Bernardine Evaristo: una revolución literaria sin fronteras
La escritora británica que transformó la narrativa y la representación racial con poesía, activismo y una imaginación sin límites
Una voz que desafía normas y transforma la narrativa
Bernardine Evaristo no escribe para complacer reglas. Su obra, su vida y su activismo han demostrado que la literatura puede y debe ser un espacio de transgresión, una plaza abierta para las voces olvidadas y los relatos ignorados. A sus 66 años, esta novelista británica de ascendencia nigeriana ha sido galardonada con el Outstanding Contribution Award de los premios Women’s Prize, una distinción especial por su impacto transformador en la literatura y por su compromiso infatigable con la visibilización de autoras y escritores racializados.
Evaristo, autora de la aclamada Girl, Woman, Other (2019), no sólo ha moldeado la narrativa contemporánea con una voz única y experimental, sino que encarna el espíritu de resistencia y renovación en el mundo editorial británico. En esta entrada de análisis celebramos su legado, su enfoque estilístico radical y sus esfuerzos para nivelar el campo literario.
Del anonimato al Booker Prize: una carrera forjada en la constancia
Evaristo no es una escritora que surgió de la noche a la mañana. Cuando obtuvo el prestigioso Booker Prize en 2019, tenía 60 años y más de cuatro décadas dedicadas a la creación literaria. Su victoria fue histórica: fue la primera mujer de ascendencia africana en ganar este premio desde su fundación en 1969.
“Quizás no lo habría manejado tan bien si hubiera sido más joven”, confesó a la prensa tras recibir el galardón. La distinción no sólo impulsó su carrera en términos de ventas y traducciones, sino que visibilizó sus aportes sustentados en años de esfuerzo constante, marginalidad estética y una insistencia férrea en dar voz a los olvidados.
Con más de 1 millón de copias vendidas, Girl, Woman, Other se convirtió en una referencia insoslayable. La novela entrelaza las vidas de doce personajes, la mayoría mujeres negras británicas de distintas generaciones, orientaciones y circunstancias. A través de esta estructura polifónica, Evaristo construye una visión humana y multiforme del Reino Unido, rompiendo con los moldes tradicionales de la novela anglosajona.
Una escritora sin fronteras: identidad, poesía y política
Las etiquetas genéricas no encajan con Evaristo. Ella prefiere el término “ficción fusión” para describir su estilo, una mezcla fluida de prosa y poesía que evoca la cadencia rítmica de su infancia en la iglesia católica.
En Girl, Woman, Other “hay 12 puntos finales” —afirma—, una decisión consciente para mantener el flujo textual y rechazar la rigidez gramatical. De hecho, su libertad expresiva y su peculiar estructura no impidieron que la novela conectara con el gran público. Fue seleccionada como uno de los libros del año por Barack Obama, validando su capacidad narrativa con llegada popular y credibilidad política.
Pero el sello de la escritora —más allá del estilo— se ancla en su mirada sobre la diáspora africana y la reconstrucción identitaria desde contextos subalternos. Su novela The Emperor’s Babe, escrita en verso, se sitúa en la Britania romana y narra la vida de una mujer negra 1.800 años atrás. “La mayoría piensa que la historia negra en Reino Unido comenzó en el siglo XX”, dice. “Quería demostrar que existimos desde mucho antes”.
Otro ejemplo provocador es Blonde Roots, una ucronía en la que los africanos esclavizan a europeos. El giro narrativo funciona como crítica mordaz al relato colonial dominante.
El activismo literario: cambiar la industria desde adentro
Además de su trabajo creativo, Evaristo ha sido una ferviente impulsora de la equidad y la inclusión en el panorama editorial. Desde su posición como presidenta de la Royal Society of Literature y profesora universitaria en Brunel University London, ha trabajado por amplificar las voces de escritores minoritarios.
Uno de sus proyectos emblemáticos, The Complete Works, fue un programa de mentoría para poetas de color que duró una década. Su génesis fue una investigación impulsada por ella que reveló que menos del 1% de los poetas publicados en el Reino Unido eran personas racializadas. Cuando el programa finalizó, ese número había ascendido a 10% —una mejora sustancial.
“Realmente ayudó a transformar el panorama poético británico”, asegura, demostrando que el cambio estructural en el mundo literario puede venir desde lo colectivo.
Reconocimiento tardío, pero justo
El Outstanding Contribution Award que recibió de los Women’s Prize no sólo premia su obra, sino sus 40 años de entrega a la palabra y la representación. Kate Mosse, fundadora del premio, recalcó su “dotes narrativas deslumbrantes y su valentía al asumir riesgos”, reconociendo un legado que desborda cualquier etiqueta.
Con esos 100.000 libras esterlinas recibidos, Evaristo planea lanzar una iniciativa para apoyar la carrera de otras autoras. Aún no ha ofrecido detalles, pero su historial como mentora y activista permite anticipar que se tratará de otro paso con impacto duradero.
Un pasado de racismo, una batalla por el futuro
En su libro más reciente, la memoria titulada Manifesto, Evaristo expone sin tapujos las dificultades de crecer en un entorno marcado por el racismo, la clase social y los estereotipos de género. Crecer como hija de padre nigeriano y madre británica blanca en Londres durante los años 60 fue una experiencia que la dotó de la claridad y fuerza presentes en toda su narrativa.
Hoy, consagrada y multipremiada, admite que “el país donde crecí ya no es el que habito”. Sin embargo, añade: “debemos ser vigilantes. Hemos avanzado, pero hay fuerzas que se oponen al progreso de forma orgullosa”.
En un Reino Unido atravesado por tensiones políticas y debates intensos sobre la libertad de expresión, Evaristo ha dejado claro que el arte debe estar al servicio de la inclusión. Trabajar por una sociedad antirracista —afirma— debe ser un valor universal, no una excepción circunstancial.
Una habitación propia para cada mujer racializada
Como heredera (y renovadora) del legado feminista de Virginia Woolf, Bernardine Evaristo ha demostrado que una “habitación propia” también debe tener ventanas abiertas hacia otras realidades. Mujeres negras, lesbianas, migrantes, ancianas, empobrecidas —todas tienen un lugar en su literatura, en su activismo y en su visión del mundo.
Aunque los premios acumulados confirman su peso dentro del canon oficial, lo más revolucionario de Evaristo es quizá su capacidad para escribir sin pedir permiso. Reescribe la historia, subvierte géneros, rompe estructuras lingüísticas y eleva la multiplicidad como columna vertebral de la narrativa contemporánea.
Frente a quienes ven en la diversidad literaria una amenaza o “degradación del mérito”, Evaristo responde con autenticidad y valentía: escribiendo, enseñando, acompañando y resistiendo.
No es solo una escritora. Es una fuerza cultural.