Stephen King, el humanista oculto del terror: entre monstruos, compasión y 'The Life of Chuck'

El maestro del horror revela su faceta más sincera en una nueva adaptación cinematográfica que redefine su legado literario y humano.

Un rey del terror con alma cinematográfica

Desde que Brian De Palma llevó a la pantalla “Carrie” en 1976, Stephen King ha sido una fuente inagotable de historias para cineastas. Con más de 50 adaptaciones cinematográficas en su haber, King mantiene un lugar privilegiado en Hollywood no solo como novelista, sino también como un narrador cuya imaginación parece diseñada para el séptimo arte.

Su editor original, Bill Thompson, alguna vez dijo: “Steve tiene una cámara de cine en la cabeza”. Una afirmación que parece confirmarse con cada adaptación exitosa que lleva su sello, desde “It” hasta “The Shawshank Redemption”.

La vida según Chuck: una historia íntima en tiempos apocalípticos

Este 2024, la mirada de King se desvía del horror tradicional con la película “The Life of Chuck”, dirigida por Mike Flanagan y basada en la novela corta homónima del libro “If It Bleeds” (2020). El filme narra la vida de Chuck en forma inversa, desde su muerte hacia su infancia, a través de viñetas que se entrelazan con un trasfondo de apocalipsis global.

Flanagan y King ya habían colaborado anteriormente en “Doctor Sleep” y “Gerald’s Game”. Pero esta producción representa algo distinto. En palabras del director:

“Un montón de gente asume que, como escribe terror, olvidan que la razón por la cual su horror funciona es porque lo contrapone con amor, luz y empatía”.

El poder de lo cotidiano: del horror a la compasión

Lo que diferencia a King de otros autores del género es su capacidad para explorar el alma humana a la par de sus demonios. “The Life of Chuck” no es una excepción. En esta historia, el miedo al fin del mundo es eclipsado por pequeñas dosis de humanidad: una danza improvisada en la calle, una cita poética de Whitman, el recuerdo de una infancia feliz.

King comenta: “La ansiedad existencial y la pena son parte de la experiencia humana, pero también lo es la alegría”. Su habilidad para equilibrar luz y oscuridad convierte cada historia en un retrato de la condición humana más allá del género.

Un legado basado en personajes, no géneros

El escritor de Maine ha publicado cerca de 80 libros y, a sus 77 años, continúa con la misma pasión de siempre. Uno de sus más recientes es “Never Flinch”, protagonizado nuevamente por la detective Holly Gibney, un personaje que refleja vulnerabilidad y resiliencia al mismo tiempo.

Sobre Holly, King dice: “Me dio mucho placer verla convertirse en una persona más segura de sí misma. Nunca supera todas sus inseguridades. Ninguno de nosotros lo hace”.

Esto refuerza una verdad sobre King: es un autor de personajes. Suele apegarse a ellos, seguirlos, dejarlos crecer. Y en el proceso, el lector se encuentra frente a un espejo emocional, incluso en medio de criaturas aterradoras.

Stephen King y la política del miedo

El autor no se ha mantenido indiferente a los dilemas sociales y políticos. En “Never Flinch”, incluye un homenaje a las defensoras del derecho a decidir que han sido asesinadas, lo cual considera un tributo necesario, aunque conflictivo.

“Estoy seguro de que a los críticos de derecha no les gustará eso”, afirma King con una sonrisa teñida de ironía.

Además, ha sido crítico de figuras como Donald Trump y es vocal al denunciar la falta de acción gubernamental frente al cambio climático. Al respecto, dice:

“Estamos avanzando lentamente hacia ser el único país que no reconoce el problema real del carbono en la atmósfera. Eso es una locura”

King y el cine: una relación simbiótica

Pero no todo es sombrío. La relación de King con el cine es tan romántica como práctica. El propio autor se confiesa un cinéfilo empedernido. Desde “Los 400 golpes” hasta películas de acción con Jason Statham, King aprecia el cine en todas sus formas. Incluso bromea al recordar su experiencia con “Transformers”: “Fue tan ridícula que tuve que irme”.

Entre sus adaptaciones favoritas destaca, al parecer con particular cariño, esta última: “The Life of Chuck”. Y no es para menos.

Cuando Flanagan se enteró de que King asistiría al estreno mundial en el Festival de Cine de Toronto (TIFF), se sorprendió. El autor no hacía eso desde 1999, con “The Green Mile”.

“Vio esta película como algo precioso”, dice Flanagan. “Una historia sin una pizca de cinismo, en un mundo cínico”.

Adaptaciones cálidas en tiempos oscuros

Las mejores películas basadas en sus obras han sido, curiosamente, las menos terroríficas: “The Shawshank Redemption”, “Stand By Me”, “The Green Mile”. Seguro, “It” y “Misery” tienen su puesto en el panteón del horror, pero son las que apelan al amor, la nostalgia y la esperanza las que más resuenan con el público.

“The Life of Chuck” parece seguir ese mismo camino. Resulta irónico —o quizás lógico— que el autor más popular del terror encuentre su legado cinematográfico más entrañable en historias llenas de luz.

Stephen King: un monstruo de la productividad

En 2024, King sigue siendo un titán de la escritura. Además de “The Life of Chuck”, este año verá el estreno de las series “Welcome to Derry” y “The Institute”. También un nuevo filme: “The Long Walk”.

El autor, además, acaba de terminar el borrador de “Talisman 3”, tercer libro en una serie que comenzó en colaboración con Peter Straub hace décadas.

“Hay días en que me siento y pienso que será un gran día… y no lo es”, confiesa King. “Y hay días que siento que no quiero escribir, y de pronto, ¡todo prende fuego! Nunca sabes lo que te espera”.

El secreto del rey

¿El secreto de King? Quizás no se trate solo de talento, sino de una profunda empatía por sus propios personajes, y por extensión, sus lectores.

“Soy muy feliz escribiendo. Por eso lo hago tanto. Soy un tipo animado porque expulso toda la oscuridad en los libros”

Y tal vez ahí radica su grandiosidad: Stephen King no solo es el rey del terror, también es el monarca del corazón humano. Tras décadas de monstruos, fantasmas y asesinos, su obra más poderosa tal vez sea aquella que reconoce el simple, caótico y fulgurante acto de estar vivos.

Como dijo Walt Whitman, citado en “The Life of Chuck”: “Contengo multitudes”. Y Stephen King, sin duda, también.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press