Mike Burrows: del quirófano a la victoria ─ una joya en ascenso para los Piratas

El joven lanzador rompe con su pasado tras la cirugía Tommy John y lanza el mejor juego de su carrera ante los Astros

Una noche perfecta para Burrows en Pittsburgh

El béisbol no suele conceder segundas oportunidades tan generosas, pero Mike Burrows está decidido a aprovechar cada una que le brinda. El miércoles por la noche, el lanzador derecho de los Pittsburgh Pirates registró la primera victoria de su carrera como abridor, en una actuación en la que contuvo a los poderosos Houston Astros durante 5 1/3 entradas.

Burrows, de 25 años, volvió a la rotación tras una prolongada recuperación de la cirugía Tommy John que lo mantuvo alejado durante todo el 2023. Su retorno no había sido precisamente brillante: había permitido ocho carreras en apenas 8 1/3 entradas entre sus primeras dos aperturas. Sin embargo, en el PNC Park y ante una alineación tan temida como la de los Astros, algo hizo clic.

Una cirugía, un renacer

Para quienes no están tan familiarizados, la cirugía Tommy John no es cualquier operación. Nombrada así por el primer pitcher en someterse exitosamente a ella en 1974, esta reconstrucción del ligamento colateral cubital ha redirigido muchas carreras, entre ellas la de Burrows. Se estima que más del 25% de los pitchers de MLB han pasado por esta intervención en algún momento de su carrera (según datos de MLB & FanGraphs).

El camino de regreso suele ser largo; en promedio, la recuperación completa tarda entre 12 y 18 meses. Para Burrows, eso significó reconstruir no solo el brazo, sino también la confianza. Según declaró tras la victoria: “Tuve que reaprender el juego con otra mentalidad. No se trata solo de velocidad, sino de ejecución y resiliencia.”

Dominio silencioso ante Houston

Con una mezcla letal de rectas cortadas bien ubicadas y cambios de velocidad, Burrows pasó por alto a bateadores como José Altuve y Yordan Álvarez, permitiendo solo cinco hits, con seis ponches en 5 1/3 entradas. Su efectividad parcial se redujo a 4.58, nada despreciable considerando su punto de partida.

Los Astros llegaron con un récord de 7 victorias en sus últimos 9 juegos, y su ofensiva venía promediando más de cuatro carreras por encuentro. Pero esa noche, fueron blanqueados gracias a Burrows y a un cuerpo de relevistas que incluyó a David Bednar, quien registró su séptimo salvamento de la temporada.

Una ofensiva precisa

El otro lado del diamante también hizo lo suyo. Aunque Pittsburgh solo anotó tres carreras, lo hizo de forma oportuna. Andrew McCutchen, símbolo eterno de la franquicia, impulsó una con sencillo, mientras que Isiah Kiner-Falefa añadió otra en la segunda entrada.

Spencer Horwitz y Oneil Cruz conectaron dos hits cada uno, y fueron piezas clave en esa ofensiva eficiente. Fue más que suficiente para apoyar a un lanzador que, esa noche, parecía destinado a triunfar.

Houston: luces y sombras

Los Astros no encontraron su ritmo. Su abridor, Ryan Gusto, mostró una tendencia que preocupa: 83 lanzamientos en apenas 4 1/3 entradas, permitiendo 3 carreras, 8 hits, 2 bases por bola y solo 3 ponches. Su ERA en sus últimas seis apariciones es de 8.22, lo que indica una caída severa en su rendimiento.

Jeremy Peña conectó dos hits y fue quien más cerca estuvo de iniciar una remontada estelar, especialmente en el sexto inning, cuando un doble suyo y una base por bolas a Altuve encendieron las alarmas. Pero el relevista Chase Shugart apagó esas esperanzas con gran ayuda de su defensa, incluyendo una jugada clave de Ke’Bryan Hayes en tercera base para forzar el tercer out y mantener el cero.

Burrows y la transición generacional

La actuación de Burrows no solo representa una redención personal, sino que también se enmarca en una tendencia creciente de jóvenes lanzadores que comienzan a brillar con fuerza en la MLB. En las últimas tres temporadas, nombres como Bobby Miller (Dodgers), MacKenzie Gore (Nationals) y Hunter Greene (Reds) han sido ejemplos de cómo las organizaciones están depositando más confianza en el talento joven.

En 2022, la edad promedio de los lanzadores era de 28.8 años. En 2024, esa cifra ha bajado a 27.3 años, según Baseball Reference. Burrows se suma así a una nueva generación que busca establecerse y comandar las rotaciones futuras.

El factor emocional en la pelota

Hay que prestar atención también al componente humano. Burrows ha pasado por una etapa mentalmente exigente. Atravesar una cirugía de esa magnitud a los 24 años puede ser devastador. Sin embargo, el pitcher de Connecticut demostró madurez inusual: “Tenía dos opciones: dejar que el miedo me consumiera o caminar hacia la incomodidad y crecer desde ahí.”

Verlo celebrar tímidamente tras el out final, levantar discretamente el puño y mirar al cielo, fue un momento de carga emocional que conecta profundamente con quienes saben lo que significa reinventarse desde cero.

Kelly al mando, McCutchen al corazón

Desde el pasado 8 de mayo, los Piratas experimentan una nueva etapa bajo la conducción de Don Kelly, quien reemplazó a Derek Shelton. Desde ese entonces, han logrado un récord de 11-13, no del todo sobresaliente, pero sí suficiente para ver una tendencia optimista.

Además de la apuesta por Burrows y por un bullpen más dinámico, Kelly ha sabido encontrar el equilibrio entre juventud y experiencia. Si hablamos del alma del equipo, Andrew McCutchen sigue siendo el motor emocional y espiritual de los Piratas. Su mera presencia en el clubhouse sirve de ancla para los más jóvenes.

¿Qué sigue para los Piratas?

Con la serie interligas cerrando este jueves, los Piratas mandarán al veterano Mitch Keller (1-7, 3.73 ERA) al montículo, enfrentando a Framber Valdez (5-4, 3.12 ERA), otra prueba exigente para Pittsburgh.

Pero más allá de los resultados inmediatos, lo que se vivió el miércoles fue una inyección de esperanza. Mike Burrows no solo consiguió una victoria en el marcador, sino en su lucha personal; y para cualquier equipo en reconstrucción, tener un brazo así no tiene precio.

Una noche para recordar

En una temporada donde la presión por resultados inmediatos puede asfixiar el progreso, victorias como esta funcionan como pilares emocionales. No fue un juego de alto vuelo ofensivo, ni un “no-hitter” histórico, pero sí un testimonio de resiliencia silenciosa, esa que a veces gana juegos más allá del boxscore.

Burrows ya no es solo un prospecto post-Tommy John. Hoy, más que nunca, luce como una pieza real para el futuro de los Piratas. En lo bajo del Este de la Liga Nacional, el miércoles se asomó un rayo de sol. Y ese brillo venía directo desde el brazo derecho de Mike Burrows.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press