso, lo incluyó en su lista de personas buscadas tras estas decisiones, un hecho que solo aumentó su popularidad entre los votantes más conservadores.

Su victoria fue tan ajustada que ambos candidatos se declararon ganadores la noche de los comicios, en una votación que dividió al país en dos mitades irreconciliables.

El "Trump polaco" y un electorado moralista

Parte de la popularidad de Nawrocki se debe a su alineación con el ideario del expresidente Donald Trump. De hecho, el respaldo explícito del ala trumpista no tardó en llegar: la secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU. y aliada de Trump, Kristi Noem, participó activamente en su campaña, y CPAC, el foro conservador estadounidense, organizó su primera cumbre en Polonia para apoyarlo.

Muchos votantes ven en Nawrocki un restaurador del orden y los valores tradicionales: oposición al aborto, rechazo a la visibilidad LGBTQ+ y defensa de un modelo familiar tradicional. Se repite una frase entre sus simpatizantes: "Devolverá la normalidad".

Escándalos que no detienen al electorado conservador

A pesar de su imagen de moralidad, Nawrocki ha estado implicado en varias controversias:

  • Fue vinculado a una red clandestina de figuras del hampa tras conocerse sus relaciones como exboxeador y encargado de seguridad de hotel en Gdansk.
  • Se vio envuelto en un escándalo por la adquisición de un apartamento de un anciano enfermo, prometiendo cuidarlo sin cumplir, hasta que el asunto explotó en los medios y decidió donar el inmueble a una ONG.
  • Participó en el 2009 en una pelea multitudinaria entre hinchas de fútbol. Él mismo la calificó como "un combate noble".

No obstante, estos hechos han sido desestimados por sus seguidores como una campaña de desprestigio mediática, generando incluso un efecto de "cerrar filas" y aumentar la lealtad política hacia su figura.

México: un salto democrático… o al vacío

A más de 10.000 kilómetros al oeste, México vivió un evento inédito: la elección de más de 2.600 jueces por sufragio directo. Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador impulsó esta reforma antes de dejar el cargo, fue su sucesora, Claudia Sheinbaum, la encargada de ejecutarla.

La participación fue del 13%, un dato preocupante frente al 60% de las elecciones presidenciales de 2023. Sheinbaum insistió en que había sido un "éxito completo" y que haría más transparente y democrática la justicia mexicana. Sin embargo, expertos y organismos como Juicio Justo y Defensorxs alertan sobre sus posibles consecuencias negativas.

El nuevo modelo permitió postularse a unas 7,700 personas para diferentes niveles judiciales, con pocas reglas claras. En un país con altos niveles de corrupción judicial e influencia del narcotráfico, la preocupación es válida.

Un enredo para los votantes

La mayoría de los ciudadanos se sintieron confundidos y poco informados sobre a quién o qué estaban votando. La falta de campañas claras, la ausencia de afiliaciones partidistas visibles y las masivas listas de candidatos dificultaron la tarea del electorado.

“Es muy complicado, hay demasiados nombres. Solo voté por los de doctorado,” dijo Esteban Hernández, estudiante de veterinaria.

Otros decidieron simplemente no votar. "Es más de lo mismo", aseguró Raúl Bernal, un trabajador que prefirió quedarse paseando a su perro el día de las elecciones.

Frente a esa apatía, el veterano actor Manuel José Contreras ofreció una visión más optimista:

“La reforma tiene problemas, pero necesitábamos un cambio urgente. Hay que empezar por algo.”

El fenómeno Morena: ¿táctica democrática o autoritarismo enmascarado?

Muchos analistas comparan este proceso con una táctica de consolidación del poder del partido Morena en una rama histórica que había sido esquiva: el judicial.

La reforma, aprobada el año pasado, fue utilizada por partidos para colocar a sus propios operadores, según reportes. Algunos candidatos eran incluso personas envueltas en escándalos graves, desde abogados de narcos hasta exconvictos.

Sheinbaum ha insistido en que “México es el país más democrático del mundo”. No obstante, 75% de los mexicanos considera que el sistema judicial sigue siendo corrupto, según una encuesta de Reforma en 2023.

¿Qué democracia queremos?

Lo paradójico es que tanto en Polonia como en México, los cambios han sido legitimados por las urnas. Nawrocki representa una visión de democracia nacionalista, iliberal, inspirada en modelos estadounidenses y húngaros. Mientras tanto, el modelo judicial mexicano parece una apuesta por la democracia directa en un terreno que históricamente ha sido reservado a los mecanismos de méritos y experiencia.

Ambas estrategias parecen responder a un clamor de las mayorías, ya sea por restaurar “valores” tradicionales o combatir instituciones percibidas como corruptas. Pero, como aseguraba el filósofo Karl Popper, “el poder absoluto, incluso si surge del voto popular, no deja de ser una amenaza.”

De momento, tanto Polonia como México se embarcan en caminos inciertos. Y el mundo les observa.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press